Las elecciones generales de Nigeria se han aplazado una semana, hasta el 23 de febrero, según informó este sábado la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) horas antes de que abrieran los centros de voto en todo el país.
"Tras una cuidadosa revisión de la implementación del plan logístico y operacional, y dada la determinación de realizar elecciones libres, justas y creíbles, la Comisión llegó a la conclusión de que proceder con las elecciones según lo programado ya no es posible", afirmó el presidente de la CENI, Mahmood Yakubu.
El opositor Partido Democrático Popular (PDP) acusó al presidente Muhammadu Buhari, al frente del gobernante Congreso de Todos los Progresistas (APC), de estar detrás del aplazamiento de las elecciones generales al próximo día 23 de febrero.
"Al instigar este aplazamiento, el Gobierno de Buhari espera privar de sus derechos al electorado con el propósito de asegurarse una baja participación en la nueva fecha", denunció el candidato a la Presidencia por el PDP, Abubakar Atiku, en una declaración leída por su asesor de comunicación."Conscientes que el pueblo nigeriano está decidido a rechazarlos, están desesperados y harán todo lo que esté a su alcance para evitar el rechazo del pueblo nigeriano", enfatizó.
La votación prevista el día 2 de marzo para renovar el Consejo de Gobernadores, las Cámaras Estatales y el Consejo del Territorio de la Capital Federal de Abuya se celebrarán el próximo 9 de marzo.
Pese a tachar de "inaceptable" este aplazamiento, Atiku pidió a sus seguidores no caer en la provocación y mantener la paz, incidiendo en que si han sido capaces de tolerar cuatro años de mala administración, podrán aguantar unos días más.
"No reaccionéis a esta provocación con enfado, violencia o cualquier acción que pueda ser explotada por aquellos que no quieren que se celebre esta elección", instó el candidato, "mantened la calma. Vamos a superar esto. Uno puede posponer una elección, pero no puede posponer el destino".
Más de 84 millones de nigerianos estaban llamados este sábado a las urnas para celebrar las sextas elecciones democráticas del país, en las que Buhari busca una difícil reelección tras incumplir sus principales promesas: erradicar la corrupción y sofocar la insurgencia islamista de Boko Haram en el noreste, entre otras.