El expresidente brasileño Lula da Silva abandonó este sábado por primera vez la cárcel en la que está preso por corrupción desde abril del año pasado, autorizado por la Justicia a asistir al entierro de un nieto de 7 años que murió el viernes a causa de una meningitis.
El exjefe de Estado se subió a las 7.00 hora local (10.00 GMT) un helicóptero en las instalaciones de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, en las que cumple su condena, para ser trasladado hasta el aeropuerto de Bacacheri, en donde tomó un avión de la gobernación del estado de Paraná que lo trasladó a Sao Paulo.
Lula, con traje oscuro, sin corbata y de cabellos totalmente blancos, fue trasladado en medio de un intenso dispositivo de seguridad, y escoltado por tres agentes de la Policía Federal.
De acuerdo con el relato de las personas que acompañaron al exgobernante en las poco menos de dos horas en que estuvo en la ceremonia fúnebre, Lula relató en un emocionado discurso que su nieto sufrió acoso cuando le encarcelaron y que, por eso, la mejor forma de honrarlo es demostrando que es inocente.
"Su pronunciamiento antes de despedirse nos emocionó a todos. Contó que su nieto venía sufriendo acoso en la escuela y que los compañeros le decían que su abuelo estaba preso por ladrón", relató el principal líder del Movimiento de los Sin Tierra (MST), Joao Pedro Stédile, un aliado incondicional de Lula.
El hermano falleció hace un mes
La jueza Carolina Lebbos, de la Sala de Ejecución Penal de Curitiba, aceptó la solicitud que hizo la defensa del exmandatario de liberarlo provisionalmente con base en la Ley de Ejecución Penal, que permite a los condenados salir de prisión para asistir al velatorio de familiares cercanos.
La muerte del nieto de Lula se produjo un mes después de que falleciera el hermano mayor del expresidente, víctima de un tipo raro de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos.
Lula quería acudir al entierro de su hermano pero la Justicia tan solo le autorizó una reunión familiar cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva, conocido como Vavá, ya había sido sepultado, por lo que rechazó el permiso y decidió permanecer en su celda.
La petición para acudir al entierro fue negada entonces después de que la Policía Federal argumentara problemas logísticos para su traslado y para garantizarle la seguridad en medio del sepelio.
Acumula ocho causas por corrupción
Lula fue encarcelado en abril del año pasado tras haber sido condenado por un tribunal de segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso vinculado al gigantesco escándalo por los desvíos de la petrolera estatal Petobras.
El mes pasado fue condenado por segunda vez por corrupción, a 12 años y 11 meses de cárcel, acusado de haberse beneficiado de las reformas millonarias que tres constructoras realizaron en una casa de campo que había sido cedida a su familia para descansar.
En total, el expresidente acumula ocho causas en la Justicia, incluidas las dos por las que fue condenado, todas ellas vinculadas con diferentes asuntos de corrupción.
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