Manifestantes y Policía se han enfrentado este sábado en la capital libanesa al poco de comenzar una protesta en la que miles de personas exigen frente al Parlamento la dimisión de las autoridades tras la explosión registrada el martes en el puerto de Beirut, que ha causado más de 150 muertos y 5.000 heridos.
Un policía ha muerto al caer dentro de un céntrico hotel en un enfrentamiento con manifestantes y al menos 172 personas han sufrido heridas de diversa consideración..
La marcha se convocó frente al Legislativo y ya se han producido los primeros enfrentamientos con los policías, que arrojan bombas de gas y gases lacrimógenos a los manifestantes, mientras estos les lanzan piedras. Según la agencia de noticias Reuters, los manifestantes han tomado el Ministerio de Exteriores.
La protesta, convocada bajo el nombre de “Día de la Ira”, ha reunido a cientos de personas en la simbólica Plaza de los Mártires y, al grito de “Dimisión”, un grupo intentó entrar en el Parlamento a la fuerza.
El amplio contingente de fuerzas antidisturbios desplegado en el lugar desde esta mañana respondió con bombas lacrimógenas. Los manifestantes han lanzado piedras a los agentes y estos se las devuelven.
El primer ministro de Líbano, Hasan Diab, ha dicho que la forma de salir de la crisis actual es a través de unas elecciones anticipadas y se mostró dispuesto a liderar un Gabinete durante dos meses para llegar a los comicios.
"Llamo a los partidos a que acuerden el siguiente paso (...) propondré el lunes en (la reunión de) el Gabinete convocar elecciones anticipadas", indicó Diab durante un discurso a la nación.
Rechazo al Gobierno
Poco antes de los enfrentamientos, la gente comenzó a reunirse en el lugar para expresar su rechazo al Gobierno y al régimen político al que responsabilizan de la grave crisis y el deterioro en que ha caído el Líbano.
“Hablamos y hablamos, pero nadie nos escucha”, dijo a Efe una de los manifestantes, que acudió a la convocatoria llena de indignación por la explosión de 2.750 toneladas de nitrato y amonio almacenados desde hace seis años en el puerto de Beirut.
“Vengo como un ciudadano que quiere asegurar su futuro", declaró otro joven de 18 años, que llevaba una flor blanca como símbolo de las almas de los muertos en la explosión.
El siniestro, que ha dejado más de 150 muertes, al menos 60 desaparecidos y miles de heridos y a entre 200.000 y 250.000 personas sin casa, se produjo en medio de una crisis económica y política que ya provocó masivas manifestaciones contra el régimen sectario del Líbano en septiembre.