"La ONU muchas veces parece que no es necesaria pero es fundamental. Si no hubiera, la tendríamos que inventar". Probablemente muchos lectores están en desacuerdo con esta frase, ya que gran parte de la ciudadanía percibe más gasto que utilidad en la Organización de Naciones Unidas, pero Amado Philip de Andrés, representante regional de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en África Oriental, rebate estos prejuicios con ejemplos claros durante nuestra entrevista.
Este abogado y economista español lleva más de 20 años trabajando en Naciones Unidas y asegura que su labor tiene resultados visibles y que todos los que trabajan en la organización son servidores públicos: "Si no estás para servir, te vas. Si no te apasiona lo que haces y no ves el impacto, es que hay algo que no estás haciendo bien", insiste. De Andrés sabe bien de lo que habla, comenzó en el Banco Mundial, pero pronto se trasladó a Kósovo durante la Guerra de los Balcanes como abogado de Crímenes de Guerra. Para él, es un ejemplo de la necesaria labor de la ONU ya que "en los cinco primeros años después de la guerra recompuso su sistema y transformó el territorio en un Estado de Derecho y respeto a los derechos humanos".
Después de pasar tres años en Kósovo, se trasladó a África Occidental, donde ejerció de representante regional adjunto en la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga el Delito -UNODC, por sus siglas en inglés-. Ahí es dónde ha desarrollado la mayor parte su carrera, lo que le ha llevado también a la delegación de Centroamérica, a su sede en Viena, y ahora, la delegación de África Oriental.
De Andrés siente pasión por su trabajo y lamenta que la UNODC sea tan desconocida. En esta oficina luchan contra delitos tan graves como son la corrupción, el narcotráfico, la trata de seres humanos y el terrorismo. "Desplegamos un equipo, trabajamos con los países que cubrimos y les apoyamos en las prioridades que nos marcan", explica.
Exámenes de polígrafo contra la corrupción
En Guyana, por ejemplo, colaboró con el gobierno para recuperar el dinero perdido por la corrupción, que "se estaba comiendo el 2,1% del crecimiento del país". "En Guyana hubo un cambio de gobierno que decidió terminar con la corrupción. Nos pidieron que pusiéramos a un fiscal de élite apoyando al grupo de fiscales especiales del país para que investigasen y enjuiciasen los casos de corrupción. Lo que hicimos fue apoyar al Gobierno a cambiar la legislación de Guyana estableciendo unos procedimientos para que con las solicitudes de cooperación internacional los bienes incautados fruto de la corrupción se revirtieran al Estado y se clarificara. Así, recuperó la mitad de su dinero perdido".
Todo el proceso además, se realizó bajo una supervisión absoluta para evitar cualquier tipo de fraude. "A los fiscales se les hacía una prueba con polígrafo -también al fiscal nombrado por la UNODC-. Era un examen de dos horas que se hacía cada seis meses y si no lo pasaban se quedaban fuera". De Andrés subraya el nivel de control al que es sometida su oficina en lo relativo a la corrupción. "Somos la agencia más auditada de todo el sistema de Naciones Unidas (NU), tenemos que ser un ejemplo".
Campañas de sensibilización: 'Corazón Azul'
Uno de los ámbitos más destacados en los que trabaja la UNODC es la delincuencia organizada transnacional, que engloba el tráfico y fabricación de armas ligeras; la trata de personas, que es la segunda actividad ilícita más beneficiosa del mundo y puede tener como fin la mendicidad infantil, explotación laboral, explotación sexual o el tráfico de órganos -estos dos últimos fines son los más habituales y en muchos casos se practican ambos con la misma víctima-; y el tráfico ilícito de migrantes, que está vinculado en ocasiones con la financiación de grupos terroristas.
Para luchar contra ello, la UNODC trabaja con la sociedad civil, el sector privado y los gobiernos y lleva a cabo labores de prevención, sensibilización, persecución del delito y protección de la víctima. Por ejemplo, De Andrés destaca la labor de los medios de comunicación cuando se lanzó en 2010 la campaña ‘Corazón Azul’ contra la trata en México: "A los seis meses la prensa era la principal 'madrina' de las investigaciones de la Procuraduría General (Fiscalía) en cuanto a víctimas de la trata. ¿Por qué? Porque identificaban esos focos a través de las informaciones que recibían. Eso ayudó mucho al país y también a nosotros".
Pero sin duda el punto principal de la UNODC es su capacidad para apoyar a los Estados en la persecución del delito a través del fortalecimiento de sus grupos de fiscales o la congelación de cuentas y financiación de los grupos criminales. Asimismo, aunque cuando realizan una operación en un país "es el Estado al que apoyamos al que le compete publicar o no publicar los resultados de la misma" -motivo por el que muchas veces no se conoce a esta agencia-, sí que se puede ejercer cierta presión si no hay colaboración.
