"América para los americanos", decía la conocida Doctrina Monroe -quinto presidente de Estados Unidos- en los años 20 del siglo XIX. Ésta defendía que Europa no debía meterse en los asuntos norteamericanos bajo ningún tipo de injerencia. Dos siglos después, Steve Bannon (Virginia, 1953) exasesor de campaña de Donald Trump, aseguró en una reciente entrevista que "Europa es para los europeos". Sin embargo, está de gira por el Viejo Continente para apoyar personalmente a los populismos nacionalistas. ¿El objetivo último? Lograr una mayoría euroscéptica que pueda poner en entredicho el destino político de la Unión.
"El mundo está viviendo el momento populista", sostuvo este martes el ideólogo del 'trumpismo' en la sede de la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma, donde concedió una rueda de prensa para los medios internacionales. "Italia es ahora el epicentro del universo político de Europa", manifestó, al tiempo que indicó que el resto de partidos ultraderechistas y populistas europeos tienen que "aprovechar este momento". Actualmente, esta opción gobierna ya en Italia, Finlandia, Dinamarca, Austria, Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia.
Bannon, considerado gurú a los dos lados del océano, es acusado de ser supremacista blanco, xenófobo y machista; critica al Papa apoyando a sus detractores y aconseja al ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil. Es ejemplo a seguir para Matteo Salvini en Italia, para Marine Le Pen en Francia –según él, una "gran política"-, para el UKIP en Reino Unido y para el AFD en Alemania, entre otros. Por eso, según él mismo informa, viajará por Europa en los próximos días en el marco de una serie de "encuentros informales" que ya está compartiendo con líderes de partidos populistas y nacionalistas europeos.
"No me necesitan para ganar"
La idea es intentar que todos ellos sumen sus fuerzas y consigan una significativa representación en el Parlamento Europeo tras las elecciones de mayo. Por esta razón, hace dos años fundó The Movement, una organización sin ánimo de lucro para reunir a todos los soberanistas del mundo bajo el mismo techo, con el objetivo de contrastar el internacionalismo a través del nacionalismo. Según ha declarado Bannon en otras ocasiones, The Movement es la respuesta exactamente contraria al Open Society Foundation de George Soros.
Hablando de España y concretamente de Vox, Bannon considera que esta formación "es la demostración clara, más que cualquier otro partido, de cómo se puede pasar de tener cero influencia a jugar un papel importante en un país". Tras confirmar que es un gran admirador de Vox, valoró que "ha empujado al resto de partidos de derecha al lado nacionalista" y que es "un modelo nuevo que el resto del mundo copiará". El propio Bannon mencionó el hecho de haberse reunido ya con los dirigentes de Vox en 2017, precisamente cuando está a punto de repetir en las próximas dos semanas.
El norteamericano declara que toda la ayuda técnica y moral que va a ofrecer a sus seguidores europeos va a ser completamente "gratuita, sin cobrar" porque, atendiendo a sus palabras en Roma: "Ninguno de estos partidos me necesita para ganar. Son muy sofisticados. Yo lo que puedo hacer por ellos es lo que hice por Trump, es decir, contarles simplemente que pueden ganar si mantienen su mensaje".
"La UE no es tan fuerte como parece"
Si se mira hacia atrás, para la Unión Europea los Estados Unidos nunca han sido un verdadero impedimento. Con cierta lógica, Washington tampoco ha deseado nunca una UE tan importante y poderosa que un día –lejano– pudiera hablarle "de tú a tú". Pero desde el nacimiento de la UE en adelante, allá por los años 50, los Estados Unidos consideraron a la UE un importante proyecto comercial que ayudaría al desarrollo del Viejo Continente, un ejemplo de libre mercado en Europa que confirmara el funcionamiento del capitalismo occidental y en contraposición al modelo soviético. Lo cual favorecería sin duda también a los Estados Unidos.
Sesenta años después del nacimiento de la UE, 30 años tras la caída del Muro de Berlín y a más de 10 años de distancia del comienzo de la crisis económica; Steve Bannon, cual "agente" propagandístico de Donald Trump en el Viejo Continente, asegura que "la UE no es tan fuerte como parece", porque entre sus Estados miembros existen "grandes diferencias". Según él, para fortalecer el proyecto de integración, los socios europeos deben apostar por partidos "más nacionalistas".
En medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China –donde Roma está meditando junto a Pekín ser el acceso de la Nueva Ruta de la Seda–; Europa, desde dentro y desde fuera, observa de cerca y en su contra la estrategia del divide et impera, del divide y vencerás, una máxima romana y, por cierto, europea. La pregunta es simple: si la mayoría del Parlamento Europeo fuera euroescéptica, ¿qué futuro le espera a la UE?