El Parlamento de Nueva Zelanda ha dado luz verde este miércoles a la nueva ley de control de armas que prohíbe la posesión de fusiles de asalto y armas semiautomáticas de estilo militar, menos de un mes después del atentado que acabó con la vida de 50 personas en dos mezquitas de Christchurch.
La reforma ha sido aprobada con 119 votos a favor y uno en contra. Ahora debe recibir la aprobación del gobernador general antes de entrar en vigor, algo que está previsto para el viernes, según ha publicado el 'New Zealand Herald.
"50 personas murieron y no tienen voz. Nosotros en esta Cámara somos su voz y hoy la hemos usado sabiamente", ha asegurado durante la sesión del Parlamento la primera ministra del país, Jacinda Ardern.
La posesión de fusiles de asalto y armas semiautomáticas acarreará penas de hasta cinco años de prisión, aunque hay algunas excepciones para el control de plagas o los coleccionistas.
Los personas que tengan armas prohibidas tendrán hasta finales de septiembre para entregarlas a la Policía, aunque el Gobierno ha dejado la puerta abierta a ampliar este periodo de amnistía.
La ley aprobada incluye un marco regulatorio para las devoluciones. La compensación económica dependerá del tipo de arma, modelo y estado, además de que es obligatorio que la persona que la entregue esté en posesión de una licencia de armas válida.