Greta Thunberg tiene un problema. Se encuentra en América -en estos momentos en Canadá- desde septiembre, con motivo de la Cumbre de Acción Climática que Naciones Unidas celebró en Nueva York, y tenía previsto acudir a la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (COP25) del 2 al 13 de diciembre, que iba a tener lugar en Chile. Los violentos episodios ocurridos estas últimas semanas en aquél país obligaron a buscar otra sede y finalmente será Madrid. La joven activista sueca quiere venir, pero no tiene forma de hacerlo.
"Lamento no poder visitar América del Sur y Central esta vez -ha tuiteado-, estaba ansiosa por esto. Pero, por supuesto, no se trata de mí. (...) Estamos en una emergencia climática y ecológica. Como el COP25 se ha trasladado oficialmente de Santiago a Madrid, necesitaré ayuda. Resulta que he viajado por medio mundo por el camino equivocado. Ahora necesito encontrar una manera de cruzar el Atlántico en noviembre. Si alguien pudiera ayudarme a encontrar transporte, estaría muy agradecida".
Thunberg, de 16 años, desembarcó en Estados Unidos después de una travesía desde Plymouth (Reino Unido) de dos semanas en un velero "cero carbono", evitando las emisiones de CO2 que producen los aviones. Si su pretensión es llegar a España de la misma forma, no debe tardar en ponerse en marcha, ya que apenas queda un mes para la cita. Su presencia daría todavía más relieve al evento al tratarse de un personaje tan popular a escala mundial como controvertido.
Pese a su corta edad, se presentó en la sede de las Naciones Unidas y abroncó a los principales líderes mundiales, con un sonoro "¡cómo os atrevéis!" o la amenaza "no os lo perdonaremos". Allí, acusó a los jefes de Estado y de Gobierno presentes de no hacer los suficiente para revertir la crisis. "Se están muriendo los ecosistemas, estamos a las puertas de una destrucción masiva", advirtió.
Ni siquiera esos mandatarios aludidos se han resistido a opinar sobre Thunberg, indiscutible protagonista en el activismo contra el cambio climático y referente para millones de jóvenes en todo el planeta. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sarcástico, la definió como "una joven muy feliz deseando un futuro brillante y maravilloso". El de Rusia, Vladimir Putin, le dio un consejo: "Ve y dile a los países en desarrollo por qué deberían seguir viviendo en la pobreza y no ser como Suecia".