Copa Airlines: ejemplo de lucha contra la trata
De Andrés cuenta un caso que refleja a la perfección todo este proceso: Copa Airlines. “En 2015 identificamos que bastantes víctimas de la trata de Latinoamérica pasaban por el Aeropuerto Internacional de Tocumen. Hablamos con Copa les propusimos unir esfuerzos para resolver el problema: 'Hay unas 15 víctimas en todos los vuelos a ciertos países todos los días, ¿qué queréis hacer?'. En caso de que Copa se hubiera negado se les podría haber expuesto publicando un artículo en el que se informase del problema y decir que no habían colaborado. Pero entonces se suscribieron a Corazón Azul e hicieron lo siguiente", relata.
"Primero pusieron en 15 de sus aviones que seguían esas rutas de trata el logo de Corazón Azul a la puerta del avión. Luego, la UNODC capacitamos a una serie de pilotos y de tripulación de cabina para que se convirtieran en trainers, para la identificación de víctimas en vuelo. Normalmente una de las víctimas va con el tratante en business y las otras 14-15 en turista. Entonces, les instruimos sobre técnicas de interrogatorio para que el tratante no se dé cuenta; cómo hablar con las víctimas... Además, la tripulación podía saber si todas las presuntas víctimas seguían la misma ruta -en este caso, llegaban a Tegucigalpa y de ahí se dirigían a Cuba-".
"Copa en colaboración con las autoridades panameñas se dedicaba a que el presunto tratante fuera puesto a disposición judicial tras el aterrizaje y perdiera el segundo vuelo, lo que hacía que las víctimas también lo perdiesen y eran devueltas a su lugar de origen. Eso cuesta dinero, y si lo multiplicas por 15... Su aportación fue muy valiosa, ya que además era Copa quién pagaba esos billetes de vuelta". La UNODC también acompaña a las víctimas en el proceso de reintegración: “Algunas de estas víctimas trabajan ahora en el Aeropuerto de Tocumen como agentes de apoyo a la seguridad”, señala.
Terrorismo y el tráfico de drogas
El cuarto pilar de su trabajo es asistir a los países para combatir el terrorismo, que muchas veces se vincula con los crímenes mencionados anteriormente. De Andrés está especializado en lucha contra el blanqueo de capitales y asegura que delitos como la corrupción o el tráfico de sustancias ilícitas están muy relacionados con ello. A su vez, el tráfico de drogas, por ejemplo la heroína, actualmente financia parte del terrorismo islámico “tanto de ISIS en el Sahel, que desafortunadamente se vincula con Europa, como Al Shabaab en África Oriental”.
De la misma manera, la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes también están ligadas con redes de terrorismo. “En el Sahel hay mujeres que son vendidas por sus padres y obligadas a casarse con terroristas del ISIS. Abusan de ellas sexualmente y se las tiene para generar hijos, son víctimas de la trata. Lo que pasa es que muchas veces en ese tiempo se radicalizan y entran a formar parte de ISIS”.
En otras ocasiones, se aprovechan de migrantes, cuya red de tráfico ilícito actualmente puede llegar a financiar cerca del 11% del terrorismo islámico -dependiendo de las regiones-. De Andrés destaca que hay que verlos como víctimas, ya que se les cosifica, y a veces acaban convertidos en víctimas de la trata, ya sea, por ejemplo, con fines de explotación sexual o de tráfico de órganos. “Por ejemplo si una familia quiere cruzar la frontera, estos grupos explotan sexualmente a la mujer porque si no, no dejan pasar a sus hijos”.
“Para mí esto no es solo delincuencia organizada transnacional, es un crimen de lesa humanidad. La trata de personas en esos casos que se vincula con flagrantes violaciones de derechos humanos y con tráfico ilícito de migrantes, delincuencia organizada, vulneración de la dignidad de la persona… Es un crimen de lesa humanidad. Estamos hablando de vulneración de derechos a un nivel enorme”.
Desde la UNODC apoyan distintas operaciones y proyectos para terminar con esta lacra que afecta a miles de personas y colaboran con entidades, instituciones, ONG y empresas de todo el mundo. En este marco, De Andrés y su equipo trabajan actualmente con el Gobierno de Kenia y la ONG española Thribune, para construir un centro donde las menores kenianas que salgan del centro de reclusión puedan alojarse y recibir una educación y un trabajo. Las jóvenes evitarán así caer en estas redes de trata que muchas veces llegan a Occidente. Es una de las cientos de iniciativas que lleva a cabo la UNODC para lograr el respeto de los derechos humanos en todo el mundo.