El presidente de EEUU, Donald Trump, prometió este martes durante un mitin en la ciudad fronteriza de El Paso (Texas) "terminar" el muro con México independientemente de lo que hayan acordado en el Congreso los negociadores demócratas y republicanos.
"Estamos haciendo lo que tenemos que hacer. El muro se está construyendo", dijo Trump en el mitin. "Continuará, va a un paso veloz". Gente con pancartas que rezan "acabar el muro" gritaban detrás del presidente de EEUU.
Los negociadores de ambos partidos anunciaron poco antes de que empezase el mitin un acuerdo presupuestario tentativo que, según algunas fuentes, incluye unos 1.375 millones de dólares para construir otras 55 millas (unos 88,5 kilómetros) de muro.
Lejos de los 5.600 millones de dólares que reclamaba Trump para unas 200 millas (unos 322 kilómetros) y que provocaron entre diciembre y enero el cierre administrativo más largo de la historia de EEUU (35 días).
Trump dijo a sus seguidores en El Paso que supo del acuerdo antes de salir a la tarima, pero que no quiso escuchar los detalles porque prefería no hacerles esperar: "Os elegí a vosotros", afirmó el presidente.
"Cuando salía a este escenario, me dijeron, 'se están logrando avances en el comité'. Pero solo para que lo sepáis, vamos a construir el muro de todas formas", agregó. El presidente dijo que su Gobierno ha construido ya "una gran parte" del muro y que ahora quiere "terminarlo" y "rápido".
El Paso, una de las ciudades más peligrosas
Lo cierto es que los 1.600 millones de dólares que Trump logró del Congreso en 2017 están siendo invertidos en fortalecer tramos que ya tenían barrera fronteriza y no en extenderlo.
Trump eligió El Paso para su primer mitin de 2019 después de la polémica que desató la alusión a esta ciudad fronteriza con la mexicana Ciudad Juárez hecha durante su discurso sobre el Estado de la Unión la semana pasada.
El presidente afirmó entonces que, antes de la construcción del muro entre las dos ciudades entre 2008 y 2009, El Paso se consideraba "una de las más peligrosas del país" por sus tasas de violencia "extremadamente altas", una afirmación que se demostró falsa.
La ciudad registró una media de 23 asesinatos anuales entre 1960 y 2018, y lo cierto es que durante la década previa a la construcción del muro (1998-2007) esa media fue de 16,4 asesinatos, según datos de la Policía local, cifras que convierten a El Paso en una de las urbes de más de 500.000 habitantes más seguras de EEUU.
El mismo alcalde de El Paso, el republicano Dee Margo, dijo que Trump se equivocó cuando dijo que el crimen disminuyó tras la construcción del muro y afirmó que la del presidente fue una "referencia incorrecta".
Este martes Trump quiso responder a Margo en el mitin, aunque esta vez no insistió en el supuesto peligro de El Paso: "No me importa si vuestro alcalde es republicano o demócrata. Son unos mentirosos si dicen que (el muro) no ha hecho una gran diferencia".
"Los muros no salvan vidas"
Trump también tuvo palabras para el carismático excandidato a un asiento por Texas al Senado de EEUU y potencial aspirante demócrata a la Casa Blanca en 2020, Beto O'Rourke, que decidió contraprogramar el mitin del presidente en su ciudad natal, El Paso.
"Nos ha desafiado a todos un hombre joven que perdió su elección con (el senador republicano) Ted Cruz". Y luego dijeron, 'Oye, deberías ganar la elección para lanzarte (a presidente), dijo Trump, al afirmar que O'Rourke "tiene muy poco excepto un gran nombre de pila".
Trump auguró que O'Rourke tan solo reuniría a unos centenares de personas en su mitin, pero lo cierto es que a falta de cifra oficial, las imágenes mostraban a miles junto al líder demócrata.
O'Rourke dijo que ha llegado el momento "de mostrarle al país que no hay nada de lo que tener miedo cuando se trata de la frontera México-EEUU" y también afirmó que "los muros no salvan vidas, terminan con ellas" entre carteles de "Beto 2020".
Trump, que también habló sobre el comercio con China y México, de la investigación sobre Rusia y de su exrival Hillary Clinton, terminó el mitin con la curiosa anécdota de que le han recomendado tener un perro -como la mayoría de los expresidentes- para tener una buena imagen, pero dijo que no tiene tiempo para cuidarlo.
"No me importaría, la verdad, pero no tengo tiempo para cuidarlo. ¿Cómo me vería paseando un perro por el césped de la Casa Blanca? No lo sé, no me parece bien, me parece un poco fingido. Esta no es la relación que tengo con mi gente", confesó.