La decisión de Estados Unidos de reconocer la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán envió esta semana la enésima señal a los palestinos de que Washington tiene un claro favorito en la región y erosionó, aún más, las opciones del plan de paz que la Casa Blanca debe presentar en las próximas semanas.
Casi dos años después de iniciar sus contactos en Oriente Medio, Jared Kushner, el yerno del presidente estadounidense, Donald Trump, tiene casi terminado su plan para los israelíes y palestinos y quiere hacerlo público "probablemente después de las elecciones" del 9 de abril en Israel, confirman a Efe fuentes de la Casa Blanca.
El problema, para muchos observadores, es que Trump ha boicoteado las perspectivas de una solución mediada por EEUU con sus regalos políticos al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, incluido su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y de la soberanía de ese país sobre los Altos del Golán sirios.
"La política de este Gobierno ha consistido en culpar a los palestinos de todo, en castigarles por ser palestinos", opinó en declaraciones a Efe Richard LeBaron, quien ayudó a diseñar los esfuerzos de mediación de EEUU en la década de 1990 y ahora trabaja en el centro de estudios Atlantic Council.
Los palestinos rechazaron a EEUU como único mediador para la paz después de su reconocimiento de Jerusalén como capital israelí en diciembre de 2017, pero Kushner insistió en seguir diseñando su plan aunque el liderazgo en Ramala no quisiera reunirse con él.
El yerno de Trump prometió hace un mes que su proyecto abordará los temas más espinosos en el conflicto, como el establecimiento de fronteras, pero el Gobierno de Trump sigue sin comprometerse firmemente con una solución de dos Estados.
Preguntado este miércoles en el Congreso sobre si respalda esa solución, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, se limitó a responder que "serán los pueblos" de la región los que lo decidan.
Pompeo prometió que el plan de Kushner contiene "ideas que son nuevas, frescas y diferentes", pero los pocos aspectos que se han filtrado a la prensa apuntan a la repetición de al menos dos ideas que ya intentaron otros Gobiernos estadounidenses.
La primera es el desarrollo de un plan de ayuda económica para los palestinos, un tema que Kushner promocionó en una gira por Oriente Medio en febrero pero que "ya se ha intentado muchas veces en el pasado", recordó a Efe una experta en el conflicto en la American University, Tova Norlen.
"Puedes darles autonomía económica, puedes mejorar sus vidas, pero mientras no haya una respuesta al tema territorial (...), seguirá habiendo violencia", agregó.
La segunda es una aparente confianza en que los países árabes de la región respaldarán la propuesta de EEUU y se convertirán en actores clave para acercar a los palestinos a la mesa negociadora.
Aaron David Miller, un exdiplomático que se ha reunido varias veces con Kushner, cree que el plan del yerno de Trump es ahora "menos" dependiente de la cooperación de los países árabes que en sus orígenes.
"Pero sigo creyendo que tienen expectativas poco realistas sobre lo que les gustaría que hicieran los (países) árabes", dijo a Efe Miller, quien ha asesorado a Gobiernos estadounidenses de ambos partidos sobre el proceso de paz. "Las opciones de que este plan de paz sea aceptado son escasas o ninguna", resumió Miller, que ahora trabaja en el centro de estudios Wilson Center.
Aunque aseguró no tener detalles concretos del plan, Miller opinó que "la forma en la que se han comportado con respecto a israelíes y palestinos apunta claramente a que no habrá un intento de encontrar una solución en los temas clave, como las fronteras, seguridad, Jerusalén y refugiados", entre otros.
Kushner ya ha retrasado más de un año la presentación de su plan y LeBaron no descarta que ni siquiera llegue a ver la luz. "Es posible que a Netanyahu le reelijan por un margen estrecho, con una coalición de derecha, y que lo último que necesite sea un plan de paz, y diga que no es el momento adecuado", apuntó.
Si el proyecto llega a presentarse, LeBaron cree que será "tan inaceptable para los palestinos que se verán forzados a rechazarlo de entrada", lo que permitirá a Israel y a EEUU "culparles" del fracaso.
Pero nadie descarta que la frustración de los palestinos ante el proyecto de Kushner pueda espolear una nueva ola de violencia. "Ese es probablemente un riesgo que el Gobierno (de Trump) no está teniendo en cuenta", concluyó Norlen.