El presidente ruso, Vladimir Putin, ha advirtido a Occidente de que lamentará cualquier provocación y que el Kremlin responderá de manera "asimétrica, rápida y dura" si algún país decide cruzar "líneas rojas".
"No queremos quemar puentes, pero si alguien percibe nuestra buena intención como apatía o debilidad y pretende quemar esos puentes, entonces deben saber que la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura", señaló el mandatario en su discurso sobre el estado de la nación ante la Asamblea Federal.
"Lo lamentarán como hace mucho que no lo hacen", advirtió.
Navalni, Ucrania...
En una alocución centrada en la pandemia y en la situación socioeconómica del país, Putin eludió mencionar el aumento de la presencia militar rusa en la frontera con Ucrania, que tanto preocupa a Occidente ni tampoco aludió al deterioro de la salud del encarcelado líder opositor, Alexéi Navalny.
"No cesan los actos inamistosos contra Rusia. Los intentos por cualquier motivo o incluso sin motivo de acusar a Rusia se han convertido entre algunos países en una especie de deporte", dijo.
"Pero espero que nadie decida cruzar la llamada línea roja en las relaciones con Rusia", afirmó Putin en la sala del Manezh ante ministros, diputados, senadores y jefes regionales, donde dejó claro que será el Kremlin el que decidirá en "cada caso" dónde está el límite de paciencia de Moscú.
Putin quiso además subrayar lo que considera un comportamiento parcial de parte de Occidente, que, dijo, no se ha pronunciado sobre el supuesto "golpe de Estado" que denunciaron Minsk y Moscú la semana pasada, que incluía un plan para asesinar el autoritario líder bielorruso, Alexandr Lukashenko.
"La práctica de organizar golpes de Estado, los planes de asesinatos políticos (...) eso ya es demasiado. Han sobrepasado todos los límites", afirmó Putin.
Colaboración
Eso sí, Putin tendió una mano a la comunicad internacional, al invitar sobre todo a los cinco estados nucleares -además de Rusia, EEUU, Reino Unido, Francia y China- a abordar la cuestión de la estabilidad global y estratégica.
"Rusia una vez más invita a sus socios a abordar temas relacionados con armas estratégicas y garantías para la estabilidad global", recalcó, y aseguró que la proporción de armas modernas en la llamada triada nuclear de Rusia -aviación estratégica, misiles intercontinentales y submarinos nucleares equipados con misiles- alcanzará este año el 88%.
Putin dedicó sin embargo la mayor parte de su discurso a asuntos domésticos, especialmente al estado de la economía y de las familias rusas tras la pandemia y la campaña de vacunación.
El líder, que se ha vacunado recientemente contra el coronavirus, instó a la población rusa a vacunarse a fin de conseguir en otoño la inmunidad de rebaño en el país, de 146 millones de habitantes.
Llamada a la vacunación
"La vacunación es ahora de una suma importancia y pido a todos los jefes de las regiones, al Gobierno, que trabajen cada día en esto. Y para otoño debemos formar la inmunidad de rebaño", afirmó.
Según la página digital GOGOV, la única que recoge datos sobre el proceso de vacunación en todas las regiones ante la falta de estadísticas oficiales, en Rusia se han inoculado 10,6 millones de personas o el 7,24% de la población con la primera dosis y 6,3 millones con la segunda (4,32%).
Según sus cálculos, a este ritmo la mitad de la población rusa solo estará vacunada dentro de 348 días, pero el ministro de Salud, Mijaíl Murashko, dijo que el 60% de la población estará vacunada en agosto.
Putin abogó además por fomentar la natalidad ante la caída de la misma, a fin de alcanzar en 2030 una esperanza de vida de 78 años (actualmente es de 73,4 años) y por asegurar el crecimiento de los ingresos reales de los ciudadanos y la lucha contra la pobreza.