Holanda se une oficialmente a los países europeos que limitan el uso del burka y el niqab -similar al burka pero que permite que se vean los ojos- en los espacios públicos con la entrada en vigor este jueves 1 de agosto de la ley que prohíbe "el uso de ropa que cubra completamente la cara, o solo muestre los ojos, en instituciones educativas, en el transporte público, en instituciones gubernamentales y hospitales".
Si bien esta legislación evita mencionar expresamente el burka y el niqab, muchos la consideran como una medida dirigida principalmente a las mujeres musulmanas y una forma de introducir la "ley burka" en el país. El inicio de su aplicación reaviva la polémica que ya suscitó su aprobación hace un año.
De esta forma, las mujeres que lleven estas prendas en hospitales, colegios o el transporte público, entre otros, se enfrentarán a multas de entre 150 y 400 euros. Ante esta situación, el partido islamista de Rotterdam, NIDA, se ha ofrecido a pagar las multas de aquellas mujeres que decidan seguir cubriéndose el rostro, según informa Efe.
Con 44 votos a favor y 31 en contra, el Senado ratificó una ley que llevaba debatiéndose más de una década en el país, desde que el líder ultraderechista del Partido por la Libertad, Geert Wilders, presentara el primer proyecto en 2016. "Prohibido desde mañana. ¡Por fin! Porque este es nuestro país. Si quieres usar un burka, ve a vivir a Arabia Saudita o Irán", ha celebrado Wilders en Twitter.
Los partidarios de la "ley burka" argumentan que esta "prohibición parcial" es una cuestión de seguridad y de "integración social" de las mujeres musulmanas. "El burka fomenta la desigualdad entre hombres y mujeres y no tiene cumple con ningún papel en la sociedad holandesa" declaró Tom Rombouts, senador del CDA (Llamada Demócrata Cristiana).
Sin embargo, otros políticos consideran es una ley "simbólica". Thom de Graaf, del partido Demócratas 66 (D66) -que votó en contra- afirmó que se trata de "una ley simbólica para resolver un problema inexistente". Ya que, según diferentes medios holandeses, se estima que solo entre 200 y 400 mujeres usan burka o niqab en Países Bajos, donde viven más de 17 millones de personas.
"Lagunas" de aplicación
Los opositores a la ley no son los únicos que la consideran "simbólica", ya que muchos critican que el texto tiene muchas "lagunas" en su aplicación, algo que no se ha solucionado durante este año desde su validación. Por ejemplo, uno de los lugares a los que tendrían prohibido acceder las personas con el rostro cubierto es el transporte público, donde los trabajadores no tienen autorización para hacer cumplir la ley.
Por esa razón, las empresas de transporte han avisado que en caso de que vean a algún pasajero con la cara tapada le informarán sobre la legislación, pero que no pararán el vehículo hasta que llegue la Policía, para no tener retrasos, y evitarán "cualquier tipo de choque" con ellos. Además, la Policía también ha advertido que no irá "tras un tranvía en movimiento donde una persona esté infringiendo la ley de cubrirse la cara".
En este sentido, un portavoz del Ministerio de Interior holandés ha asegurado, en declaraciones recogidas por Efe, que "seguirán hablando con las autoridades competentes para discutir la implementación de la ley" y ha subrayado que "cuando hay una nueva norma, siempre hay dudas sobre cómo obligar a su cumplimiento".
Colectivos opositores
A pesar de todo, colectivos religiosos y ONG's han mostrado su oposición: "Según el Gobierno, el propósito de la ley es eliminar los obstáculos a la comunicación mutua. Cree que la ropa que cubre la cara puede obstaculizar la calidad del servicio o la seguridad. Amnistía no encuentra esta justificación convincente", ha informado Amnistía Internacional a través de un comunicado.
Esta ONG arguye que se trata de "una restricción a la libertad de religión" y además, asegura que "casi no hay problemas con los velos faciales en los Países Bajos. No ha habido signos de problemas de seguridad en los últimos años, ni en los Países Bajos ni en los países vecinos".
La "ley burka" se instala así de forma definitiva en Países Bajos, que actualmente tiene un Gobierno de coalición a cuatro de ideología mayoritariamente conservadora -aunque también está integrado D66, el único que votó en contra- como ya lo hizo en Dinamarca, Francia y Bélgica.