Evo Morales, a su llegada a Bolivia.

Evo Morales, a su llegada a Bolivia. Reuters

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Evo Morales y su simbólico retorno un año después de haber dejado Bolivia

El retorno se produce solo días después de que un juez le retirara una orden de detención en un proceso por supuestos delitos como terrorismo y sedición.

10 noviembre, 2020 02:22
EFE

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El regreso de Evo Morales a Bolivia este lunes tendrá un alto componente simbólico cuando dos días después llegue a Chimoré, la población de la que partió hace un año y que le prepara un recibimiento.

Morales retorna a Bolivia con un nuevo Gobierno de su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), y con Luis Arce juramentado como presidente del país, con la Administración de transición de Jeanine Áñez ya sin ninguna influencia en el Estado.

El ingreso a Bolivia de Morales se dio por tierra desde Argentina por poblaciones de los departamentos de Potosí, Oruro y Cochabamba, donde espera que lo acompañará una multitud de seguidores hasta llegar el miércoles al trópico cochabambino. Y con ello sellar la relación histórica de sucesos desde su salida del país el 11 de noviembre de 2019 hasta su retorno precisamente en la misma fecha pero de 2020. 

Llegada de Evo Morales.

Llegada de Evo Morales. Reuters

Aquel momento, Morales junto al que fue su vicepresidente, Álvaro García Linera, abordó la nave mexicana con visible tristeza, en medio del aliento de algunos seguidores y con la promesa de ambos de retornar al país.

Su estancia en México duró apenas un mes, ya que la posesión del kirchnerista Alberto Fernández como presidente de Argentina facilitó su llegada a ese país, para desde allí mantener un contacto político más fluido con sus colaboradores en Bolivia.

Las tensiones diplomáticas que el Gobierno interino de Bolivia tuvo con México se plasmaron también con Argentina por las declaraciones y constante actividad pública de Morales, aún cuando se reclamó desde La Paz que el derecho y los acuerdos internacionales se lo impedían si había solicitado asilo o refugio.

Evo Morales y Alberto Fernández.

Evo Morales y Alberto Fernández. Reuters

Durante este año fuera de Bolivia, Morales no dejó de ser el referente político del MAS, al extremo de que todo el tiempo anterior a la pasada elección del 18 de octubre se desempeñó como su jefe de campaña. Inclusive la designación de Luis Arce y David Choquehuanca como candidatos a presidente y vicepresidente de su partido, respectivamente, pasó por una reunión de la cúpula del MAS en Argentina, en la que se cree que Morales fue decisivo.

El expresidente ha mencionado que ya en Bolivia se dedicará a la formación de nuevos líderes políticos y a la piscicultura en la región cocalera que es, además, su principal bastión político. Morales saltó a la política como sindicalista cocalero y mantuvo hasta ahora su puesto de presidente de las federaciones de productores del trópico cochabambino.

Procesos pendientes

Morales todavía tiene que afrontar algunos procesos judiciales pendientes, como el del supuesto fraude electoral del año pasado y denuncias por estupro a raíz de supuestas relaciones amorosas con dos menores de edad.

Simpatizantes de Evo Morales.

Simpatizantes de Evo Morales. Reuters

Aunque su retorno se produce solo días después de que un juez le retirara una orden de aprehensión en un proceso por supuestos delitos como terrorismo y sedición. Aunque el presidente electo, Luis Arce, aseguró que ejercerá un Gobierno nuevo y que no gobernará a la sombra de Morales, queda patente la influencia y del expresidente en la decisiones del MAS y de las organizaciones sociales que aglutina el partido gobernante.

Evo Morales, de 61 años, entró en política en 1997 como diputado y en 2006 se convirtió en el primer presidente indígena, de origen aimara, salido de las urnas en Bolivia, país que gobernó hasta 2019 como uno de los exponentes del conocido como socialismo del siglo XXI.