Las protestas y los disturbios por la muerte del afroamericano George Floyd tras ser detenido por la policía el pasado lunes se han extendido como la pólvora por todo Estados Unidos. Las protestas se originaron el miércoles en Mineápolis y han derivado en vandalismo y saqueos. Este sábado los manifestantes han llegado hasta Washington, donde derribaron las barricadas de la Policía y tiraron piedras contra la Casa Blanca.
Estados Unidos vive una semana de crisis y violencia por las protestas contra el racismo tras la muerte de Floyd. Este sábado, los disturbios se han extendido a otros puntos del país, en el centro de Atlanta, cerca de las oficinas centrales de la cadena de televisión CNN, varios grupos de manifestantes han roto escaparates de comercios, a lo que la policía antidisturbios respondió con el lanzamiento de granadas de gases lacrimógenos.
De hecho, algunos de los manifestantes lanzaron piedras contra el propio edificio de la CNN y, en medio de la confusión, varios vehículos de la Policía que permanecían estacionados también fueron blanco de las piedras y otros objetos contundentes, y al menos dos de ellos fue quemado.
En el área metropolitana de Mineápolis y su ciudad "gemela", Saint Paul, sólo separadas por el río Misisipi y en las que en las últimas tres noches se han producido incidentes violentos, cientos de manifestantes cortaron un céntrico puente que une a las dos urbes para congregarse pacíficamente y reanudar sus protestas pese al toque de queda que rige desde el anochecer y para todo el fin de semana.
Dichas manifestaciones han derivado en los últimos tres días en horas de la madrugada en saqueos de comercios, incendios de vehículos policiales y enfrentamientos con los agentes.
Grupos de manifestantes, algunos de ellos arrodillados y con el puño en alto, se congregaron frente al edificio del cuartel de policía del Tercer Distrito, en el sureste de Mineápolis, que resultó incendiado en los disturbios de la noche del jueves, bajo el grito de "no nos puede detener a todos".
Este sábado también salieron a la calle por segundo día consecutivo cientos de neoyorquinos al grito de "las vidas de los negros importan", unas protestas en las que las que hubo momentos de gran tensión entre manifestantes y las fuerzas del orden, y que acabaron con arrestos e incidentes en varios puntos de Brooklyn y Manhattan.
La primera protesta se celebró en Foley Square, donde hubo una 30 detenciones, si bien las acciones más violentas se registraron en Brooklyn, con tres epicentros, en Prospect Heighs ante el Barclays Center, en Ford Green Park y en el cercano barrio de Clinton Hill. Hasta el momento se desconocen el número de detenciones en Brooklyn, pero los manifestantes llegaron a quemar un vehículo de la policía de Nueva York en Ford Green Park.
Portando fotos de latinos y negros víctimas de la brutalidad policial, y letreros con mensajes de "juzguen a los policías, "ya es suficiente" o "justicia para Floyd", los manifestantes, ataviados con mascarillas y guantes, respondieron a una nueva convocatoria de la organización "Black Lives Matter" en la popular Foley Square, rodeada por las cortes en Manhattan y a sólo pasos del cuartel general de la policía de la ciudad.
Piedras contra la Casa Blanca
En la otra punta del país, en Los Ángeles, después de horas de protestas en las calles del centro se produjeron enfrentamientos entre la policía y grupos de manifestantes, que cerraron calles y destrozaron vehículos. Según la policía, que previamente había pedido a los comercios cerrar sus puertas y a los residentes permanecer en sus casas, al menos dos agentes resultaron heridos en los incidentes.
También en Washington, la capital, una manifestación frente a la Casa Blanca que comenzó siendo pacífica, con un mitin, derivó en escaramuzas con los policías y agentes del Servicio Secreto y el lanzamiento de piedras y otros objetos contra la mansión presidencial. Según varios vídeos compartidos en redes sociales, los manifestantes derribaron las barricadas de las fuerzas de seguridad y accedieron al recinto.
Según imágenes tomadas de los incidentes, los manifestantes, muchos de ellos luciendo mascarillas como protección contra el coronavirus, coreaban "no puedo respirar", uno de los lemas de estas protestas en referencia a los ruegos de Floyd a Chovin para que retirara la rodilla de su cuello.
El incidente en que perdió la vida Floyd, a los 46 años ocurrió cuando una patrulla de cuatro agentes concurrió a un sitio de la ciudad donde se había denunciado que una persona había intentado pagar con un billete falso.
Los policías encontraron a Floyd sentado en su vehículo y cuando se le ordenó que saliera, según la versión oficial, el individuo se resistió al arresto, por lo que uno de los agentes lo sometió tirándolo en el suelo y, subido sobre él, presionando con su rodilla contra su cuello mientras sus tres compañeros observaban la escena.