El Estrecho de Ormuz es uno de los pasos marítimos más importantes del mundo. Su punto más angosto, de unos 33 kilómetros, separa las orillas de Irán y Emiratos Árabes, la del Golfo Pérsico y el Golfo de Omán. Tiene dos vías marítimas, de tres kilómetros cada una, para evitar colisiones debido al tráfico denso de la zona.
Su importancia no radica en los supercargueros que navegan estas aguas sino en lo que transportan en sus bodegas: petróleo. Mucho petróleo: las despensas de estos buques llevan uno de cada cinco barriles de crudo que tienen como destino Asía Pacífico, Europa o América del Norte. En cifras absolutas significa que este embudo puede mover al día más de 14 millones de barriles.
La escalada de tensión entre Irán y Estados Unidos ha llevado a Teherán a amenazar con cerrar el tráfico de petroleros en el Estrecho de Ormuz. Pero, ¿es posible bloquear uno de los puntos claves de la geopolítica mundial y de la región de Oriente Próximo? Algo parecido intentó Irán en el año 1987 y desembocó en la 'Guerra de los petroleros', que acabó con barcos atacados, varios tripulantes muertos y, en algo que viene aparejado a cualquier conflicto en esta zona: el aumento brusco y casi inmediato del crudo en el mundo.
Trump se retira del acuerdo nuclear
La enemistad entre Washington y Teherán viene de lejos, pero las relaciones permanecían estables hasta que, el 9 de mayo de 2018, Trump anunciaba que EEUU abandonaba el pacto nuclear firmado con Irán. Este acuerdo se refrendó el 14 de mayo de 2015 en Viena tras dos años de jornadas maratonianas de negociaciones. Aparte de Irán, este texto fue avalado por otras cinco potencias: Francia, Alemania, Reino Unido, China y Rusia.
El objetivo de este acuerdo era impedir el acceso iraní a la bomba atómica, a cambio de levantar las sanciones económicas que asfixian al régimen. A pesar de la insistencia de los países europeos a Trump para que no abandonara el pacto, Washington rompió unilateralmente lo suscrito hace tres años, una decisión cuyas consecuencias son difíciles de calcular.
Trump restablece las sanciones Irán
Seis días después de abandonar el pacto nuclear, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Maike Pompeo, advirtió de que la Casa Blanca impondría a Irán las sanciones "mas fuertes de la historia".Además, avisó a sus socios europeos para que sus compañías dejaran de hacer negocios con Irán porque, si no, "deberán rendir cuentas" y hacer frente a sanciones económicas. Estas imposiciones incluyen limitaciones de exportación de gas y petróleo.
Las escalada de tensión aumentó cuando, el pasado mes de abril, Trump decidió declarar a la Guardia Revolucionaria Iraní como "grupo terrorista". Se trata de la primera vez que Estados Unidos toma esta medida contra los militares de otro país.
Amenaza de bloqueo del Estrecho de Ormuz
No habían pasado 30 días de ese anuncio cuando el asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, explicaba que el despliegue de Estados Unidos en la zona incluía el Grupo de Ataque USS Abraham Lincoln y un grupo especial de bombarderos “para enviar un mensaje claro e inequívoco al régimen de Irán de que cualquier ataque contra intereses de Estados Unidos o de nuestros aliados será respondido con una fuerza implacable".
El régimen iraní captó “el mensaje” y respondió a Trump con una amenaza clara: bloquear el Estrecho de Ormuz y un posible ataque al portaviones si cruzaba sus aguas sin los permisos correspondientes.
Este mensaje de alerta alcanzó también los pasillos de Moncloa y, en concreto, a Margarita Robles, ministra de Defensa en funciones. En ese momento, la fragata española Méndez Núnez, con más de 200 efectivos a bordo, estaba integrada en el grupo de combate con el portaaviones USS Abraham Lincoln a la cabeza.
La flota que había cruzado el Bab el Mandeb se dirigía rumbo al Estrecho de Ormuz para entrar en el Golfo Pérsico. En los despachos de Moncloa se temía que España fuese arrastrada involuntariamente a un conflicto con Irán. Por esto, Robles ordenó la retirada de forma temporal (ahora ya definitivo) de la Méndez Núñez de este grupo de combate.
