Las autoridades turcas siguen sus exploraciones de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental, al tiempo que inician maniobras militares a unos 100 kilómetros al sur de Creta, coincidiendo con las que ejecutará Grecia al sureste de la isla.
"Nuestros buques de perforación continúan sus operaciones según lo planeado. Sigue con (los buques) Oruç Reis y Yavuz en el Mediterráneo oriental", dijo el ministro turco de Energía, Fatih Dönmez, en declaraciones a la emisora A Haber. "Es una cuestión en la que tenemos razón", añadió el ministro al aludir así a la disputa entre Atenas y Ankara por sus derechos territoriales en el mar.
"Nuestro caso es sólido de acuerdo con el derecho internacional. Grecia se une a ciertos países para hacer ver que tiene razón porque carece de credibilidad", insistió Dönmez.
El ministro turco hacía alusión a los rumores en la prensa turca sobre la participación de los Emiratos Árabes Unidos en las maniobras navales de Grecia.
Atenas anunció este lunes maniobras militares en la zona, en respuesta a la decisión de Ankara de prorrogar hasta el jueves las actividades de exploración de hidrocarburos en aguas entre Chipre y Creta.
El ejercicio naval coincide con la visita a Atenas y Ankara del ministro de Exteriores alemán y actual presidente del Consejo de Exteriores de la Unión Europea (UE), Heiko Maas, para mediar en la escalada de tensiones entre los dos países.
Maas será recibido en Ankara por su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu, con quien se espera aborde "las relaciones bilaterales, las relaciones Turquía-UE, problemas regionales y el Mediterráneo Oriental"
El Parlamento heleno ha iniciado esta semana el proceso para ratificar el acuerdo firmado recientemente por Grecia y Egipto para delimitar sus respectivas zonas económicas exclusivas en el Mediterráneo, que Ankara no reconoce.
El pacto ha desencadenado la reciente escalada de tensiones la zona, pues las jurisdicciones establecidas en el documento se solapan con las aguas que Turquía considera suyas.
"Lucha por el espacio vital"
El Gobierno turco defiende que las islas griegas, por ser islas, no pueden servir de base para delinear una zona económica exclusiva, mientras que también está enfrentado a Nikosia por la explotación de hidrocarburos, pues no reconoce al Gobierno de Chipre.
El conflicto, que tiene a Ankara y Atenas desde hace semanas al borde de un enfrentamiento militar, es para el Gobierno turco una lucha "por el espacio vital" del país euroasiático.
El conflicto se va gestando desde que, hace más de una década, se descubrieron enormes yacimientos de gas natural al sur y sureste de Chipre, lo que ha acelerado la competición de los países ribereños por delimitar una zona económica exclusiva (ZEE) ante sus costas.
Según la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), tal zona puede extenderse hasta 370 kilómetros desde las aguas territoriales de un país y da derecho exclusivo a pesca y explotación de yacimientos geológicos.
En la práctica, al ser la distancia entre las costas de Anatolia y Egipto menor de 600 kilómetros, todos los países ribereños deben negociar entre ellos para fijar los límites, normalmente aplicando una línea equidistante de las costas.
Pero la presencia de islotes griegos muy cerca de tierras turcas, como es el caso de Kastelórizo, a unos 125 kilómetros al este de la isla de Rodas y a solo dos de las costas turcas, permitiría a Atenas trazar una ZEE que ocuparía prácticamente todo el espacio marítimo entre Creta y Chipre.
Turquía protesta contra esta aspiración, aseverando que "las islas no pueden generar una ZEE", si bien esta interpretación no tiene base en la CONVEMAR, y en noviembre pasado firmó un tratado con Libia que expande una futura ZEE turca prácticamente hasta las playas de Creta.
En respuesta, Grecia firmó, el 6 de agosto pasado, un acuerdo con Egipto estableciendo una ZEE que en gran parte se solapa con las aguas que reclama Turquía.
El pacto de Atenas y El Cairo fue lo que disparó las tensiones después de unas semanas de calma en las que Ankara había suspendido las exploraciones de gas por petición de la canciller alemana, Angela Merkel, que estaba mediando para impulsar un diálogo.
Retomar el diálogo
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, urgió este martes a Grecia y Turquía a volver al diálogo y advirtió de que en la actual tensión sobre el Mediterráneo oriental jugar con fuego es altamente peligroso y cualquier "chispa puede llevar a una catástrofe".
Maas, quien este martes ha visitado Atenas y Ankara en un intento por evitar una mayor escalada de la situación, recalcó que la única vía de resolver la disputa entre ambos países sobre sus respectivas zonas económicas exclusivas es mediante "conversaciones directas", como ya las hubo en el pasado.
"Debe ser un diálogo constructivo, bajo el respeto del derecho internacional, en un ambiente constructivo, para el que es necesario detener todas las actuaciones provocativas y destructivas", subrayó el ministro alemán en una comparecencia conjunta con su colega griego, Nikos Dendias.
El jefe de la diplomacia alemana y actual presidente de turno del Consejo de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), recalcó que tanto Alemania como el conjunto de la UE apoyan firmemente a Grecia en este tema, pero añadió que en estos momentos son necesarios mensajes de desescalada.
Maas hizo estas declaraciones después de que Dendias dejara una vez más claro que Grecia está dispuesta al diálogo pero no bajo "amenazas y desafíos", como las maniobras militares y la exploración energética realizadas por Turquía en una zona que Grecia considera de su jurisdicción.
"Turquía quiere crear hechos consumados, no vemos desescalada por ninguna parte, sino planes expansionistas y una ideología neotomana que pretende tomar el control del Mediterráneo y desestabilizar toda la región, y todo ello fuera del derecho internacional", subrayó Dendias en un tono que poco apunta a la posibilidad de un diálogo.
El ministro griego reafirmó que no se trata de un problema bilateral sino que afecta "a la familia europea" y recalcó la necesidad de que en la reunión de ministros de Exteriores de la UE el próximo viernes en Berlín el jefe de a diplomacia europea, Josep Borrell, presente un catálogo de posibles sanciones contra Turquía.
"Esas sanciones deben aclarar que si la postura turca se perpetua, deberá contar con consecuencias y que la UE defenderá el estado de derecho y el acervo comunitario", añadió.
Maas evitó atacar a Turquía y se limitó a señalar que en su visita a Ankara enviará el mismo mensaje, la necesidad de lograr una desescalada, y la de abrir un diálogo bajo las condiciones que impone el derecho internacional.
Una confrontación militar entre dos socios de la OTAN es algo que "no encaja en el siglo XXI" y no hay nada que lo merezca, tampoco la búsqueda de recursos energéticos, enfatizó.
El intento de Alemania de mediar en este conflicto parece complicado en un momento en que ambos países han empezado maniobras navales en una zona al sur de la isla de Creta, lo que ha hecho elevar aun mas la tensión de las últimas semanas.