El Gobierno británico acelerará la acogida en el Reino Unido de ciudadanos afganos que ayudaron, como intérpretes o en otros empleos, a su Ejército en Afganistán, a fin de garantizar su seguridad a medida que se retiran de ese país las tropas internacionales, según informaba la BBC.
Según la cadena pública, se espera que unos 3.000 afganos (incluidos familiares) puedan optar a trasladarse al Reino Unido con estas facilidades, lo que se añadiría a otros 1.300 compatriotas que ya han sido reubicados bajo el plan de Asistencia y reubicación de afganos, que se introdujo el 1 de abril.
El ministro de Defensa, Ben Wallace, señaló a la BBC que, junto con los ministerios de Interior y Vivienda, ha aprobado una aceleración del proceso para acoger sobre todo a aquellos que "puedan estar en riesgo de represalias por parte de los talibanes".
"A medida que las potencias internacionales se marchan, la amenaza aumenta, lo que incluye ataques intencionados de los talibanes", afirmó.
El Reino Unido ha contado con varios planes de acogida de afganos desde que sus Fuerzas Armadas abandonaron las labores de combate en el país asiático en 2014, con criterios de selección específicos, como años de servicio y tipo de empleo.
El programa puesto en marcha en abril permite, sin embargo, solicitar una reubicación a territorio británico a cualquier empleado afgano, actual o pasado, que se considere que está en riesgo, al margen de su rango, función o tiempo de servicio, explica la BBC.
La cadena pública señala que, pese a que el programa permitirá la llegada de más afganos, no todo el mundo que trabajó para el Estado británico podrá beneficiarse, pues quedarán excluidos, entre otros, quienes fueran despedidos en el curso de su labor.
El Reino Unido ha iniciado la retirada de unos 750 militares que aún mantenía en Afganistán -cuya misión era principalmente mantener la seguridad en Kabul-, después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara también que replegará a las tropas estadounidenses todavía en el país.
Financiación de las Fuerzas afganas
Los países de la OTAN estudian ya no sólo cómo seguir apoyando la seguridad en Afganistán cuando culminen la salida de sus tropas del país asiático, para el próximo 11 de septiembre, sino también cómo financiar a las fuerzas de seguridad, indicó este martes el secretario general aliado, Jens Stoltenberg.
"Estamos abordando asuntos relacionados con la seguridad y otros, incluida la financiación", señaló Stoltenberg en una rueda de prensa al término de una videoconferencia de ministros de Exteriores de la OTAN, que precede a otra de titulares de Defensa.
"Estamos trabajando ahora en todos esos asuntos y celebro el mensaje de los aliados en esta reunión de que están comprometidos con las decisiones que tomaron cuando decidieron poner fin a la operación y que encontraríamos otros medios para dar apoyo a los afganos", agregó el político noruego.
Stoltenberg afirmó que la OTAN pone fin a su misión en Afganistán, actualmente en forma de apoyo, asesoramiento y formación de las fuerzas afganas. Pero "seguiremos proporcionando apoyo a los afganos, y lo haremos de diferentes maneras". aseguró.
En primer lugar, dijo que mantendrán presencia civil en Kabul para proporcionar asesoramiento sobre la creación de capacidades de las instituciones de seguridad afganas. Sobre la financiación, dejó claro que seguirán proporcionándola: "En la reunión de hoy, varios aliados dijeron claramente que están comprometidos con las decisiones de dar fondos", apuntó.
También afirmó que están trabajando en "cómo proporcionar entrenamiento fuera del país, en especial, para las fuerzas de operaciones especiales afganas". "Y estamos trabajando para ver cómo podemos apoyar infraestructuras críticas, incluido el funcionamiento continuado del aeropuerto internacional", comentó.
En su opinión, esto es "importante para la OTAN y el personal civil de la OTAN en Kabul, pero también para la comunidad internacional en general".
Por otro lado, defendió incrementar la financiación común de la OTAN para cubrir los costes de sus operaciones, una iniciativa que planteó en febrero, pero que no ha entusiasmado a todos los miembros de la organización.
"Gastar juntos es un multiplicador de fuerzas, es un modo eficiente de gastar y también envía un mensaje muy claro a nuestras propias poblaciones y a cualquier potencial adversario", argumentó. Añadió que el gasto conjunto también es "un modo de invertir en el vínculo entre Europa y Norteamérica, porque la OTAN reúne a Europa y Norteamérica todos los días".