Vincent Doyle, un psicoterapeuta irlandés, tenía 28 años cuando descubrió a través de su madre que el sacerdote católico que siempre había conocido como su padrino, era en realidad su padre biológico.
El descubrimiento lo llevó a crear un grupo de apoyo para ayudar a otros hijos de sacerdotes que como él sufren la vergüenza de ser fruto de un escándalo de la Iglesia.
Uno de los arzobispos con los que contactó Doyle, finalmente, le enseñó lo que estaba buscando: un documento del Vaticano que señalaba las pautas para los sacerdotes sobre cómo afrontar el hecho de ser padres.
"Dios mío, esta es la respuesta", recuerda Doyle que dijo mientras sostenía dicho documento. Preguntó si podía quedarse una copia, pero el arzobispo se lo negó: era un secreto.
Ahora el Vaticano ha confirmado, aparentemente por primera vez, que el departamento que supervisa a los sacerdotes del todo el mundo tiene pautas generales sobre qué hacer cuando los clérigos rompen los votos de celibato y tienen hijos. "Puedo confirmar que esas pautas existen", dice el portavoz del Vaticano Alessandro Gisotti al New York Times. "Es un documento internacional".
Pero el problema se está agravando y cada vez es más difícil de ignorar. "Es el próximo escándalo", asegura Doyle. "Hay niños por todos lados".
El celibato, ¿opcional?
Mientras el Vaticano se prepara para una reunión sin precedentes con los obispos de todo el mundo esta semana sobre la devastadora crisis de abuso sexual infantil, muchas personas que sienten que han sido perjudicadas por la cultura de secretismo de la Iglesia y la aversión al escándalo, acudirán a Roma para defender su causa.
Habrá víctimas del abuso de curas, monjas abusadas por sacerdotes, y, también, hijos de sacerdotes. Doyle acudirá y se reunirá de manera privada con varios prelados del Vaticano.
Para la Iglesia, historias como la de Doyle generan miradas incómodas hacia la violación del celibato por parte de los sacerdotes y, para algunos clérigos y liberales dentro de la institución, plantean el debate de que el celibato se convierta en una condición opcional dentro de la Iglesia.
Los niños son, a veces, resultado de las relaciones entre sacerdotes y monjas o mujeres fuera de la Iglesia; a veces de abusos y violaciones. La mayoría de estos casos se mantienen aislados de la opinión pública.
Rodrigo Borgia, cuando era sacerdote, tuvo cuatro hijos con sus amantes antes de convertirse en el Papa Alejandro VI. Martín Lutero, líder de la contrareforma protestante, llegó a decir que el Papa tenía el mismo control sobre el celibato que sobre "los movimientos de sus intestinos".
No hay datos estimados sobre cuántos niños han surgido a raíz de la ruptura del celibato por parte del clérigo, pero Doyle asegura que el grupo de apoyo que ha creado tiene 50.000 usuarios de 175 países.
Doyle dice que las personas como él son llamadas "hijos de los ordenados", según le dijo el arzobispo Jurkovic. "Estaba en shock porque tuviesen un término para ello".
Gisotti, el portavoz del Vaticano, ha dicho que el documento interno, que data de 2017, es un "principio fundamental" para la "protección de los niños". Dice que las pautas "requieren" que el padre deje el sacerdocio para "asumir sus responsabilidades como padre dedicándose exclusivamente al hijo".
Pero otro funcionario del Vaticano dice que este "requerimiento" es una mera formalidad. El Monseñor Andrea Ripa, el vicesecretario en la Congregación del Clero, asegura que es "imposible imponer" la dimisión del sacerdote, y que solo puede ser "solicitado" por parte del sacerdote.
Los obispos irlandeses, como el padre de Doyle, tienen sus propias pautas y las hicieron públicas en 2017. Los principios de la iglesia irlandesa no especifica que los clérigos deban dejar el sacerdocio, pero sí dice que "un sacerdote, como padre, debe afrontar sus responsabilidades personales, legales, morales y financieras".
El Papa: "Tiene que ocuparse de su hijo"
Las declaraciones del Papa Francisco sobre el tema son limitadas. En su libro de 2010 "En en Cielo y en la Tierra", el cuál coescribió cuando era arzobispo en Buenos Aires, dice que un sacerdote que, en un momento de pasión viola el celibato, podría quedarse en el ministerio, pero uno que se convierte en padre, no.
"La ley natural viene antes que su derecho a ser sacerdote", dice el Papa en el libro, añadiendo que su mayor responsabilidad sería con el niño, y que "tiene que dejar el sacerdocio y ocuparse de su hijo".
Algunos abogados aseguran que no hay ninguna ley en la Iglesia que los obligue a dejar el sacerdocio par convertirse en padres. "Como no es un crímen canónico, no hay argumentos para su dimisión".
Doyle, junto con otros hijos de sacerdotes, dicen que no creen que la dimisión del sacerdote sea siempre lo mejor para los intereses de los niños, y que en algunas ocasiones priva a la familia de su sustento. "No creo que estar en el paro sea una respuesta a la paternidad", dice Doyle.
El ADN, clave en estos casos
El reverendo Pietro Tosi tenía 54 años cuando violó a la madre de Eriz Zattoni, quien tenía 14 años por entonces. Su familia intentó que el sacerdote reconociera a su hijo, pero él se negó. La familia fue desalojada de la casa de su parroquia en una pequeña ciudad a las afueras de Ferrara, Italia. "Él nunca dijo nada", asegura Zattoni, que ahora tiene 37 años.
En 2010 Zattoni demandó a su padre, pidiendo que lo reconociese. Un test de ADN demostraba que era su hijo. El Vaticano finalmente obligó a Tosi a reconocerle como su hijo, pero no pidió su expulsión del sacerdocio.
Después de que una programa de noticias hablara de su caso, cientos de italianos se manifestaron en una plaza de Ferrara en apoyo hacia Zattoni y para presionar al Papa Francisco para que prestara atención a su caso. Pero Tosi falleció en 2014, todavía como sacerdote.
"La justicia que obtuve, dice Zattoni, "vino a través de una sentencia basada en una prueba de ADN. Los hijos de sacerdotes están acudiendo a estos tests para probar que sus padres son sacerdotes o monjas.
"Es un paso adelante, y cualquiera puede hacerlo", dice Linda Lawless, de 56 años, una geóloga aficionada en Australia e hija de un sacerdote. Su madre guardó la paternidad en secreto, pero Lawless recordó darse cuenta de niña que su madre estaba "absolutamente asustada" cuando sacerdotes visitaban la casa.
El año pasado, se hizo una prueba de ADN para confirmar que su padre biológico era un sacerdote. "Ahí es cuando el secreto salió a la luz".