El Gobierno federal estadounidense ha retomado las condenas a muerte este 2020. La adminitración de Donald Trump ha anunciado que ejecutará nada más entrar el próximo 2020 a una mujer, que se convertirá en la primera desde 1953.
La rea es Lisa Montgomery y para ella se ha programado una ejecución por inyección letal el 12 de enero, según ha informado el Departamento de Justicia estadounidense.
Montgomery fue condenada en 2004 por estrangular a una mujer de Misuri que estaba embarazada de ocho meses. La mató y le extirpó el bebé, que se llevó secuestrado.
La anterior mujer ejecutada era Bonnie Brown Heady, condenada por secuestro y asesinato y ajusticiada el 18 de diciembre de 1953, según el registro de la Oficina de Prisiones. Ese mismo año fue ejecutada en la silla eléctrica Ethel Rosenberg, condenada junto a su marido Julios por un delito de espionaje para la Unión Soviética.
Las ejecuciones a nivel federal se han reanudado este año en Estados Unidos tras 17 años sin muertes de este tipo. En lo que va de año ha habido siete ajusticiamientos. La de Montgomery será la octava. Desde 1960, el Gobierno federal sólo había ejecutado a cuatro.
Preocupación de la ONU
Un grupo de diez expertos en Derechos Humanos de Naciones Unidas ha expresado su "seria" preocupación por la ejecución de Montgomery, y ha pedido al Gobierno estadounidense "clemencia" para la acusada porque "no recibió suficiente asistencia jurídica" durante su juicio.
Según estos expertos, los traumas que había sufrido Montgomery y las cuestiones de salud mental no fueron presentadas "satisfactoriamente" durante su juicio en 2007.
Montgomery "fue víctima de un nivel extremo de abuso físico y sexual a lo largo de su vida contra el que el Estado nunca le brindó protección y para el que no ofreció remedios", ha denunciado los expertos de la ONU, además "sufrió varias afecciones de salud mental que el Estado no atendió".
Tras la negligencia que denuncia en su defensa, han asegurado que "el Estado la traicionó una vez más, dejando de considerar estos hechos esenciales y determinantes como circunstancias atenuantes".
"Horrible crueldad"
Un comunicado emitido por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (OHCHR) explica que la acusada fue víctima de "una horrible crueldad" que comenzó cuando tenía once años, sometida a múltiples violaciones y forzada a prostituirse a los 15 años.
Después de casarse, Montgomery fue víctima de nuevos abusos, algunos de los cuales fueron grabados, señala el organismo, además fue forzada a someterse a un tratamiento de esterilización, entre otros abusos domésticos y sexuales.
Según el documento, al menos un agente de Policía, un juez y un administrador escolar fueron informados o sospecharon de que estaba sufriendo estos abusos, pero no tomaron "ninguna medida para ayudarla".
Por último, la ONU ha señalado que el juicio estuvo marcado por la discriminación de género, a través de la utilización de un lenguaje y estereotipos discriminatorios por parte de los fiscales.
"Las normas internacionales son claras: la pena de muerte siempre es arbitraria e ilegal cuando el tribunal ignora o descarta hechos esenciales que pueden haber influido significativamente en las motivaciones, la situación y la conducta de un acusado condenado a la pena capital", puntualizan los expertos.