"Él tocaba mis partes. Pasé una noche en su cama". "Me golpeaba. Como dependía totalmente de él, sufrí todas sus humillaciones". "He sido acosado sexualmente más de cien veces, me ha creado traumas a lo largo de mi vida".
Con declaraciones de cinco víctimas anónimas ha comenzado, este jueves, la primera cumbre de la Iglesia Católica contra los abusos sexuales en la institución.
El Papa Francisco ha reunido a 190 líderes religiosos de diferentes países para terminar de una vez por todas con la gran lacra que suponen los abusos y que la Iglesia arrastra desde hace casi veinte años, cuando se sacaron a la luz, por primera vez, de forma masiva.
Esta cumbre histórica se desarrollará en el Vaticano durante cuatro días, hasta el domingo 24 de febrero. Además, al final de cada jornada, habrá una oración y se conocerá el relato de otra víctima.
Uno de sus objetivos principales es dar voz a las víctimas y concienciar a todos los miembros de la Iglesia para que asuman la responsabilidad y dejen de encubrir a los pederastas.
La historia de una mujer de África ha sido de las más desgarradoras. Ella mantuvo relaciones sexuales con un sacerdote desde los 15 años y durante más de una década: "Estuve embarazada tres veces, él me hizo abortar las tres veces. Simplemente porque él no quería un preservativo ni ningún método anticonceptivo".
Ha asegurado que "los sacerdotes, los religiosos, tienen medios para ayudar y también para destruir" y ha pedido que se comporten con "responsabilidad, como personas sensatas".
Tanto ella como el resto de víctimas admiten que una de las peores partes es la falta de comprensión, el encubrimiento. Que nadie de la institución les crea, la falta de claridad y de actuación.
"Después de muchos años, como adulto, hablé al obispo de lo que había pasado. Me atacó sin entenderme, eso me hirió", se detallaba en el testimonio de un sacerdote que actualmente tiene 53 años y sufrió abusos en su adolescencia.
Otro denunciante criticaba "los perdones falsos y obligados" que ha venido dando la Iglesia hasta el momento. "Lo primero que hicieron fue tratarme de mentiroso, darme la espalda. Decir que era enemigo de la Iglesia. A las víctimas hay que creerlas, respetarlas, cuidarlas y repararlas".
"He sido acosado sexualmente durante mucho tiempo, más de cien veces. Es difícil vivir la vida, conectarse con la gente. Cada vez que he hablado con los Superiores Mayores, todos han encubierto prácticamente cada asunto. Han encubierto a los autores y eso a veces mata", se contaba en el último relato.
Además afirmaba que "si queremos salvar a la Iglesia, los perpetradores deben ser castigados" y pedía a los obispos que "sean claros en esta materia".
"Medidas concretas y eficaces"
Escuchando las reclamaciones de las víctimas, el Papa Francisco ha declarado durante la presentación de la cumbre que no se espera de ellos "simples y obvias condenas" y ha asegurado que necesitan "medidas concretas y eficaces" para "afrontar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad".
Por ello ha publicado, como punto de partida, un documento de 21 epígrafes que resume las propuestas elaboradas por las distintas conferencias episcopales.
Los 21 puntos abordan desde los pasos a seguir por las autoridades eclesiásticas cuando se denuncie un caso, hasta el establecimiento de códigos de conducta y la evaluación psicológica a candidatos al sacerdocio y la vida consagrada.
Uno de los apartados más importantes plantea la posibilidad de que los sacerdotes y obispos culpables de abuso sexual a menores abandonen el ministerio público, algo que todavía es poco frecuente.
El documento también se centra en la labor de la Iglesia de "acompañar, proteger y cuidar a las víctimas" pero destaca el "derecho natural y canónico a la presunción de inocencia".
Problema estructural
Los cinco casos presentados en la cumbre son solo una mínima prueba del gran problema de la pederastia en la Iglesia. En febrero de este año, la web BishopAccountability.org ha publicado un informe con los casos denunciados desde 1950 revelados por las diócesis estadounidenses. Por el momento, según esta memoria, son 7.000 los curas denunciados.
Asimismo, en otros informes del portal concluyen que el porcentaje de abusadores podría oscilar entre el 6 y el 10%, es decir, podría haber hasta 11.000 curas pederastas, como recoge El País.
En otros países como Alemania, también se ha elaborado un documento que se entregará al Papa, en el que se detallan 3.677 casos de abusos infantiles desde 1947. Y en Francia, los obispos acordaron el pasado 7 de noviembre hacer un informe con casos desde 1950.
Sin embargo, en España la Conferencia Episcopal no ha comenzado ninguna investigación, a pesar de que desde los últimos años se conocen cada vez más casos de abusos por parte de religiosos. En noviembre confirmaron, con una nota de prensa, que seguirán las indicaciones de la Santa Sede y crearán una "comisión reservada" cuya principal función será "principalmente jurídica".