Irán supera los niveles de uranio
Tras la salida de EEUU del acuerdo de Viena, Teherán dio a los signatarios europeos un margen de 60 días para hacer valer los compromisos adquiridos en el pacto nuclear. Al cumplirse el plazo Irán cumplió su ultimátum y superó el nivel de enriquecimiento de uranio, que estaba fijado en una pureza del 3,67%.
"De momento, llegaremos a un enriquecimiento del 5%", aseguró el portavoz de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Behruz Kamalvandí. De este modo, Irán alcanza el suministro de combustible necesario para alimentar a las centrales eléctricas del país.
Ataque a dos petroleros
El siguiente sobresalto en la zona llegó cuando dos buques petroleros fueron atacados en el Golfo de Omán, que comunica con el Golfo Pérsico a través del Estrecho de Ormuz. Los barcos afectados eran el 'Front Altair', con bandera de las Islas Marshall y operado por la naviera noruega Frontline para la petrolera taiwanesa CPC, y el 'Kokuka Courageous', con bandera de Panamá y propiedad de una empresa japonesa. Los petroleros que se disponían a salir del Estrecho de Ormuz fueron el blanco de impactos y explosiones.
Horas después de lo sucedido, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, realizó una breve comparecencia ante los medios de comunicación y acusó a Irán de estar detrás de los presuntos "ataques". "La valoración del Gobierno de Estados Unidos es que la República Islámica de Irán es responsable de los ataques ocurridos en el golfo de Omán", sentenció Pompeo.
Derribo de drones
Apenas una semana después de las declaraciones de Pompeo, la Guardia Revolucionaria Iraní aseguró que había derribado un avión no tripulado de Estados Unidos, dedicado a operaciones de espionaje, cerca del Estrecho de Ormuz. El dron entró en el espacio aéreo iraní y sobrevoló la región de Koohe Mobarak, en la provincia meridional de Hormozgan, según un comunicado.
Irán denunció tras este episodio que el dron estadounidense "violó su espacio aéreo territorial", lo que elevó aún más la tensión en la zona porque Washington decidió enviar más tropas y reforzar su despliegue militar de buques y misiles en el Golfo Pérsico.
Unos días después llegaba la segunda réplica estadounidense. Trump anunció que el Ejército ha destruido un dron iraní en el Estrecho de Ormuz que, según Trump, se había aproximado a su buque de asalto 'USS Boxer'. Irán sale al paso y niega en redondo lo sucedido. El portavoz de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Abdolfazl Shekarchi, tacha las declaraciones de Trump de “delirantes” y asegura que todos los drones enviados al Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz volvieron a su base.
El cruce de declaraciones continúa y la Casa Blanca responde: "El dron ha sido destruido inmediatamente". Posteriormente, el presidente manifestó que "Estados Unidos se reserva el derecho a defender a su personal, instalaciones e intereses".
Captura de dos petroleros británicos
En este contexto de tensión, el último incidente se produjo el pasado viernes. Al caer la noche, Irán capturó un petrolero de bandera británica en el Estrecho de Ormuz y retuvo durante horas a otro, lo que 'invitó' a la crisis a un nuevo actor: Reino Unido.
El buque, de nombre Stena Impero, fue incautado por la Guardia Revolucionaria Iraní en el estrecho de Ormuz con 23 tripulantes a bordo y se encuentra ahora en el puerto iraní de Bandar Abas, mientras se desarrolla la investigación en curso.
Esta captura se produce en plena crisis diplomática entre Teherán y Londres, motivada por el secuestro del superpetrolero iraní Grace 1 en aguas de Gibraltar bajo la sospecha de que podría transportar crudo a Siria violando las sanciones impuestas por la UE al régimen de Bashar al-Ásad.
También, este mismo día, la Corte Suprema de Gibraltar decidió prologar la retención del Grace 1, al menos, dos semanas. Este hecho ha sido calificado por el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, como “piratería”.
Por su parte, el ministerio británico de Exteriores, Jeremy Hunt, manifestó este sábado su "preocupación" por este incidente y resaltó que esto pone de manifiesto que Teherán ha elegido un "camino peligroso" con su comportamiento "ilegal y desestabilizador". Londres ha denunciando ante la ONU la captura del Stena Impero y ha recomendado a las embarcaciones del Reino Unido que permanezcan fuera de Ormuz por un "periodo provisional".
Horas más tarde, las autoridades de Irán, exhibían su potencial a través de un vídeo en el que muestran el operativo del apresamiento del buque británico. En las imágenes se podían ver que los soldados portaban ametralladoras y llevaban sus rostros cubiertos.