El Ministerio de Interior de Arabia Saudí ha condenado la "campaña tendenciosa" que pone en duda el propósito de la aplicación 'Absher', a través de la cual los tutores masculinos pueden controlar a las mujeres, que necesitan de su permiso para realizar determinadas actividades como viajar.
En un comunicado, el Ministerio rechazó que la aplicación Absher sea "una herramienta de control" y señaló que ofrece más de 160 servicios a "todos los grupos de la sociedad del reino, incluidos residentes extranjeros, mujeres, mayores de edad y personas con necesidades especiales".
Interior agregó que la aplicación es una herramienta "esencial y directa" para llevar a cabo los trámites administrativos "en cualquier momento y desde cualquier lugar".
Asimismo, rechazó los intentos de "politizar" esta tecnología, que está disponible en versión web y en aplicación para el teléfono móvil, por lo que puede ser usada de forma instantánea.
A través de Absher los ciudadanos pueden llevar a cabo la mayor parte de trámites sin necesidad de desplazarse a las oficinas gubernamentales y también pueden registrar a las mujeres o menores que están bajo su tutela, y que necesitan permisos para matricularse en una escuela, viajar fuera del país o casarse.
Los tutores pueden dar un permiso permanente o puntual en cada caso y a través del sistema electrónico las autoridades saben quien cuentan con ese permiso o, de lo contrario, intenta desafiar las normas establecidas.
La reacción del Gobierno saudí llega después de los llamamientos a que los gigantes informáticos Google y Apple dejen de ofrecer la aplicación en sus tiendas online para no contribuir al sistema de tutoría del hombre sobre la mujer en Arabia Saudí, que tantas críticas ha recibido por parte de organizaciones de derechos humanos.
A pesar de que las autoridades del reino suavizaron algunas normas, levantando por ejemplo la prohibición de conducir un vehículo o la necesidad de un permiso para muchos trámites, las saudíes aún necesitan la aprobación de su tutor (padre, marido o hermano) para viajar al extranjero.
El último caso que puso en evidencia está situación fue el de la joven Rahaf Mohammed Al Qunun, que huyó de su familia en Arabia Saudí y de un matrimonio concertado, y consiguió asilo en Canadá el pasado enero.