Hace exactamente un mes que Leopoldo López (Caracas, 1971) salió de la residencia del embajador de España en Venezuela camino de Madrid. Llevaba año y medio refugiado bajo la hospitalidad de Jesús Silva, bajo el amparo del Gobierno de España... y bajo el acoso del servicio secreto de Nicolás Maduro al edificio. Antes, había pasado 20 meses de arresto domiciliario... con su casa rodeada de policías del régimen chavista, que pedían la documentación a su esposa, Lilian Tintori, sólo por ir a buscar pan. Aún antes, miró las mismas cuatro paredes encerrado cuatro años en lo más alto de una torre herrumbrosa en una cárcel militar prácticamente abandonada.
Y antes, antes, antes de todo eso, defendía la democracia, se presentaba a elecciones y denunciaba la represión y la ruina que se avecinaban en Venezuela desde que Hugo Chávez tomó el poder. Hasta que el régimen lo acusó de crímenes contra la patria e instigación a la rebelión y se entregó. Querían callarlo y lo que hicieron fue darle un altavoz a la causa de la libertad. Hoy, habla en EL ESPAÑOL.
Usted dijo que no abandonaría Venezuela, ¿qué fue lo que cambió?
Cambiaron las circunstancias en las que yo consideraba que podía ayudar más a la lucha. No querer irme de Venezuela era mi convicción, pero hay una superior que es la de hacer lo que esté a mi disposición para sacar al país de la dictadura. Y llegué a la conclusión de que podía hacer más estando fuera que dentro de la Embajada de España en Caracas.
Entonces, su salida puede considerarse un triunfo para el régimen de Maduro...
Sin duda, no es un triunfo para Maduro. Me estoy sumando a los esfuerzos que se hacen desde afuera para fortalecer la lucha de dentro de Venezuela.
Tras su encuentro con el presidente Pedro Sánchez, ¿espera algo del Gobierno de España?
Le pedí algo muy concreto. Que sea muy clara la posición con respecto al fraude del 6 de diciembre que está planteando Maduro. España ya lo hizo en 2017, cuando condenó la Asamblea Constituyente fraudulenta. Y en 2018, cuando la dictadura montó unas elecciones presidenciales también fraudulentas. Pero además de eso, le pedí que impulse una posición unitaria de Europa para que se fortalezca la posición a favor de unas elecciones verdaderamente libres, justas y verificables en Venezuela. Ése tiene que ser el objetivo que tenemos que articular, tanto nuestra coalición interna como el Gobierno de España y toda la coalición internacional.
¿Y le arrancó un compromiso?
El compromiso de estar del lado de la lucha de la libertad en Venezuela. De apoyar las elecciones presidenciales libres, justas y verificables. De trabajar por una posición común en Europa y también de construir los puentes necesarios en el continente americano. La causa de Venezuela tiene que ser unitaria, incluyente, que agrupe a todos los sectores y los distintos Gobiernos. Eso le pedimos al presidente Sánchez, como hicimos con Pablo Casado, Inés Arrimadas y Santiago Abascal. Todos alrededor de una idea, que Venezuela sea libre, que salga el dictador Nicolás Maduro y que tengamos elecciones libres.
La Administración Trump ha sido un apoyo firme para ustedes. Pero no ha habido avances sobre el terreno. ¿Cómo afronta la resistencia venezolana la llegada de Joe Biden?
Hemos recibido apoyo del presidente Trump, pero el primero que planteó Venezuela como amenaza para la seguridad de EEUU fue Obama. Y eso fue lo que construyó las bases para todo el proceso de sanciones que se desarrollaron con Trump. Por suerte, el tema de Venezuela allí es bipartidista, muy pocos asuntos gozan del apoyo de demócratas y republicanos. Cuando el presidente Juan Guaidó estuvo en el discurso del estado de la Unión este mes de enero, invitado por el presidente Trump, recibió una ovación de todo el Congreso.
No habrá cambios con Joe Biden. No habrá reconocimiento a Maduro como presidente legítimo y no se quitará de la agenda el cambio político en mi país, se va a mantener. Además, se abre una oportunidad para que el tema venezolano pueda generar una mayor colaboración entre la UE y EEUU. Que debe articularse en función de objetivos compartidos y poniendo las herramientas necesarias, como las sanciones de las que antes hablábamos.
