Boris Johnson mantiene el pulso a la oposición y a los diputados rebeldes de su partido. El Parlamento será disuelto hasta semanas antes de la fecha para ejecutar el brexit. El primer ministro británico no piensa dar un paso atrás en lo que muchos de sus enemigos han calificado como un "golpe" a la democracia.
"Este Gobierno no se va a quedar parado mientras llega el 31 de octubre. Necesitamos un discurso de la Reina para poner en marcha un programa legislativo que ponga más policías en las calles, aumente el gasto en educación y cuide e invierta en nuestra sanidad pública", ha defendido en un discurso desde Downing Street.
Johnson intenta así aplacar la crisis interna y los rumores que apuntan a unas elecciones anticipadas. "Yo no quiero unas elecciones y el pueblo tampoco", ha asegurado tras una reunión urgente de su Gabinete.
El premier ha suplicado a la oposición y a los diputados rebeldes que no "corten las piernas" votando en contra del Gobierno en el Parlamento en plena negociación con Bruselas para mejorar el acuerdo de salida.
Johnson ha asegurado que "las posibilidades de una salida negociada han aumentado" en las últimas fechas aunque Reino Unido está preparada para salir de la UE "pase lo que pase". Además, ha subrayado que "bajo ninguna circunstancia" solicitará una nueva prórroga.