Poca gente por la calle, bastante despejados los principales monumentos, poco tráfico y con los niños en casa. Y un silencio poco habitual, como el que ahora se puede experimentar en Roma. Es la imagen de una Italia que, en su conjunto y en la práctica, se comporta como todo un país en cuarentena. A partir de ahora, hasta el 3 de abril, los italianos tendrán que aprender a estar en casa porque sí, sin poder moverse a ninguna otra zona del país. Quien necesite desplazarse, será por una causa mayor. Los transportes permanecerán activos y los supermercados abiertos, ya que unos de los objetivos del Gobierno no es sólo el de invitar a toda la población a quedarse en casa, sino que haya una cierta normalidad.
Ya no existen zonas rojas, sino que todo el país es declarado como una "zona protegida", tal como la ha definido el primer ministro, Giuseppe Conte, en vista de el nuevo decreto ley en vigor desde ayer en todo el territorio italiano. Bien es cierto que todo el país será un territorio único de alerta, pero las hasta ahora zonas rojas, es decir, la región de Lombardía y 14 provincias más del Norte de Italia; seguirán siendo áreas de alto contagio, de modo que cualquier personas que en los últimos 14 días haya transitado o está en contacto con personas de esas región, tendrán que avisar a las autoridades competentes.
Italia, de forma preventiva, va a estar aislada también por vía aérea. Compañías como British Airways y Ryanair, han anulado todos sus vuelos hacia y desde Italia. Malta ha anulado todos sus vuelos al país con forma de bota, al igual que España y Austria. Esta última también ha cerrado su frontera terrestre con Italia.
Más allá del decreto ley, ahora mismo el documento más famoso de Italia es lo que se conoce como la autodeclaración. Dado que nadie, por ningún motivo, puede desplazarse a ninguna otra localidad; este documento autocumplimentado sirve para justificar que, como prevé el nuevo decreto ley, hay un motivo de peso para aplicar una excepción por razones de sanidad, trabajo o extrema necesidad.
Se trata de un folio descargable en las páginas web institucionales del Gobierno italiano e incluso en las principales ediciones online de los periódicos italianos. Ayer, muchas copisterías en Roma, por ejemplo, vendían las autodeclaraciones ya impresas, de la cantidad de gente que iba con el fichero ya preparado para imprimirlo. Quien declare el falso en el documento arriesga una multa y tres meses de cárcel.
Siempre distancia de un metro
Permanecerán cerrados en toda Italia, cines, colegios, teatros, gimnasios, sala de juegos, casas de apuestas, discotecas, pubs, museos y centros comerciales. Las iglesias estarán abiertas, pero sin poder celebrar ni misas, ni funerales; y se podrá acceder a ellas siempre y cuando se pueda mantener la distancia de seguridad de un metro. Se puede estar al aire libre, pero lejos de la muchedumbre.
También se podrá hacer la compra, porque los supermercados y las farmacias estarán siempre abiertas, pero le estará permitido hacerla a sólo un miembro por familia. Se puede hacer deporte en abierto, pero no en gimnasios, ni piscinas, ni pistas de esquí. Cerrados centros culturales y de belleza. Los bares y restaurantes podrán abrir de 06:00 hasta las 18:00 horas, siempre y cuando los clientes puedan mantener la distancia de seguridad de un metro.
Mas de 600 fallecidos
Atendiendo a los datos ofrecidos ayer por la tarde por la Protección Civil Italiana, son ya más de 10.149 los casos positivos por coronavirus –la mitad proceden de la región de Lombardía, hace dos semanas foco del contagio–; desglosados en los 8.514 enfermos actuales, 1.004 las personas curadas y 631 los fallecidos.
Aunque bien es cierto que los jóvenes no son totalmente inmunes porque ya hay casos de contagiados dentro de este colectivo, también es verdad que la gran mayoría de los fallecidos son de edad avanzada y con complicaciones preexistentes. Dicho de otro modo, la mayoría de los que fallecen, por el momento, no es por coronavirus sino con coronavirus. Un dato que ayer quisieron remarcar las autoridades italianas.
La región de Lombardía, la gran zona afectada por el alto nivel de contagio por coronavirus, está pidiendo a través de su presidente autonómico, Attilio Fontana, que el cierre de su territorio sea total: no sólo colegios, sino también tiendas, bares, restaurantes. Una propuesta que, por el momento, no ha recibido el visto bueno de Conte.
La oposición, liderada por el soberanista líder de la Liga, Matteo Salvini, pide también que haya un cierre aún más férreo en todo el país y no sólo una cuarentena generalizada con excepciones: "Cerrar todo ahora, exceptuando el sector médico, militar y alimentario, sería lo mejor para volver, dentro de muy poco, a arrancar todos juntos de nuevo". Dicha propuesta, sin embargo, ha tenido, por el momento, la negativa del premier, Conte.
La medida clave, para el Gobierno y las autoridades sanitarias, es que todo el mundo se quede en casa. Algo de lo que se ha hecho eco una buena parte del mundo de la música, donde los artistas más conocidos del país han grabado canciones hechas ad hoc para la ocasión. A través de las redes sociales, las estrellas musicales italianas están invitando a sus seguidores a que permenzcan en sus hogares. El eslogan, ya convertido en hashtag, es claro: #YoMeQuedoEnCasa.