El desabastecimiento o, mejor dicho, el miedo al desabastecimiento, ha dejado en la mayoría de países imágenes para el recuerdo de farmacias arrasadas y gente buscando -y pagando- mascarillas y productos desinfectantes donde fuera. Y lo peor es que, ante la extrema necesidad de estos elementos, también los gobiernos se han apresurado a esta carrera por hacer acopio del material que puede ayudar a paliar los efectos de la pandemia de coronavirus.
La competencia es tan feroz que incluso se han llegado a dar episodios más próximos a la guerra sucia que podría reflejar el cine. Pero, como la realidad siempre supera a la ficción, en Francia claman por la 'jugarreta' que les ha hecho Estados Unidos a golpe de talonario.
Renaud Muselier, presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, ha denunciado que parte de un cargamento de millones de mascarillas destinadas a Francia ya pagadas que ya esperaban empaquetadas en un aeropuerto chino fueron "allanadas" por efectivos americanos que "compraron en efectivo" su material "sobre la pista de aterrizaje".
El avión, según denuncia Muselier, voló a Estados Unidos en vez de a Francia. Su denuncia la recogen varios medios galos, en los que explica que este hecho, lejos de ser puntual, está adquiriendo una cierta recurrencia: "Nos las quitan cuando las pedimos, en la carretera y en el aeropuerto, a todos los niveles, no os podéis imaginar", cuenta. Los americanos, censura, "compran máscaras en todas partes, sin importar el precio", según recoge Libération este jueves.
Según este representante público, EEUU se beneficia del "caos logístico" que se da en China para satisfacer una demanda que viene a funcionar, según se desprende de sus palabras, como una suerte de subasta en la que "como los americanos piden dos o tres mil millones de máscaras y nosotros cinco millones, siempre somos los siguientes".
Como los americanos piden dos o tres mil millones de máscaras y nosotros cinco millones, siempre somos los siguientes
Con este riesgo inesperado y estas tácticas de acopio tan agresivas, el propio Muselier asegura que una de las tareas que le tocan es la de asegurar la mercancía para que no sea "incautada o comprada por otros", a costa de un retraso de varios días en la entrega, añade.
"Hay mucha tensión ahí fuera. Los ladrones son muchos y variados", señaló este jueves a BFM TV. "Y como guinda del pastel, hay un país extranjero que pagó tres veces el precio de la carga en el asfalto. Así que las máscaras se han ido y la región que las ordenó se queda en la indigencia", dijo, sin especificar la región estafada.
Francia también 'paralizó' a España
Aunque la situación que denuncia es censurable, lo cierto es que el endurecimiento de las medidas de restricción que se dan en varios países han afectado también al tráfico de mercancías dentro de Francia. Y por eso tampoco las autoridades galas se salvan de protagonizar hechos que han generado tensión. Por ejemplo, el que denunció L'Express, que desveló que, a comienzos de marzo, se requisaron cuatro millones de mascarillas de una empresa sueca que tenían como destino España e Italia.
Según este diario, las mascarillas estuvieron quince días paralizadas en los que las que solo las gestiones diplomáticas pudieron desbloquear la situación. Apenas un par de jornadas antes, el presidente Emmanuel Macron había decretado una orden por la cual podía requisarse cualquier material que ayudara en la lucha contra la covid-19.
Más de 4.000 muertos en Francia
Este episodio se produce en un momento en el que Francia ha superado ya la barrera de los 4.000 muertos por coronavirus, un número apuntado por los responsables de Sanidad que, no obstante, no incluye los fallecimientos que se producen en residencias de ancianos o en sus propias viviendas, lo que augura cifras superiores. En cualquier caso, hay cerca de 60.000 casos confirmados en el país.
Esta situación, parecida a la de otras naciones del entorno, ha motivado que el Elíseo haya puesto también en marcha medidas de confinamiento de la población para reducir la expansión de la enfermedad que durarán, al menos, hasta el 15 de abril. El primer ministro francés, Édouard Philippe, destacó que en ese momento se valorará levantar ciertas restricciones para recuperar paulatinamente la normalidad.