El Gobierno de Nicolás Maduro informó este sábado de que ha mantenido al menos dos "reuniones" con Elliot Abrams, designado por Donald Trump como enviado especial de Estados Unidos para Venezuela.
"Hemos hecho dos reuniones de las cuales yo no te puedo dar detalles porque debo respetar la confidencialidad de las mismas, pero han sido reuniones donde nos hemos escuchado", dijo el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en declaraciones a la televisión multiestatal Telesur.
"Ha habido momentos de tensión, hay diferencias profundas, pero al mismo tiempo hay preocupaciones compartidas", añadió, y aseguró, mostrando su pasaporte y visado diplomático, haber participado en estos encuentros.
"Si tenemos que reunirnos con el diablo mismo, si tenemos que irnos al centro de la tierra a la quinta paila para hablar con el diablo y defender la soberanía de Venezuela y exigir respeto y lograr un camino de respeto con el Gobierno que representa el imperio y las corporaciones en este momento en el mundo, nosotros lo haremos", aseguró.
Ambos países viven una elevada crispación diplomática después de que Maduro cortara los lazos diplomáticos con Estados Unidos, que no lo reconoce y le ha pedido en varias oportunidades que se aparte del poder, que ejerce desde 2013.
Arreaza dijo también que estos encuentros suponen un diálogo binacional que no puede ser negado por portavoces estadounidenses y que Maduro "está al tanto de cada detalle" conversado.
"Es evidente [el diálogo con EEUU], incluso el señor [John] Bolton -asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca-, el señor de la guerra, lo ha reconocido", insistió.
Diplomacia en Washington
Asimismo, Arreaza denunció que el Departamento de Estado de Estados Unidos restringió a 40 kilómetros alrededor de la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington la libre movilidad del diplomático venezolano ante ese organismo, Samuel Moncada.
"Le tienen miedo al verbo de Venezuela, le tienen miedo a la verdad de Venezuela", señaló el canciller.
En ese sentido, dijo que el Gobierno venezolano está "evaluando" qué acciones tomar para evitar que "la voz de Venezuela en la OEA" sea silenciada antes del 27 de abril, cuando abandona el organismo por decisión propia.
"El día que nos vamos nadie nos saca, nadie nos expulsa de la OEA", señaló.
Venezuela vive una situación de inestabilidad política desde el 10 de enero, cuando Maduro volvió a tomar posesión del cargo tras imponerse en las elecciones de mayo pasado, no reconocidas por parte de la comunidad internacional.
El 23 de enero Juan Guaidó invocó varios artículos de la Constitución venezolana para reclamar que, como jefe del Parlamento, podía declararse presidente interino al considerar "ilegítima" la toma de posesión de Maduro.
Guaidó ha hecho una prioridad la entrada de ayuda humanitaria en Venezuela y ha señalado que las donaciones ingresarán con el apoyo de los ciudadanos y la comunidad internacional, principalmente de naciones como Estados Unidos y Colombia, que lo reconocen como autoridad legítima del país.