Cuando usted se entregó en 2013, el Gobierno de Mariano Rajoy fue el primero del mundo en comprometerse con su causa. ¿Le llegaba este apoyo a la celda en la que usted permaneció cuatro años aislado?
Ese apoyo se manifestó a través de mi esposa. Y por supuesto que ella me lo contó con detalle y todas las puertas que se comenzaron a abrir a partir de que España se comprometió con la causa de los presos políticos y de la libertad en Venezuela. Porque nuestra causa no es particular, no es por la liberación de un preso, ni siquiera por la de todos los presos... va mucho más allá. Es una causa por la libertad de todo un país, de millones de personas que hoy están sometidas a una tiranía arbitraria que les ha causado sufrimiento, hambre, dolor, éxodo y desesperanza.
¿Sufrió usted torturas en prisión?
Sufrí un aislamiento prolongado, un confinamiento solitario. Yo estuve casi cuatro años en la cárcel militar de Ramo Verde, de los cuales pasé prácticamente dos años en total confinamiento solitario. Además, hubo momentos en que se me privó totalmente el contacto con abogados y visitas.
Periodos largos de meses en los que no tenía nada en la celda, ni libros. Absolutamente nada distinto a la colchoneta, cuatro paredes y una ventana muy alta... aunque a veces me mudaban de celda y ni siquiera tenía la ventana. Mi familia sufrió también abusos. Mi madre y mi esposa fueron desnudadas frente a mi hija, que entonces tenía 6 años, y fueron sometidas a una humillación.
Lo han denunciado...
Pero mi caso es sólo uno más de los cientos que están recogidos en la denuncia que presentamos ante Naciones Unidas. Recientemente, el 15 de septiembre, se presentó el informe del Consejo de la ONU para los Derechos Humanos, que lidera Michelle Bachelet, donde se relatan esos cientos de casos. El mío es uno, pero hubo homicidios, violaciones, torturas, ejecuciones extrajudiciales... Nosotros veníamos denunciándolo desde hace muchos años. El de 2014 fue un año de mucha represión y a partir de allí sólo se recrudeció.
El informe de la ONU es muy claro y contundente. Ratifica que Nicolás Maduro es un criminal, es la cabeza de una estructura de represión, persecución y muerte que ha afectado a miles de venezolanos con las torturas y la violencia que le caracteriza a un criminal que ha sido señalado por la ONU como responsable de cometer crímenes de lesa humanidad.
Pasé años solo confinado con mi mente... necesité autocontrol y oración. La misma pared, la misma celda, meses de memoria monóntona, el tiempo fue un adversario muy peligroso
¿Llegó a pensar en algún momento en el suicidio?
Te puedo decir que hay momentos en los que uno tiene que tener mucho autocontrol, mucha disciplina y una gran espiritualidad. Hay momentos de desesperación, sí los hay. Y de claustrofobia. En esos momentos, me aferré mucho a Dios. Yo soy católico practicante, pero de los que hacen la primera comunión, rezan el Padrenuestro, y el Ave María. No tenía una espiritualidad profunda y en la cárcel la cultivé a través de la oración. Fue a lo que me aferré y lo que me mantuvo firme en momentos en que la mente puede ser un enemigo... eso te lo pueden relatar muchos presos.
El confinamiento solitario es complejo, porque estás absolutamente todo el tiempo solo contigo y tu mente. Yo pasé casi cinco semanas, por ejemplo, sin decir una sola palabra. Ni siquiera "buenos días", porque tenía en ese momento una relación muy tensa con los custodios... por atropellos que me habían hecho, por requisas, por el maltrato que le habían hecho a mi familia. Yo sé que esto, hoy en día, la gente lo puede entender un poco mejor, tras los periodos de confinamiento, ¿no? Mucha gente vivió un poco de lo que significa ese aislamiento. Los presos lo vivimos al extremo.
Y con el paso del tiempo...
Estar en confinamiento, aislado, sin nada, y con la incertidumbre de no saber cuándo va a terminar ese periodo. Ésa es una de las variables que más afecta cuando estás preso, el manejo del tiempo. Es un adversario muy peligroso para mantener el autocontrol, porque uno pasa minutos que parecen horas. Literalmente.
