El Gobierno de Polonia ha recurrido a bedeles, jubilados y voluntarios para que supervisen los exámenes finales de más de 300.000 alumnos, mientras los docentes polacos mantienen su tercer día de huelga indefinida para exigir subidas salariales.
Se estima que el 74% de todos los maestros -en total son unos 470.000- secundan esta huelga nacional en la educación pública y privada
Los docentes de enseñanza primaria y secundaria iniciaron el pasado lunes una protesta indefinida para exigir mejoras laborales, con la exigencia prioritaria un aumento mensual de 250 euros en las nóminas.
La huelga arrancó en un momento crucial para los estudiantes, días antes de los exámenes finales, y también semanas antes de las elecciones al Parlamento Europeo.
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, pidió anoche a los maestros que suspendan su huelga para hacer posible que los alumnos hagan sus exámenes "con tranquilidad".
Los docentes son uno de los sectores menos favorecidos por el despegue económico que ha vivido Polonia en los últimos años, con unos sueldos muy bajos con los que no pueden hacer frente a los incrementos de precios que experimenta el país, dicen los sindicatos.