A pesar de la imagen abierta que el gobierno chino intenta dar a la comunidad internacional en lo referente al coronavirus, durante estas semanas se han conocido distintas situaciones de censura que han causado indignación en gran parte de la población.
Un posible caso es la desaparición del periodista Chen Qiushi, del que no se sabe nada desde le pasado jueves seis de febrero. Chen llegó a Wuhan el 24 de enero, un día después de que fuese declarada en cuarentena, y subía vídeos a YouTube y Twitter para mostrar qué ocurre allí realmente.
Al llegar a la ciudad prometió públicamente que "no esparciría rumores, no crearía pánico social y no escondería la verdad". También aseguró que no contactaría con pacientes en estado grave y que no se iría de Wuhan "hasta que el brote se encuentre bajo control".
Antes de acudir al epicentro del coronavirus, Chen ya era conocido por sus coberturas de las protestas de Hong Kong en 2019. En esa ocasión ya sufrió la censura del gobierno, que le eliminó su cuenta de Weibo, una plataforma china similar a Twitter, donde tenía más de 700.000 seguidores.
"Mientras esté vivo, hablaré"
Durante las dos semanas que este periodista ciudadano -como él mismo se denomina- ha informado sobre la situación del coronavirus antes de que se perdiera todo contacto con él, entrevistó a personal de diferentes hospitales, recorrió la ciudad y visitó la construcción del Hospital Huoshenshan.
En algunos vídeos advirtió que estaba siendo perseguido por las autoridades y llegó a decir lo siguiente: "Tengo miedo. Delante de mí está la enfermedad. Detrás de mí está el poder legal y administrativo de China. Pero mientras esté vivo hablaré sobre lo que he visto y lo que he escuchado. No tengo miedo a morir. ¿Por qué debería temerle, Partido Comunista?", recogía el periódico The Guardian.
El cinco de febrero fue a visitar el Hospital Fangcang para comprobar si había escasez de recursos, y desde entonces no ha vuelto a dar señales de vida. La madrugada del seis su madre publicó un vídeo en la cuenta de Twitter de Chen en el que daba la voz de alarma y pedía la ayuda de los internautas para encontrarle.
En cuarentena "a la fuerza"
Durante la semana que ha transcurrido desde su desaparición han circulado diferentes teorías sobre su posible paradero. Sus amigos sostienen que Chen ha sido puesto en cuarentena a pesar de que su temperatura corporal cuando fue al hospital era normal. Sin embargo, Xu Xiaodong, amigo del periodista, se pregunta: "¿Por qué la cuarentena obligatoria requiere la confiscación de teléfonos móviles? ¿Por qué no dejar que Chen tenga contacto con su familia?".
Asimismo, han denunciado que su paradero no ha sido confirmado por las autoridades. Por su parte, según informa el diario global.udn.com, el personal de seguridad nacional aseguró que "el teléfono móvil de Chen Qiushi había sido confiscado" y que la comunidad donde vivía "había sido infectada, por lo que toda esa población había sido aislada".
En este sentido, Xu Xiaodong insiste en que no tiene sentido quitarle el móvil por su aislamiento y cuestiona dichas investigaciones: "La comunidad donde vivía Chen no parecía encontrarse en el estado de infección descrito por la seguridad del estado", escribió en redes sociales.
El diario Deutsche Welle (dw.com) afirma que al intentar ponerse en contacto con Chen "a veces el teléfono se queda en silencio después de dar un tono de marcado" y, en otras ocasiones, "la otra parte cuelga".
¿Compinchado con el gobierno?
Miles de personas protestan en las redes sociales para conocer qué le ha ocurrido a Chen y piden que "no se convierta en el nuevo Li Wenliang", el doctor que avisó del brote de coronavirus y fue censurado por el gobierno, que además murió el mismo día de la desaparición de Chen.
Pero no todos son admiradores de Chen. Algunos internautas opinan que el periodista puede estar compinchado con el gobierno, y aseveran que por eso pudo entrar y moverse "libremente" por Wuhan, a pesar de que cuando llegó la ciudad ya estaba en cuarentena.
Aunque no se sabe con exactitud qué le ha ocurrido a Chen, no sería de extrañar que hubiese sido detenido por las autoridades. Además del claro caso del doctor Li Wenliang, desde que se conoció la magnitud del coronavirus, otros ciudadanos que contaban la situación de Wuhan han sido arrestados o se han eliminado sus perfiles en las redes sociales.
Es el caso de Fang Bing, que fue detenido durante 10 días por mostrar hospitales de Wuhan llenos y el traslado de cadáveres en minibuses; o Wang Yajun, un escritor chino que criticó en internet la forma de actuar del gobierno ante esta crisis, y también fue detenido. De ellos se conocieron las detenciones desde un principio, pero de Chen Qiushi lleva sin saberse nada una semana.