Yo no tenía un reloj, no tenía cómo manejar el tiempo y a veces le gritaba al garitero para que me diera la hora, y yo pensaba que habían pasado tres o cuatro horas... ¡y habían pasado 20 minutos! Cuando pasan largos periodos de tiempo y todo es monótono, todo es la misma celda, los mismos colores de las paredes, no hay cambio en el día a día, puedes pasar largos meses pero con una memoria muy monótona de lo que has vivido. El tiempo es complejo, y su manejo se convierte en uno de los desafíos cuando estás en una situación de confinamiento solitario.
Cuéntenos cómo fue el reencuentro con su familia, tras siete años de cautiverio.
Eso fue... no sé si te ha pasado... hay momentos en la vida que uno viene soñando desde hace tiempo. Yo lo soñé mucho, obviamente. Y fue muy especial, sobre todo porque fue una sorpresa para mis hijos. Sobre todo los mayores, Manuela y Leopoldo no sabían nada. Y fue un abrazo que jamás olvidaré y que creo que mi familia tampoco.
Pero te digo una cosa, en ese abrazo feliz no dejé de pensar en los millones de familias venezolanas que hoy están separadas también. Las familias fracturadas son una característica muy común hoy en Venezuela. Es uno de mis anhelos, contribuir a que muchas familias puedan experimentar un abrazo de unidad familiar como éste. Aunque no dejo de tener nostalgia de que ese abrazo unidos en libertad no pudiéramos haberlo tenido en Venezuela. Por eso la tarea no se cumplirá hasta que lo consigamos.
¿Y su viaje hacia España? Imagino que sería una odisea. Salir de la embajada a escondidas, cruzar fronteras embozado, coger aviones de incógnito...
Mucho y todo de lo que dices, pero no te puedo decir más ahora. Fue casi todo lo que acabas de decir... No fue fácil, lo planificamos durante un buen tiempo y lo pudimos lograr no sin sobresaltos. Hubo momentos de muchísima tensión, te puedo decir que me ayudó la mascarilla y la situación de la pandemia. Y gracias a Dios se dio todo como lo habíamos planificado.
Desde que Podemos apoya el Gobierno de Pedro Sánchez, España aboga por el diálogo entre la oposición y el régimen. ¿Está usted cómodo con este enfoque?
Yo creo que el enfoque tiene que tener objetivos claros, eso hablé con el presidente Sánchez. Que en Venezuela haya unas elecciones, presidenciales y parlamentarias, libres, justas y verificables. Para lograr eso, se tienen que plantear incentivos y también presión. Pero esa estrategia ha de ser compartida y complementaria entre Europa, EEUU y los países americanos. Que se pueda tener una relación más fluida, que hoy no existe, entre la OEA y a UE. Que haya una visión compartida no sólo del objetivo, sino de las herramientas para alcanzarlo. Ésa es la fase que toca.
¿Ha pedido reunirse con el vicepresidente Pablo Iglesias para explicarle la verdad de su país? ¿Lo haría?
No, no se ha hecho la solicitud. Pero me pregunta si lo haría... y sí, lo haría. Porque estoy dispuesto a reunirme con cualquier persona, organización política, ONG, medios de comunicación... con cualquiera que nos pueda ayudar en la causa por la libertad de Venezuela. Y yo creo que es muy importante hablar con aquéllos que durante un tiempo pensaron que el caso venezolano era el de un experimento democrático. Y se tomaban la libertad de decir que 'bueno, es algo caribeño, hay que entender los excesos'.
Y yo creo que en Europa, particularmente en España, ha habido sectores que fueron muy relajados al interpretar lo que estaba ocurriendo en Venezuela, y pensaron que era un experimento interesante.
¿Qué le diría?
De 2000 a 2015 hubo más ingresos por factura petrolera que desde 1922 hasta 2000, porque el precio pasó de 15 a 150 dólares el barril. Fue una intoxicación de dinero. Pero Chávez utilizó ese ingreso para destruir la economía nacional, porque veía al empresariado privado como el enemigo. Y llegó a destruir algo impensable, la empresa PDVSA, la capacidad de generar electricidad, hierro, aluminio...
Pasamos de la oportunidad de desarrollar sectores distintos del petróleo a depender absolutamente de él. Y luego colapsaron los precios, como siempre pasa, y había una economía totalmente desgastada con todas las distorsiones que llevaron a lo que hoy estamos viviendo. Dos tercios de los venezolanos no pueden comer tres veces al día, hay una enorme desnutrición, casi seis millones de personas que han salido al exilio.
