El jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido por una cincuentena de países como presidente encargado de Venezuela, capitalizó este sábado la rabia general por un apagón que ya suma más de 48 horas en varias regiones del país, al tiempo que anunció una escalada en su presión contra el gobernante Nicolás Maduro.
El opositor lideró una concentración que congregó a miles de personas en el oeste de Caracas, considerado un bastión del chavismo, y desde allí adelantó que recorrerá el país para captar nuevas simpatías que le permitan desalojar a Maduro del poder.
"Vamos a venir toda Venezuela a Caracas, porque los necesitamos a todos unidos, en este momento anuncio mi recorrido por toda Venezuela para traerlos a Caracas y lograr el objetivo", dijo Guaidó megáfono en mano y subido a un vehículo, después de que la policía desmontara horas antes la tarima en la que ofrecería un discurso.
Señaló que la fecha y hora de sus visitas a los más de 20 estados federales de Venezuela los anunciará con apenas horas de antelación para evitar que lo "tranquen" en las vías, como sucedió hace dos semanas cuando viajó a Colombia para liderar, con poco éxito, el ingreso de la ayuda humanitaria.
"Y luego anunciaremos, entonces, la fecha cuando vendremos todos juntos a Caracas a ejercer nuestra posibilidad (de tomar el poder)", añadió ante los gritos de miles de personas que le pedían ir al Palacio Presidencial de Miraflores, la sede del Ejecutivo en Venezuela.
Más temprano, varias docenas de policías habían intentado disolver la concentración con gases lacrimógenos y cordones que impedían que los opositores se acercaran a la avenida Victoria, el lugar de la manifestación de este sábado.
Efe constató que al menos 200 miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) bloquearon accesos en la autopista Francisco Fajardo, que une el este y el oeste de la capital, y evitó que las personas que engrosaban otras dos concentraciones se unieran a la que presidió el líder opositor. Además, se desplegó una docena de tanquetas militares que, sin embargo, no fueron utilizadas para reprimir la manifestación.
En su discurso, Guaidó fue especialmente crítico con Maduro por el corte eléctrico que ya supera las 48 horas, y aseguró que 16 estados permanecen sin servicio.
"Claro que es difícil decir que vamos bien cuando mueren niños en los hospitales (por falta de electricidad), cuando masacran a nuestros indígenas. Sabemos en la crisis que estamos y por eso seguimos luchando", continuó.
Asimismo, alertó que si los cortes se mantienen Venezuela podría atravesar una crisis de gasolina.
"Ataque cibernético"
Pero Maduro reiteró hoy que el fallo ocurrió por causa de un sabotaje y que el corte de este sábado se produjo por un "nuevo ataque cibernético".
"Recibimos un nuevo ataque cibernético internacional contra el cerebro automatizado del sistema eléctrico que tumbó todo el proceso de reconexión", dijo Maduro ante cientos de seguidores en el palacio presidencial de Miraflores.
"Descubrimos en esta oportunidad que estaban realizando ataques de alta generación científica, de alta tecnología, ataques electromagnéticos contra las líneas de transmisión eléctrica", añadió el mandatario.
Según Maduro, el ataque fue ejecutado con "tecnología de alto nivel que solo tiene el Gobierno de Estados Unidos", un país al que acusa por la mayoría de los males en Venezuela.
Una avería en la central hidroeléctrica de Guri, la principal del país, dejó sin servicio a toda Venezuela el pasado jueves, en medio de las denuncias de "sabotaje" del Gobierno de Maduro.
El servicio comenzó a ser restituido de forma paulatina la mañana de este sábado, pero cerca de las 12.00 horas locales (16.00 GMT) volvió a cortarse, sin que la Administración de Maduro ofreciera explicaciones al respecto.
Los cortes eléctricos son frecuentes en Venezuela, un país aquejado por una severa crisis económica pese a contar con las mayores reservas probadas de petróleo.
Los fallos afectan con mayor crudeza en las regiones del interior, pero ya se sienten con fuerza incluso en la capital, Caracas.
La crisis venezolana se acentuó en enero pasado, cuando Maduro juró un nuevo mandato cuya legitimidad no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional, y, en respuesta, Guaidó dijo que asumía las competencias del Ejecutivo ante la "usurpación" que considera hace el líder chavista de la Presidencia