El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur (KCDC, según sus siglas en inglés) ha mostrado su preocupación este martes ante la treintena de nuevos casos de la COVID-19 vinculados a las iglesias católicas del área metropolitana de Seúl en vísperas de la reapertura de las escuelas.
Las autoridades han confirmado 38 nuevos contagios, 36 de ellos de transmisión local e identificados todos ellos en Seúl, sus alrededores y en Incheon, en el norte del país.
El total de casos, tras el último balance, es de 11.541, mientras que las muertes han ascendido a 272, después del último deceso registrado en las últimas 24 horas, tal y como ha apuntado la agencia de noticias Yonhap.
El país asiático experimentó en febrero un "drástico incremento" del número de casos de la COVID-19 a causa de los servicios religiosos de una pequeña secta católica en la ciudad de Daegu, que, durante mucho tiempo, fue el epicentro de la pandemia.
Corea del Sur se prepara para la tercera fase de la reapertura de las escuelas y los centros de enseñanza que tendrá inicio este miércoles y en la que se espera que 1,8 millones de estudiantes regresen a sus pupitres, después de que los alumnos hayan estado volviendo a las aulas de manera escalonada desde el pasado 20 de mayo.
A su vez, las autoridades continúan lidiando con los casos vinculados a los clubes nocturnos de Itaewon -un barrio de vida nocturna de la capital- y un centro logístico de material electrónico en Bucheon, al oeste de Seúl, que entre ambos ha registrado cerca de 400 nuevos contagios.