Juan Guaidó y sus distintos portavoces en Venezuela y por el mundo, también Leopoldo López, coinciden en afirmar que la solución a la crisis es cuestión de poco tiempo. Los más optimistas, caso por ejemplo de Antonio Ecarri, embajador del presidente encargado en España, dicen que de "días". A pocos escapa que esa solución pasa en buena parte por Estados Unidos, que trabaja a dos escalas: la política y la militar.
De la primera se encarga personalmente Donald Trump, que este viernes conversó por teléfono con Vladimir Putin durante más de una hora, con Venezuela como uno de los asuntos centrales. Según Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca, para "reiterarle la necesidad de una transición pacífica" que en la práctica se traduciría en la salida sin resistencia de Nicolás Maduro del Palacio de Miraflores, momento en el que Guaidó tomaría el control del país durante un breve periodo antes de unas elecciones con plenas garantías.
En paralelo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton -una de las voces más contundentes contra Maduro en este proceso- visitaban el Pentágono para calibrar las posibilidades y efectos de una intervención del Ejército. La información ha trascendido por los canales ordinarios, como cualquier otra, sin esconderse ya que cuando menos, Estados Unidos tiene un plan en caso de fracaso de la primera vía, ya se trate de algo concreto o de una mera estrategia para aumentar la presión sobre Maduro y más especialmente sobre su entorno más próximo.
Sin apoyos para la intervención
El lunes, Pompeo y su homólogo ruso, Serguei Lavrov, se verán en Rovaniemi (Finlandia) para continuar negociando sobre Venezuela. El Kremlin juega un papel fundamental en la continuidad de Maduro y Washington sabe que es el camino más corto -si bien no el más sencillo- para evitar tener que poner en marcha alternativas menos deseables.
Además, la vía militar tiene un grado de apoyo ínfimo, incluso entre los conservadores proTrump, que, como recogía hace unas horas el Miami Herald -aportando nombres de senadores-, no creen ni que el trámite superara los controles legislativos. Además, dudan de que una intervención fuera coherente con el 'America first', entre otros factores porque la relación con Rusia y China se complicaría sensiblemente.
Este viernes, Guaidó ofreció una rueda de prensa en Caracas, por donde se mueve sin que un atrincherado Maduro mueva un dedo, más preocupado de desenmascarar a los cercanos que pudieran haberle traicionado. El presidente encargado criticó el "genocidio silencioso" del dictador tras los últimas cuatro muertes en las calles. "Hoy somos más", proclamó, convencido de su victoria.