El primer ministro de Portugal, Antonio Costra, y el presidente de la Républica lusa, Marcelo Rebelo de Sousa, se han dado el tradicional mensaje navideño. En el país es costumbre que los dos representantes acudan al Palacio de Belém para desearse feliz Navidad.
Pero este año no ha sido una felicitación más. La pandemia del coronavirus ha obligado a hacerla telemáticamente. Pero la mayor sorpresa ha sido la forma en la que se ha presentado Costa.
A través de una pantalla a tamaño real, el primer ministro ha saludado a Rebelo. Vestido con un traje oscuro y una corbata azul, no ha querido perderse la cita. La circunstancia se ha dado porque Costa se encuentra confinado por haber tenido contacto estrecho con un positivo por Covid-19.
Ese contacto se produjo el pasado 14 de diciembre, y el contagiado no es otro que el presidente de Francia, Emmanuel Macron. El líder francés dío positivo tres días después, el 17, y Costa tiene que mantener una cuarentena de 10 días, que acabará el mismo día de Navidad.
Otros líderes europeos pasan por la misma situación que Costa, como es el caso del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Como marca el protocolo, Sánchez se encuentra aislado hasta este viernes 25. Un ejemplo de esto es que no presidió el Consejo de Ministros de este martes.
Aparecer por videoconferencia tiene una doble lectura para el primer ministro luso: tras felicitar la Navidad, ha aprovechado para recordar a los ciudadanos que “tengan mucho cuidado" en estas fechas, que eviten espacios cerrados y que lleven mascarilla para evitar los contagios.
“Es fundamental que los portugueses tengan en cuenta que sus vidas y las de los demás no terminan el 26 de diciembre. Lo que se haga y lo que no se haga determinará las próximas semanas”, enfatizó por su parte el presidente de la República, insistiendo en el “contrato de fideicomiso” que debe existir entre todos, porque “lo que cada uno haga determinará la vida de los demás”.