Berlín

Son años de vacas flacas para el Estado Islámico (EI). Desde mediados de 2015, esta organización terrorista ha sufrido numerosos reveses militares y, desde luego, ya no es lo que era. En sus mejores días, el EI controlaba hasta 65.000 metros cuadrados de territorio entre Siria e Irak en los que vivían no menos de 8 millones de personas.

Su presupuesto se ha llegado a estimar en 7.000 millones de dólares (unos 6.340 millones de euros), un PIB comparable al de países caribeños como Barbados y capaz de superar el de algunas pequeñas naciones africanas. Sin embargo, tras sucesivas operaciones militares internacionales en Siria e Irak, del EI se ha llegado ha decir que ha sido "derrotado", según el término que empleara a finales del año pasado el presidente estadounidense Donald Trump. La muerte de Al Baghdadi tras una operación de EEUU ha sido uno de los golpes definitivos. 

No obstante, nada parece indicar que esa organización haya dejado las armas. Puede ser que, habiendo perdido el poder y el control del territorio del que gozó en su día, el EI esté ahora falto de efectivos. Pero la organización terrorista, que hasta cierto punto se ha caracterizado por una funesta capacidad de inventiva, no se da por vencida. De ahí que lleguen ahora noticias desde Irak según las cuales el EI está tratando de usar 'vacas-bomba' para sus atentados.

Así, el prestigioso diario estadounidense The New York Times y no poca prensa internacional se hacía eco hace unos días de unas declaraciones del coronel Ghalib Al-Atyia, portavoz de la policía en la provincia de Diala, región al este de Bagdad colindante con la capital iraquí. En ellas, el responsable policial daba cuenta del “extraño” suceso terrorista ocurrido en la localidad de Al Islah.

Dos vacas con cargadas con explosivos, como si se tratasen de terroristas suicidas, se adentraron en ese pueblo. Los rumiantes explotaron tras accionarse por control remoto los dispositivos que cargaban infringiendo “daños a las casas cercanas pero sin registrase daños personales”, se lee el rotativo neoyorquino, que cita en todo momento a Al-Atyia.

"Según el coronel, el ataque da cuenta de que el Estado Islámico, cuyas filas se han visto drásticamente reducidas en cuatro años de lucha contra las fuerzas de seguridad iraquíes, estaba recurriendo a métodos inusuales porque le falta personal", según la información del The New York Times, firmada por la reputada periodista Alissa J. Rubin. Entre las fuentes de su artículo se incluyen testigos del ataque de las vacas convertido en terroristas por el EI además de fuentes policiales en Diala.

Atentar así “no es serio”

Al Estado Islámico se le pueden atribuir más de una innovación en el campo de batalla. Pero parece que convertir a vacas en 'terroristas-suicidas' es ir demasiado lejos. Ahmed S. Hashim, en su día asesor político-militar para el Ejército de Estados Unidos en Irak, no puede evitar reír al ser preguntado por EL ESPAÑOL sobre la novedosa tentativa terrorista protagonizada por el EI en Al Islah.

“Una vaca no es un sujeto guiado por decisiones pensadas. Una vaca puede alejarse del objetivo a atacar y no llegar al mismo. No es lo que yo consideraría algo serio”, dice a este periódico Ahmed S. Hashim. Para ataques, suicidas o no, “el ser humano es la maquina guiada más sofisticada que existe”, plantea este profesor de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur. Hashim también es autor del libro El califato en guerra: realidades operacionales e innovaciones del Estado Islámico (Ed. Hurst, 2018).

El EI ha sido derrotado. Ha perdido territorio y está enfrentándose ahora mismo a rivales mucho más fuertes. Pero decir eso y afirmar que ha perdido su guerra es algo muy diferente

Puede que, para Hashim, no resulte “serio” usar 'animales-bomba' en la funesta causa del ISIS, pero este experto no subestima la amenaza que sigue representando esta organización terrorista tanto en las zonas en las que otrora se extendía su administración como en los países occidentales. “En términos de capacidad militar, el EI ha sido derrotado. Ha perdido territorio y está enfrentándose ahora mismo a rivales mucho más fuertes. Pero decir eso y afirmar que ha perdido su guerra es algo muy diferente”, asegura Hashim.

“Grupos como el EI no son ni terroristas tradicionales ni insurgentes al uso porque han desarrollado terrorismo, guerrilla y capacidades militares semiconvencionales. Yo creo que este tipo de grupos suben y bajan en el espectro de la violencia, en función del contexto, y ahora mismo el EI ha llevado su uso de la violencia al terrorismo o la guerrilla”, abunda.

En esta lógica, el EI busca ahora innovar en términos de terrorismo a falta de poder utilizar los medios militares más convencionales que sí llegó a emplear en su momento. No hay que olvidar que, por ejemplo, en 2014, los terroristas del EI tomaron la ciudad de Mosul (norte iraquí), llegando a emplear cerca de mil hombres. Se impusieron a “una guarnición regional que le era diez veces superior”, según Graeme Wood, profesor de ciencia política en la Universidad de Yale y otro respetado autor especializado en el funcionamiento del EI.

'Blitzkrieg' yihadista

Precisamente en su toma de Mosul, en 2014, el EI tuvo éxito en apenas cinco días tras emplear lo que Hashim califica en su libro de 'Blietzkrieg' o “guerra relámpago”, una técnica militar que en su día fue utilizada con notorios éxitos por el III Reich. "El EI ha desarrollado e implementado formas de hacer la guerra únicas en el mundo yihadista", escribe Hashim en su libro The Caliphate at War.

En este sentido, Hashim habla de la capacidad que desarrolló en su día el EI de llevar a cabo “atentados suicidas con bombas a escala industrial”. Para hacerse una idea de a qué hace referencia este experto cabe destacar que, por ejemplo, en 2016, “entre el 16 de octubre y el 31 de noviembre”, a la hora de enfrentarse a las fuerzas militares iraquíes, el EI “lanzó 632 vehículos bomba, 14 al día”, se lee en The Caliphate at War. “Es una de la innovación militar el mantener este tipo de ataques de una forma constante y hacer que no sea algo episódico. El EI creó los ataques suicidas a nivel industrial”, apunta Hashim.

El ocaso del Estado Islámico está relacionado con la pérdida de territorio y capacidad de acción

Otros analistas, como el sueco Hugo Kaaman, sostienen que "los vehículos bomba improvisados han sido una de las armas más versátiles y más poderosas del EI". Así hace referencia este experto a la capacidad del EI de usar coches, furgonetas y camiones como improvisadas armas de guerra en el campo de batalla. Lo hace en su reciente informe Coches-bomba como armas de guerra, un documento publicado el pasado mes de abril por el Instituto para Oriente Medio, un think tank estadounidense con sede en Washington.

En dicho estudio se muestran numerosas imágenes de esos vehículos improvisadamente preparados para la guerra. Para los no iniciados en los medios operativos del EI, el aspecto de esos vehículos – parapetados con placas de metal y rejas, sobre todo, en la parte frontal – recuerda los medios de transporte de la distopia planteada en las películas de Mad Max.

A esas innovaciones Hashim suma que el EI ha sido capaz de desarrollar incluso “capacidades militares para llevar a cabo acciones con drones”. Sin embargo, toda esa “creatividad guerrera” no ha impedido que la organización atraviese ahora los que para muchos parecen ser sus peores días, viéndose obligado incluso a utilizar animales para tratar mantener vivo de su criminal proyecto.

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