Lauren Hoffmann dio a luz a su segundo hijo, Micah, en diciembre de 2018. Ella y su marido Will decidieron que se tomaría dos meses de descanso tras el nacimiento del bebé. Sin embargo, en Estados Unidos no todo el periodo de baja por maternidad es pagado, por lo que Lauren ha tenido que adelantar su vuelta al trabajo para no arruinarse.
Hoffmann, de 29 años, trabaja como gerente de programas universitarios en San Antonio, Texas, y ha tenido solamente cinco semanas y media de vacaciones tras el parto. Son vacaciones y no un permiso de maternidad porque ha tenido que emplear las semanas de vacaciones acumuladas para poder ausentarse de su empleo recibiendo una remuneración.
La joven pareja evaluó cuidadosamente su situación financiera y decidió añadir dos semanas y media a la baja, utilizando sus ahorros y apoyándose en otro tipo de permisos pagados ofrecidos por su empresa.
"Habíamos ahorrado lo suficiente y solicité una excedencia a corto plazo que cubre algunos pagos parciales de mi salario", dijo Hoffmann. "No habría sido realista cogerme más tiempo libre sin cobrar".
Ausencia de leyes en EEUU
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Estados Unidos es el único país industrializado que no exige a las empresas dar el permiso federal de licencia familiar con sueldo.
La falta de apoyo económico en las bajas por maternidad provoca que muchas familias se enfrenten a decisiones difíciles, como la de los Hoffman, que pueden resultar en enormes problemas financieros y tensión emocional.
De los 36 países miembros de la OCDE, entre los que se incluye España, que además ha aprobado recientemente aumentar el permiso de paternidad a 16 semanas, el tiempo promedio que se dan por la licencia de maternidad es de 18 semanas. Según su informe "Características clave de los sistemas de permiso de paternidad" publicado en 2017, algunas naciones europeas otorgan incluso más de seis meses.
La mayoría de las familias de EEUU dependen de la Ley de Ausencia Familiar y Médica de 1993 (FMLA por sus siglas en inglés), que protege el empleo y la cobertura sanitaria hasta 12 semanas para las nuevas madres, pero no obliga a las empresas a que remuneren ese periodo.
Además, no todas las madres tienen derecho a este permiso. Solo pueden ofrecerlo las instituciones públicas y las empresas privadas que tengan más de 50 empleados. En cuanto a las trabajadoras, para poder disfrutar el permiso, deben haber trabajado un mínimo de 1.250 horas durante los 12 meses anteriores al mismo.
Algunos empleadores del sector privado de EEUU otorgan licencias remuneradas voluntariamente, pero por el momento no es lo habitual. Asimismo, los Estados de California, Nueva Jersey y Rhode Island han aprobado en los últimos años leyes de licencia familiar remunerada. Sin embargo en Texas ni se ha llegado a proponer.
Conciliación laboral y familiar
Lauren cuida a su recién nacido antes y después del trabajo, y extrae la leche materna varias veces al día, incluso durante los descansos en una sala de conferencias en su oficina.
Después del trabajo, por lo general, se dirige a su casa justo a tiempo para una comida familiar, para ocuparse de las tareas domésticas y preparar el almuerzo para el día siguiente antes de acostar a Micah y Asa, de dos años.
"Llegué a casa anoche y todo lo que quería hacer era sentarme allí y sostener a mi bebé", explica en una entrevista hecha por la agencia Reuters.
Hoffmann comparte los deberes parentales con su marido, un enfermero de cuidados intensivos que trabaja en un hospital local, y dice que ambos luchan con la falta de sueño que trae un recién nacido, así como con la carga mental y financiera que conlleva no tener garantizada la licencia pagada.
Asegura que, cuando nace un bebé "estás preocupada por esta pequeña y nueva vida, y te encanta", pero se necesita "tener más tiempo para sentir que te estás convirtiendo bueno, en esto. Creo que eso (tener más tiempo de baja por maternidad) solo podría ser algo bueno".
Promesas políticas de cambio
El presidente Donald Trump incluyó una propuesta en su plan presupuestario para 2019 que busca proporcionar seis semanas de vacaciones pagadas a través del sistema de seguro de desempleo a las nuevas madres y padres, incluidos los padres adoptivos.
A medida que comienza la carrera por la elección presidencial de 2020, algunos candidatos demócratas también prometen seguir políticas de este tipo. Ya en la campaña de 2016, Hillary Clinton abordó este tema y afirmó que una de cada cuatro mujeres se tienen que incorporar al trabajo tan solo diez días después del parto.
"La gente me pregunta cómo va a funcionar en términos económicos. Es algo que funciona en el mundo desarrollado y también en un lugar no muy lejano llamado California", escribía la candidata demócrata en su cuenta de Twitter.
En febrero, Kirsten Gillibrand, una senadora de Nueva York que recientemente anunció su candidatura a la presidencia por el Partido Demócrata, propuso una legislación que otorgaría a los estadounidenses hasta 12 semanas de vacaciones pagadas, con el 66% de su salario mensual.
Casi todos los candidatos de 2020 en la lista demócrata están copatrocinando el proyecto de ley. No obstante, ya han sido llevadas al Congreso más propuestas para cambiar la legislación sobre el permiso familiar con sueldo sin éxito.
Hoffmann desea que el Gobierno de EEUU o incluso el Estado (Texas) "entiendan el valor de la paternidad". Y afirma que es necesario "brindar tiempo a los padres y saber que ese tiempo se pagará y se apoyará" en la enorme carga que supone formar una familia".