Tras 12 años al frente del Gobierno de Israel, Benjamin Netanyahu abandona el cargo, desbancado por un acuerdo del bloque opositor que pone fin a más de dos años de bloqueo político y a un ciclo de cuatro elecciones en las que no se ha podido solucionar la crisis política.
El nuevo ejecutivo estará formado por una coalición de siete partidos de la oposición y tendría al frente, al menos durante los primeros dos años de legislatura, al ultranacionalista Naftali Bennett, líder del partido Yamina. Yair Lapid, el líder centrista de la segunda formación más votada en los últimos comicios, y quien recibió el encargo de formar Gobierno tras el fracaso de Netanyahu, ocuparía el cargo de ministro de Exteriores hasta que tomara el relevo de Benett, en dos años.
Poco antes de la medianoche, cuando acababa su plazo para conformar un Ejecutivo, el líder de la oposición, Yair Lapid, comunicó al presidente de Israel, Reuvén Rivlin, que ha logrado un pacto de gobierno en el que estarían implicados otros siete partidos de la oposición.
"Me comprometo con usted, señor presidente, a que este gobierno trabajará para servir a todos los ciudadanos de Israel", dijo Lapid, que agregó que hará todo lo que esté a su alcance "para unir a todas las partes de la sociedad israelí.
Por ahora, el turno es para Naftali Bennett. Durante la campaña, el líder de Yamina declaró en varias ocasiones que era momento de que Benjamin Netanyahu, de 71 años y en el poder desde 2009, cediera el paso a una nueva generación. Sin embargo, rechazaba integrar una coalición en la cual el primer ministro sería el centrista Yaïr Lapid. Lo que parecía ser el principal escollo se ha solucionado con la opción de turnar a los políticos al frente del país.
Bennet, un millonario de 49 años, hijo de inmigrantes estadounidenses, nacido en Haifa, defiende el ultraliberalismo económico, la línea dura con Irán y la anexión de casi dos tercios de la Cisjordania ocupada, lo que brinda al partido de derecha radical mucha popularidad entre los colonos judíos.
Firmemente opuesto a la creación de un Estado palestino que, según él, "se convertirá a largo plazo en otro Estado terrorista como Gaza", y a favor de la expansión de las colonias judías donde se encuentra gran parte de su base electoral, sus palabras sobre el tema siempre han sido tajantes.
"Si capturamos a terroristas, hay que matarlos, sencillamente", dijo en 2013, en una conversación con el consejero para la seguridad nacional, Yaakov Amidror, filtrada por la prensa. "Yo he matado a muchísimos árabes en mi vida, y no he tenido ningún problema por ello", añadió.
"Hay algunas cosas que la mayoría de nosotros sabemos que nunca pasarán: no habrá una nueva temporada de Los Soprano… y nunca habrá un plan de paz con los palestinos", dijo en un spot de campaña para las elecciones de 2013. El mismo año rechazó que hubiese cualquier ocupación del territorio: "¿Qué ocupación? ¿Puede uno ser un ocupante en su propio hogar? Esta es nuestra casa", argumentaba.
Carrera militar
El año pasado, cuando el gobierno de Netanyahu buscaba seguir adelante con la anexión de Cisjordania y la construcción de asentamientos en los últimos meses de la administración Trump, Bennett, entonces jefe de Defensa, aseguraba: "El impulso de construcción en el país no debe detenerse, ni siquiera por un segundo".
La carrera de Bennett, al igual que la de muchos políticos israelíes, está ligada a las fuerzas armadas. Bennett, cuya familia emigró a Israel desde San Francisco, sirvió en las fuerzas especiales del ejército israelí durante seis años.
Al retirarse del Ejército, en 1996, Bennett se fue a Nueva York, donde estudió Derecho, y fundó una empresa de software de ciberseguridad, valorada entonces en 146 millones de euros, y cuya venta lo afianzó económicamente de por vida. "Podría tomar cócteles en el Caribe el resto de mi vida", dijo una vez.
En 2006, Benjamin Netanyahu le nombró su jefe de gabinete, cargo que ocupó hasta 2008. Dos años después, en 2010, se convirtió en el director del Consejo Yesha, la principal organización para la promoción de los asentamientos en territorio ocupado, declarados ilegales por la Corte Internacional de Justicia.
En la primavera de 2012, el político dejó de formar parte del Likud, el mayor partido conservador de Israel, al que pertenece Netanyahu, y se unió al partido nacional-religioso "Hogar Judío". En 2018 fundó un nuevo grupo parlamentario llamado "La Nueva Derecha" y, para las elecciones parlamentarias de 2019, "La Nueva Derecha" se unió a la alianza "Unión de Partidos de Derecha" para formar la alianza política Yamina, que en ese momento estaba a favor de la reelección de Benjamin Netanyahu.
Relación tormentosa
Su relación con Netanyahu ha sido tormentosa. Su hijo mayor se llama Yoni en honor al hermano del aún primer ministro, quien fue asesinado en una redada israelí para liberar a los pasajeros secuestrados en el aeropuerto de Entebbe de Uganda en 1976, y el aún primer ministro del país fue considerado su mentor durante muchos años.
Fue ministro de Defensa, de Educación y Economía en varios gobiernos de Netanyahu, sin embargo, la desconfianza de Bennett de que Netanyahu sea capaz de llevar a cabo las políticas conservadoras que defiende llevó a un cierto distanciamiento.
En mayo de 2020 Netanyahu dejó de contar con él y se le daba por muerto políticamente pero, aunque en las últimas legislativas de marzo obtuvo un mal resultado, con sólo siete escaños, en las últimas semanas ha sabido jugar sus cartas para acabar convirtiéndose en un actor clave de cara a la formación de la coalición gubernamental y hacerse, además, con el puesto de primer ministro.