"Una solución realista de dos estados" para poner paz entre Israel y Palestina tras décadas de conflicto. Donald Trump se ha descolgado este martes con un plan de paz para Oriente Próximo que él mismo ha calificado como "histórico" y el "acuerdo del siglo".
En pleno año electoral para conseguir la reelección y con el 'impeachment' en marcha, Donald Trump, ha puesto toda la carne en el asador para vender su plan como un 'win-win' para todas las partes, pero sólo ha consultado la viabilidad de este con una de las partes: Israel, con un Benjamin Netanyahu presente en la Casa Blanca cuando encara las terceras elecciones generales.
Una de los grandes titulares que deja este plan de paz cocinado por Jared Kushner -yerno y asesor de Trump- es que Estados Unidos estaría dispuesto a reconocer la creación de un estado Palestino. El precio a pagar es casi inasumible para la Autoridad Nacional Palestina: sin una "renuncia de forma clara" al terrorismo no habrá estado.
Además, Trump promete al mismo tiempo la confirmación de Jerusalén como "capital indivisible" de Israel y el establecimiento de la capital de ese futuro estado palestino en Jerusalén este.
El plan sin fisuras también respalda la anexión por parte de Israel del valle del Jordán, que constituye alrededor del 30% del territorio de Cisjordania, un reclamo de la derecha israelí que promete indignar a los palestinos y a parte de la comunidad internacional.
Más allá de las evidentes contradicciones, Trump se ha empleado a fondo en vender su plan como imbatible y "diferente" al de sus predecesores porque contiene muchos más detalles "técnicos" de partida, con 80 páginas de propuesta.
Estado fragmentado y rodeado
"Esta es la primera vez que Israel ha autorizado la publicación de un mapa conceptual que ilustra las concesiones territoriales que está dispuesto a hacer para conseguir la paz", afirmó este martes en la Casa Blanca.
El presidente publicó después en su cuenta de Twitter ese mapa, que contempla la conexión de los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania mediante un túnel y reserva a Israel el valle del Jordán, ubicado al oeste del río del mismo nombre y junto a la frontera con Jordania.
Ese mapa concedería a los palestinos un Estado fragmentado y contenido por completo dentro de Israel, menos la frontera de Gaza con Egipto, algo que Netanyahu definió como necesario para permitir que los israelíes "se defiendan a sí mismos por sí mismos".
"Esto nos dará una frontera oriental permanente para defendernos", dijo Netanyahu respecto a la concesión a Israel del valle del Jordán, una posibilidad que la ONU ha advertido que sería contraria a la legalidad internacional.
Trump dio un plazo de cuatro años a los palestinos para comprometerse con su iniciativa, y Netanyahu confirmó después que, durante ese periodo, Israel "mantendrá el statu quo" para favorecer una negociación con los palestinos.
Aunque los palestinos no aceptan a EEUU. como mediador debido a los múltiples regalos políticos de Trump a Netanyahu, el mandatario estadounidense confió en convencerles a medio plazo de negociar, y les prometió una inversión de 50.000 millones de dólares para duplicar su PIB y crear un millón de empleos.
Palestina dice 'no'
La negativa por parte de Palestina sólo ha tardado dos horas, literalmente, en llegar. El presidente palestino, Mahmud Abás, declaró que los palestinos no "cederán" al plan ante este plan:
"Rechazamos este acuerdo desde el principio, y nuestra posición era correcta cuando nos negamos a esperar", dijo Abás tras una reunión de urgencia con el liderazgo palestino en Ramala. "No nos agacharemos y no cederemos", añadió.