El expresidente peruano Alan García, de 69 años, ha muerto tras pegarse un tiro en la cabeza segundos antes de que fuera a ser detenido en su domicilio de Lima por supuestos delitos de corrupción vinculados al caso Odebrecht. Los policías encontraron a García ya herido de gravedad, después de encerrarse y dispararse en su habitación.
Fuentes del partido Aprista y el presidente de Perú Martín Vizcarra confirmaron que el dos veces gobernante peruano (1985-1990 y 2006-2011) falleció mientras era operado en el hospital Casimiro Ulloa de Lima, donde ha permanecido en estado grave durante unas horas.
El presidente Vizcarra ha confirmado minutos después el fallecimiento a través de un mensaje en su cuenta oficial en Twitter. "Consternado por el fallecimiento del expresidente Alan García. Envío mis condolencias a su familia y seres queridos", señaló Vizcarra.
El director del hospital, Enrique Gutiérrez, señaló que el exgobernante presentaba un disparo de arma de fuego en el cráneo "con orificio de entrada y salida" y que todos los médicos del hospital participaron en la operación que intentó salvarle la vida.
Según testigos consultados por la televisión peruana, García estaba cubierto por una manta roja y poco después llegó al lugar uno de sus hijos y representantes del Partido Aprista Peruano (PAP).
El suceso se produjo cuando agentes de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad acudieron a la casa del político, sobre el que pesa desde finales del año pasado una orden de prohibición de salir del país, para someterlo a una detención provisional por diez días ordenada por el Poder Judicial.
Presuntos sobornos
El expresidente García estaba siendo investigado por presuntos sobornos en la construcción de un tren para Lima, proyecto en el que estaba involucrada la constructora brasileña Odebrecht
Junto a García, también se ordenó la detención de Luis Nava, secretario presidencial bajo el Gobierno del líder del partido aprista, y Miguel Atala, ambos estrechos colaboradores del expresidente y señalados como sus testaferros.
Además, del exministro de Transportes y Comunicaciones y de Vivienda y Construcción, Enrique Cornejo, quien horas después se entregó a la Justicia, y de otros cinco exfuncionarios de su segundo gobierno.
La situación legal de García se complicó después de que el pasado domingo se difundiera que la empresa Odebrecht, en el marco del acuerdo de colaboración que mantiene con la Justicia peruana, reveló que Nava, y su hijo José Antonio Nava, recibieron 4 millones de dólares de la empresa para lograr el contrato de construcción de la Línea 1 del Metro de Lima.