¿Esta es la causa de que usted haya tenido que afrontar "una nueva etapa"? Le explico, España anunció le relevo del embajador en Caracas, Jesús Silva, antes de cumplir su ciclo e inmediatamente usted salió del país. No puede ser una coincidencia.
Son distintos temas, cosas que han ocurrido y creo importante que no desviemos la atención. Es muy fácil que eso pase y alguien diga 'en Venezuela no puede hacer cambio político, y como no puede ser, atendamos sólo la emergencia humanitaria'. Por supuesto que hay que atenderla, pero lo más importante es entender que la mejor atención a la tragedia humanitaria es que se dé un cambio político. Si no sale el dictador, se profundizará.
Cuando fracasó la 'operación Libertad' y Silva le ofreció refugio, fue con el apoyo del entonces ministro español de Exteriores, Josep Borrell. ¿Es una ventaja para la libertad de Venezuela que él hoy sea el Alto Representante de la UE para la Política Exterior?
Es una ventaja en el sentido de que está interesado en la situación de Venezuela. Yo he hablado con él en varias oportunidades y puedo decir que está comprometido con la causa de los derechos humanos, la democracia y las elecciones libres en Venezuela. Además, el hecho de que sea español ayuda. Pero lo más importantes mantener la causa venezolana como uno de los temas prioritarios de la UE. Y que no se quede como una mera descripción de lo que allí ocurre, o como en una secuencia de comunicados.
Hay que usar las herramientas diplomáticas, y las sanciones son un ejemplo de lo que podría usarse con mucha más eficacia. Ese informe de la ONU tiene 46 nombres de fiscales, jueces, policías y militares culpables de violaciones graves a los derechos humanos. Deben ser sancionados por la UE, y los países de la región porque eso manda un mensaje muy claro, de que hay una raya roja. Y te lo digo con conocimiento de causa, porque lo viví estando en la cárcel: el temor de los violadores de derechos humanos a que sean expuestos sus nombres a la luz pública hace que dejen de cometer crímenes. La presunción de que sus delitos van a quedar impunes genera un incentivo para que sigan haciéndolo.
¿Otra herramienta de la UE pueden ser las misiones diplomáticas que envía Borrell para explorar el diálogo con Maduro? Su padre, eurodiputado, lo atacó muy duramente en el pleno del mes pasado por esto.
Tiene que haber mucha claridad en el objetivo de esas misiones. Hemos vivido procesos de diálogo como el impulsado por el Vaticano, y fracasó; otro con Chile, México, Costa Rica y Zapatero, y fracasó; otro en el que se implicaron los noruegos, también fracasó... El denominador común es que la dictadura utiliza estos procesos para ganar tiempo, distraer la atención, generar distensión y luego romperlo cuando ya no les es útil. Así que tiene que haber muchísima claridad en cuáles son los objetivos, los mensajes y las iniciativas de esas misiones que se planteen.
Y siempre teniendo en cuenta que Nicolás Maduro es un criminal, eso no lo podemos jamás poner a un lado. Es responsable de cometer crímenes contra los venezolanos todos los días, y no se puede pretender ubicar a Maduro como un mandatario autoritario. No, él es mucho más que eso. Es un dictador, es autoritario, utiliza la represión, es profundamente corrupto y es responsable de muertes, de represión sistemática, de detenciones arbitrarias, de abusos sexuales... y debe de hacerse responsable por sus crímenes.
Su esposa agradeció la ayuda del expresidente Zapatero en las gestiones para cambiarle a usted casa por cárcel... pero también ella y otros líderes de la resistencia venezolana le han criticado por su "entrega" a las tesis de Maduro. ¿Con qué nos quedamos?
Yo me quedaría con la palabra del propio presidente Zapatero. Él dice que conoce mucho Venezuela, incluso más que ningún otro español. Yo le diría que si es así, también conocerá todas las violaciones de derechos humanos, la represión impulsada por Nicolás Maduro. O los crímenes que se cometen en las cárceles, donde hay presos políticos que él ha conocido, y ha escuchado sus testimonios. Él sabe que Maduro y su estructura de poder son responsables de eso.
El problema es crear una equidistancia entre las partes, porque no la hay. Aquí hay dos planteamientos, uno el que viene de lo malo, de la violencia, de abusar del poder. Y hay quienes simplemente estamos pidiendo democracia y elecciones libres. Es decir, que hay que tener una balanza moral, y jamás se va a inclinar a su favor, todo lo contrario. Y nuestro planteamiento no es que se incline al nuestro, sino al del pueblo venezolano. Y eso sólo se hace con elecciones.
