Por mucho que Juan Guaidó sugiriera en la noche de este sábado al domingo que quizás haga falta una intervención militar extranjera para echar al tirano Nicolás Maduro, España niega que "todas las opciones esté sobre la mesa", como decía el presidente legítimo del país caribeño.
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha advertido este domingo de que España no apoyaría una intervención militar extranjera en Venezuela y condenaría esta acción, asegurando que "no todas las posiciones están sobre la mesa" para solucionar esa crisis.
"No todas las posiciones están sobre la mesa. Hemos advertido claramente que no apoyaríamos y condenaríamos firmemente cualquier intervención militar extranjera, que esperamos que no se produzca", dijo a Efe Borrell en Egipto, antes de la inauguración de la cumbre entre la Liga Árabe y la Unión Europea (UE).
Por su parte, la Alta Representante de la Unión Europea (UE) condenó este domingo la intimidación que sufren las personas que se han movilizado para permitir la entrada de ayuda humanitaria en Venezuela y pidió moderación a los organismos de seguridad y que permitan su distribución.
"Hacemos un fuerte llamado a los organismos de seguridad y de cumplimiento de la ley para que muestren moderación, eviten el uso de la fuerza y permitan la entrada de ayuda", indicó Federica Mogherini en nombre de los Veintiocho.
Además, Mogherini dejó claro en un comunicado que en la UE "repudiamos el uso de grupos armados irregulares para intimidar a los civiles y legisladores que se han movilizado para distribuir la ayuda". La jefa de la diplomacia comunitaria lamentó que el empeoramiento de las condiciones de vida en Venezuela, asociado con la "crisis pluridimensional que golpea al país", esté "impactando cada vez en más venezolanos".
Según dijo, el rechazo del régimen del presidente, Nicolás Maduro, a "reconocer la emergencia humanitaria", está llevando a una escalada de las tensiones. Mogherini indicó que hay "informes preocupantes" de actos de violencia y un "creciente número de víctimas", en particular en las áreas fronterizas y entre la comunidad indígena Pemon.
Recordó que la UE ya ha comprometido más de 60 millones de euros entre 2018 y 2019 en ayuda humanitaria y al desarrollo en Venezuela, enfocada en "aliviar el sufrimiento de los más vulnerables".
En ese contexto, recordó el compromiso de la Unión con "ayudar a quienes lo necesiten durante el tiempo que sea necesario", con reforzar la asistencia y trabajar en "mecanismos de coordinación" bajo el liderazgo de las agencias de la ONU relevantes, de acuerdo a "los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia".
Mogherini señaló asimismo que los orígenes de la crisis en Venezuela son "políticos e institucionales", por lo que "la solución sólo puede ser política".
"Reiteramos nuestro firme rechazo y condenamos la violencia y cualquier iniciativa que pueda debilitar más a la región", subrayó. Mogherini hizo hincapié en que el pueblo venezolano "ya ha sufrido mucho" y que ya es hora de que "se les deje decidir su futuro".
"Renovamos firmemente nuestra llamada a la restauración de la democracia por medio de elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles", enfatizó, y aseguró que la UE, a través del Grupo Internacional de Contacto que ha impulsado, "está dispuesta a respaldar este proceso".
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