La muerte en su exilio en Canadá de la activista egipcia de los derechos de la comunidad LGTB Sarah Hegazy, encarcelada en El Cairo tras levantar una bandera arcoíris en un concierto en 2017, ha reabierto un tema tabú entre los egipcios que apoyan la causa y los que la tildan de infame.
Hegazy murió en un aparente suicidio el pasado día 14 de junio en Toronto, donde se exilió tras ser arrestada en su casa y encarcelada en 2017 después de ondear la bandera arcoíris en un multitudinario concierto de la banda alternativa libanesa Mashrou' Leila, una imagen que se ha convertido en viral en redes sociales en Egipto.
La organización Amnistía Internacional afirmó en la red social Twitter que con las palabras "La experiencia fue brutal y estoy demasiado débil para resistir, perdonandme", Hegazy puso fin a su vida.
Tras su muerte, el cantante del último grupo que Hegazy vio tocar en Egipto, Hamed Zane Sinno, abiertamente homosexual, compuso una canción con la letra de los escritos que dejó la fallecida en sus redes sociales y que ha emocionado a miles de sus seguidores.
“Pasamos la primera parte de nuestras vidas pidiendo aire en nuestras patrias y luego nos vamos a otros países donde nos prometen aire, pero solo descubrimos que nos robaron los pulmones”, escribió hoy Sinno en su cuenta de Facebook, afirmando que “no abordar la desigualdad estructural que produce tanto sufrimiento es un crimen”.
Arrestada
En un articulo publicado en el medio independiente egipcio Mada Masr desde su exilio en Canadá en 2018, Hegazy contó cómo tras el concierto la Policía entró en su casa, le vendó los ojos y la llevó a un lugar desconocido donde fue amordazada y torturada antes de ingresar en una prisión de máxima seguridad durante tres meses.
Una de sus abogadas, Huda Nasralá, dijo a Efe que fue acusada por la Fiscalía de "pertenecer a una organización ilegal" y de "incitar al libertinaje" y que tras su detención "la Policía comenzó una campaña de arrestos contra los homosexuales".
La encargada del departamento de Derechos Humanos y de Género de la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales (EIPR), Lobna Darwish, denuncia que, aunque la Ley egipcia no criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo en Egipto, "en la práctica lo hace".
De acuerdo con datos de la EIPR, desde octubre de 2013 hasta marzo de 2017 registraron 232 detenciones de personas por su orientación sexual, acusadas de libertinaje o prostitución. Darwish asegura a Efe que, en lo que va de año, han registrado al menos 17 casos de arrestos por estos motivos.
La abogada explicó que en su momento la foto de Hegazy subida a los hombros de un amigo mientras desplegaba la bandera arcoíris por detrás de sus espaldas "ayudó a que la voz del colectivo LGTB fuera más escuchada (...), pero también conllevó mucho odio e incluso ataques".
Un tema tabú
Darwish asegura que un tema tan tabú en Egipto ha vuelto a la escena y la discusión es muy "dura".
"Lo que hizo antes, durante y después del concierto cambió el curso de la historia de Egipto. Ahora se habla de homosexualidad en los medios y en el cine (...), sé que la sociedad no lo va a aceptar pronto, pero ahora (la homosexualidad) es más aceptada que antes", dijo a Efe otro de sus abogados, Mostafa Fouad.
"Sarah no se suicidó. Fue asesinada por la sociedad, por el régimen que la encarceló, y fue asesinada por el exilio", lamenta su abogado.
Hegazy no solo ha recibido mensajes de solidaridad, también usuarios en las redes sociales han tachado a la activista de "anormal" y dicen que "tuvo su merecido por escoger no tener fe".
Alia, el pseudónimo con que se identifica una joven bisexual que se fotografió con la bandera de Sarah Hegazy durante el concierto y subió la foto a las redes, aseguró a Efe que cuando vio la tela arcoíris, a pesar de que sabía las consecuencias que podría traer, no tuvo miedo.
"Cuando vi la bandera en el concierto, olvidé dónde estaba. Pensé que no estaba sola. Pero ahora todos los escenarios me dejan petrificada", dijo.
Alia se hizo una foto con la bandera de Hegazy y la publicó en las redes sociales. Cuando empezó la campaña de arrestos, la eliminó.
¿Qué hubiera pasado si no hubiera eliminado la foto? ¿Estaría muerta ahora?", se pregunta entre lágrimas.