Zapatero dice que conoce Venezuela, pues también sabrá de las violaciones y las torturas. Nicolás Maduro es un criminal autoritario, represor y profundamente corrupto
¿Hay una salida democrática sin juicio a los líderes chavistas? ¿Se puede aceptar que Maduro deje el poder a cambio de impunidad?
No puedes meter a todos los colaboradores de la dictadura en el mismo saco. Porque algunos son responsables graves crímenes de lesa humanidad y violaciones a derechos humanos. Ésa es una raya roja muy clara. Pero la realidad es que una transición y un eventual gobierno democrático después de unas elecciones tienen que buscar la inclusión y el respeto a todos los sectores. No podemos hacer con ellos lo que ellos hicieron con nosotros.
Explíquese.
En 2008, yo era candidato a la alcaldía metropolitana de Caracas, íbamos a ganar con un amplio apoyo popular, pero inventaron una excusa y me sacaron de la contienda electoral. Entonces ya dijimos 'esto es un síntoma de lo que viene para Venezuela'. Pero poca gente escuchó. Hoy, todos los partidos democráticos están intervenidos por la dictadura, que usa la corrupción para comprar dirigentes y diputados. El proceso ha ido deteriorándose y ya ni siquiera es una dictadura, es una tiranía. La diferencia es que en una dictadura hay reglas internas; en la tiranía lo que hay es arbitrariedad.
Insisto, son miles y miles cada día las víctimas de Nicolás Maduro. Hoy, enfermarse es una sentencia de muerte, contagiarse de Covid es la incertidumbre de la muerte porque no es posible que el Estado genere ninguna atención. En el país con las mayores reservas de petróleo del planeta Tierra, casi el 30% de la población cocina con leña. En todas las ciudades hay apagones absolutamente todos los días. No es la consecuencia de una guerra ni de un desastre ecológico, es Nicolás Maduro.
¿Cuál va a ser su labor en el Gobierno de Juan Guaidó desde Madrid?
Estamos articulados para organizar el trabajo interno en Venezuela, es la principal responsabilidad del presidente, la Asamblea Nacional y la sociedad civil. Queremos movilizar al pueblo venezolano y por eso se está organizando una consulta ciudadana desde el 7 al 12 de diciembre. A mí lo que me toca es coordinar los temas económicos, financieros, exteriores y los programas sociales del Gobierno.
Pero aún no puede viajar fuera de España, ¿no? Aún no está resuelto su estatus de residencia en España. ¿De qué depende?
Espero poder hacerlo pronto... cuando tenga todo listo tendré la oportunidad de ir a otros países.
¿Va a seguir siendo legítimo y reconocido Juan Guaidó como presidente encargado ahora que acaba el mandato de la Asamblea Nacional?
En 2015, se eligió la Asamblea Nacional con el apoyo de 14 millones de venezolanos, y logramos dos tercios. A la semana de ser instalada, ya el Tribunal Supremo, controlado por el régimen, le buscó las vueltas para debilitarla. Ahora, en una semana, hay un fraude que Maduro llama elecciones, que no va a permitir una sustitución legítima. ¡Pero no puede haber un vacío! Así que debe haber una continuidad de la Asamblea, tal como indican los juristas de la Academia, los más prestigiosos del país.
¿Ese reconocimiento se lo comprometió Pedro Sánchez?
Es lo que le pedí a él. Y también a Pablo Casado, a Inés Arrimadas y a Santiago Abascal. Se lo pedimos al resto de países europeos y a EEUU, que ya ha sido muy claro diciendo que reconoce la continuidad de la Asamblea. Pragmática y políticamente, debe continuar. Porque es el referente de legitimidad y es el interlocutor con la coalición de países fuera de Venezuela. Como vanguardia de la lucha por la democracia y punto de encuentro de todos los sectores. Es el acuerdo político que hemos construido y es el trabajo que toca hacer en las próximas semanas para que la comunidad internacional dé ese apoyo. También Juan Guaidó ha arrancado ya el compromiso en los países de la región.
Nuestro mensaje a los países es que es necesario que siga habiendo un interlocutor legítimo, éste es. Lo contrario sería el mejor escenario para Maduro. Ese vacío sería mortal para la lucha democrática.