Nicolás Maduro todavía tiene el poder de facto en Venezuela. Eso es así, a pesar de la operación Libertad liderada por Juan Guaidó, como presidente de la Asamblea Nacional y "presidente encargado" del país reconocido por decenas de países de la comunidad internacional... entre ellos, España. Sin embargo, la llegada del PSOE al Gobierno, a mediados de 2018, ya supuso un viraje en la posición de nuestro país. El antecesor de Arancha González Laya es el entonces ministro de Exteriores, Josep Borrell, y hoy Alto Representante de la UE.
Borrell ha convocado este jueves al llamado Grupo de Contacto para informar de sus "avances" en relación con las elecciones legislativas convocadas por el régimen y rechazadas por la oposición democrática.
Leopoldo López Gil, eurodiputado y padre del líder opositor venezolano que vive desde hace más de un año protegido en la residencia del embajador español en Caracas, protegido por él, ha escrito una carta a Borrell: rechaza que la UE pueda aceptar esos comicios si se dan unas "mínimas condiciones democráticas". Y sobre todo, clama al Ejecutivo de Pedro Sánchez: "La posición de España es clave en esto... no se puede estar a medias con la democracia, o sí o no". Al final de la entrevista, al político se le quiebra la voz, no aguanta más.
¿Qué expectativas hay con la reunión del Grupo de Contacto este jueves?
Más que expectativas, tengo mucha aprensión. El señor Borrell ha insistido mucho en que se pueden llegar a celebrar elecciones, como él ha dicho, "con un mínimo de garantías". Si ha propuesto postergarlas no ha sido porque no se den las condiciones, sino con la excusa de que los tiempos no son suficientes. Eso no me gusta, porque pareciera que valen... Debo aclarar que ni yo ni ninguno de la oposición democrática venezolana estamos en contra de unas elecciones democráticas. Sí estamos contra unas elecciones no verificables ni transparentes... es decir, no realmente democráticas.
Por eso mismo, le he enviado una carta al señor Borrell pidiéndole que tome en cuentas las observaciones de la Asamblea Nacional de Venezuela, pidiendo que no se tome parte de esas elecciones. Estoy en contra de que la UE se implique en esto, porque acercarse al régimen supone legitimar un proceso que no es legítimo.
¿Qué ha cambiado en la posición de la UE?
Sólo que soltaron a unos presos que no eran tales, sino unos secuestrados por el régimen de Nicolás Maduro. De los 110 liberados, 50 eran presos políticos y otras 60 personas estaban vinculadas de alguna forma al tema. Pero se les olvida que hay otras 300 más aún entre rejas, y al menos 200 militares encarcelados por razones políticas o de ideología. Esa zanahoria fue para moverle la cola a la oposición. Pero no es aceptable. Más cuando muchos de los liberados dijeron que la dictadura les impuso como condición para sacarlos de la celda que participaran en las elecciones.
La oposición democrática se ha negado a hacerlo. Entre otras cosas, porque a muchos partidos el régimen les ha impuesto una dirigencia que no es la natural ni la legítima. Les están comiendo sus siglas y sus símbolos. ¿Cómo va a participar nadie en unas elecciones cuando te han usurpado el partido? Los que tienen unos buenos principios no lo harán. Otros que reciben prebendas, quizá sí lo hagan.
¿Por qué Borrell y, con él, España han cambiado de posición?
Esto es algo incomprensible para mí. Pero es una posición muy personal del Alto Representante Borrell, que creo yo que obedece a una influencia de su amigo y compañero José Luis Rodríguez Zapatero. Ha heredado sus negociaciones y ha querido mantenerlas.
¿Lo atribuye usted también a la entrada de Podemos en el Gobierno?
No tengo ningún indicio para decirle que no... Pero tampoco para asegurarlo.
¿Bastaría el envío de un grupo de observadores de la UE para certificar que esos comicios son libres y democráticos?
No sé cómo sería el trabajo de la misión de observación. Yo he estado en dos misiones como ésa enviadas por el Parlamento Europeo. En la última, fui jefe de misión en el Perú. Allí fuimos 100 personas empleadas durante un mes. Obviamente, se nos abrían las puertas en todas las instituciones. Había predisposición absoluta a que nuestro criterio se basase en la veracidad. No creo que eso vaya a pasar en Venezuela.
Lo primero es que si mandas una misión de observadores, ya estás dando legitimidad ese sufragio. ¡Y no la hay! Si te invitan a un crimen, no vas a participar porque ya sabes que es ilícito.
La ministra González Laya dijo el otro día que a España apoyará las elecciones "si hay un espacio, por pequeño que sea" para que se celebren las elecciones legislativas convocadas por el régimen se celebren en libertad. ¿A qué se puede referir?
Eso es lo que no sabemos. Precisamente. ésa es mi crítica. Henrique Capriles habla de una rendija... Para mí, en Venezuela hay un dicho: las mujeres no pueden estar medio preñadas. Pues lo mismo, las elecciones no pueden ser medio ilícitas, medio democráticas o medio transparentes. O lo son o no lo son. No hay "condiciones mínimas". Tienen que ser "las" condiciones.
Hablando del excandidato Capriles, ¿basta con que él dé por buena la posibilidad de presentarse para que queden avaladas esas elecciones?
No creo que baste con eso. Él no constituye ni representa la oposición. Cuando fue candidato, sí representaba a la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Pero ahora no tiene ningún respaldo. Ni siquiera su propio partido, Primero Justicia, lo respalda en eso. Es un llanero solitario que anda por ahí buscando una presencia que no le corresponde.
Si pudiera reunirse con el Gobierno de España y el Alto Representante Borrell, ¿qué les pediría?
Yo les preguntaría si ellos pueden aceptar una medio dictadura... No se puede. Los representantes políticos tenemos que actuar con claridad de criterio. O se es honesto o se es deshonesto; o se es valiente o se es cobarde; o se es demócrata o se es tirano.
¿Ha caído el apoyo político español a la causa democrática en Venezuela? Inmersos en nuestra propia crisis...
Sí. Pero no sólo en España. La crisis de la pandemia es terrible en lo sanitario, en lo económico y tremenda en lo humanitario. A todos nos ha cambiado el foco de nuestros intereses. Es un río demasiado revuelto, y no todos llegaremos vivos al otro lado del Rubicón.
Los barrios más ricos de Madrid se han llenado de compatriotas suyos... ¿cree que está cambiando la percepción de la gravísima crisis de su país en el nuestro?
No lo creo, porque cuando hablo de Venezuela, lo primero que dice la gente es "qué lástima de país". Y a todos nuestros compatriotas eso nos hacen saltar las lágrimas.