Más de un millón de manifestantes tomaron este domingo las principales avenidas del centro de Hong Kong al concluir la manifestación iniciada horas antes en demanda de la retirada definitiva del proyecto de ley de extradición, cuya tramitación ha dejado en suspenso el Gobierno local.
La marcha, que reunió en sus inicios a centenares de miles de personas, fue congregando cada vez a más gente, y a las 20.50 horas locales (12.50 GMT) los manifestantes ocupaban el parque Tamar, junto a la sede del Parlamento y las principales avenidas y calles adyacentes a su alrededor en un radio de casi 2 kilómetros, según constató Efe.
'Victoria' en las calles
Muchos de los participantes expresaron su intención de permanecer toda la noche en las calles, al tiempo que pedían la retirada total del proyecto de ley y la dimisión de su impulsora, la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, que anunció la suspensión de la iniciativa legislativa ante las protestas populares.
La manifestación comenzó a las 14.30 horas locales (06.30 GMT) y siete horas después de su inicio todavía había columnas de miles de personas que marchaban hacia el lugar de su conclusión en el parque Tamar.
Al principio la gente que iba llegando al parque se fue congregando en él, pero poco después de ponerse el sol sobre la ciudad los manifestantes empezaron a tomar las grandes avenidas colindantes y bloquearon por completo el tráfico rodado en la zona.
"Hasta las doce de la noche esto es legal, luego veremos que pasa, pero nuestra intención es quedarnos aquí hasta que haya respuesta", dijo a Efe Kelly Chan, una estudiante de medicina que observaba asombrada uno de los ríos humanos que discurrían por una ancha avenida del corazón de la ciudad, justo al pie de la sede del Gobierno chino.
"La ley de extradición tiene que ser retirada, no basta con dejarla en suspenso para luego retomarla cuando la cosa se tranquilice", apuntó, por su parte, Wei Wei Lam, una experta en marketing que integraba la multitud que tomó la avenida.
Una semana de movilizaciones
Todos los presentes coincidían en que la manifestación supera con creces las cifras de asistencia de las de los pasados miércoles y domingo, que ya habían superado récords históricos de participación en la excolonia británica.
Por su parte, Carrie Lam, cuya dimisión exigen gran parte de los manifestantes emitió un comunicado a las 20.30 horas locales -seis horas después de iniciada la marcha- en el que pidió disculpas a los residentes de Hong Kong y prometió "sincera y humildemente aceptar todas las críticas", aunque no habló en ningún momento de su renuncia.
"La jefa del Ejecutivo reconoce que las deficiencias en el trabajo del Gobierno han creado controversias sustanciales y disputas en la sociedad, frustrando y entristeciendo a mucha gente", señaló la nota.
La manifestación tiene permiso para desarrollarse hasta que concluya la jornada a medianoche y posteriormente el mantenimiento de la protesta carecería de autorización administrativa, según la legislación hongkonesa.