Menos de medio millar de ciudadanos marroquíes (485) han tenido la suerte de retornar a su país atravesando los pasillos humanitarios habilitados desde Ceuta y Melilla, en varias tandas rodeadas de polémica.
Marruecos fue el único estado, junto a Burundi, que desde que cerró las fronteras por la Covid-19, el 13 de marzo, no había repatriado hasta el momento ni a uno solo de sus casi 80.000 ciudadanos en el extranjero, teniendo en cuenta también a los estudiantes.
Durante esos largos dos meses, en diferentes comisiones parlamentarias, los ministros de Exteriores, del Interior y la Delegada de los Marroquíes en el Extranjero pidieron “paciencia” a sus compatriotas tirados fuera del país. Según el Ejecutivo, los consulados y embajadas en el exterior se encargan de atender a estas miles de personas.
La repatriación llegó por orden del rey Mohamed VI la madrugada del 15 de mayo. El monarca se indignó con la muerte de una empleada del hogar de 34 años originaria de la región de Driuch. El cuerpo sin vida apareció en la zona de duchas de la Plaza de Toros, donde la ciudad española acogía y costeaba los gastos de dos centenares de marroquíes sin alojamiento.
Así Marruecos, dos meses después, comenzaba la repatriación de sus nacionales varados en Melilla a través de un pasillo humanitario de dirección única a Nador.
Por el paso fronterizo de Beni Ensar salieron 200 personas en dos días, a pesar de que en Melilla se concentraba casi un millar. Marruecos solo admitió a los ciudadanos inscritos en un listado que “se confeccionó en Rabat en colaboración con un alto funcionario amigo de un concejal de la Delegación de Nador que también se había quedado atrapado”, según pudo saber EL ESPAÑOL.
Nada menos que el alcalde de Nador encabezaba esa lista. La oposición sigue pidiendo explicaciones a la Delegada del Gobierno, Sabrina Moh, porque el político, además, tiene documentación española.
La mayoría de los que consiguieron salir habían estado confinados en viviendas y alojamientos privados. Así Marruecos dejaba en tierra a las personas más vulnerables acogidas en la mezquita, la plaza de toros o el recinto V Pino. Actualmente, cerca de 800 marroquíes siguen en Melilla y quieren retornar, según fuentes de la Delegación del Gobierno.
“Estoy perdido no sé ni cuál es la lista oficial”
“No he salido a Marruecos, y no he encontrado mi nombre en ninguna lista. No sé si la próxima vez podré salir o tampoco. Estoy perdido, no sé ni dónde tengo que apuntarme ni cuál es la lista oficial, ni nada”, escribía el sábado a EL ESPAÑOL Omar (nombre ficticio), un joven de 27 años de Castillejos que ha acogido una familia ceutí.
Después de más de dos meses en su casa, confesaba “me tratan muy bien, pero ya me da vergüenza, y además estoy preocupado por mi madre”. Añade que “hablo de vez en cuando con ella, pero la echo de menos. Necesito pasar para verla y acompañarla”.
Viernes, sábado y domingo esperó en la frontera de El Tarajal. En cada ocasión que se activó el dispositivo de repatriación de Ceuta a Castillejos, este chico se acercó a la frontera, “sin suerte”.
La Delegación del Gobierno y varias asociaciones ceutíes confeccionaron dispares listas que pasaban de los 400 a los 700 ciudadanos, y que Marruecos nunca reconoció. El caos y la ausencia de transparencia en la preparación del traslado fue la característica dominante durante la última semana en la repatriación de El Tarajal, y llevó a que Marruecos parase la operación la primera jornada o a que devolviese a 60 ciudadanos desde la misma frontera.
Listas del consulado de Algeciras
Lo cierto es que Omar no se registró en el consulado de Algeciras. Y según pudo saber EL ESPAÑOL, “de allí salieron las listas a Rabat con los datos de los ciudadanos que habían presentado toda la documentación en regla”. Para ello habilitaron unos números de teléfono especiales atendidos en árabe e incluso un WhatsApp para enviar las copias del pasaporte, el visado y la información del vehículo.
A pesar de las acusaciones que rondaron por la prensa marroquí de que la Delegación del Gobierno de Ceuta pretendía colar a menores e incluso a personas de otras nacionalidades, desde Rabat dejaron claro que “las relaciones con Madrid siguen siendo excelentes”.
Las amenazas del presidente Juan Jesús Vivas de que va a cerrar el pabellón de La Libertad que acoge a trabajadores transfronterizos y migrantes marroquíes se interpretan como que “una vez más el PP y Vox quieren dinamitar las relaciones bilaterales entre Rabat y Madrid, y basar su discurso de oposición al Gobierno en el tema de fronteras, menores e inmigración”, explican en Marruecos.
No obstante, las declaraciones del PP y Vox contra el país vecino no se lo están poniendo fácil al Gobierno de Pedro Sánchez, que el 10 de junio mantendrá una reunión con Marruecos para estudiar las posibilidades de organizar la Operación Paso del Estrecho (OPE), que gestiona las vacaciones de miles de migrantes marroquíes que vuelven en verano de Europa.
En las ciudades autónomas españolas sobreviven cientos de marroquíes acogidos en edificios municipales a la espera de si Marruecos vuelve a abrir los pasos fronterizos unas horas; y otros cientos de ceutíes y melillenses continúan al otro lado llamando a las puertas de esas fronteras para entrar en España.
Mientras, los 485 afortunados que consiguieron cruzar guardan la cuarentena en habitaciones de hoteles de cinco estrellas con vistas al mar, a cargo del Gobierno marroquí. Según los precios consultados en Booking una habitación doble con desayuno ronda los 1.800 dírhams (al menos de 180 euros).