Cientos de manifestantes tomaron la semana pasada las calles del departamento de ultramar francés de Martinica en el Caribe después de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunciara una serie de medidas contra la Covid-19, incluida la vacunación obligatoria para los trabajadores de la salud, informó la Policía local.



Macron, con el objetivo de acelerar la vacunación y forzar a los reticentes a dar el paso, anunció la obligación de vacunar al personal sanitario y a todos los profesionales que tratan cotidianamente con personas vulnerables de aquí al 15 de septiembre para poder seguir trabajando.



La medida llega cuando Martinica ha experimentado un aumento drástico en los casos de coronavirus, con 1.000 nuevos contagios en una semana.



Cientos de personas protestaron contra la imposición de las nuevas restricciones -que incluye un nuevo toque de queda de las 21.00 a las 05.00 horas-, que aplican a Martinica por ser la isla caribeña un departamento de ultramar de Francia.

Manifestación

Los manifestantes portaban pancartas en las calles de la capital, Fort-de-France, en las que se rechazaban las nuevas medidas anunciadas por el prefecto de Martinica, Stanislas Cazelles, y Macron.



El presidente francés, en un discurso el lunes de la semana pasada, subrayó el aumento en los contagios por la variante Delta en Francia continental y sus territorios de ultramar, además de pedir a los ciudadanos que se vacunen.



Instó a recibir la vacuna antes del 15 de septiembre, advirtiendo de que se podrían enfrentar a sanciones por no hacerlo. El presidente francés también anunció que las pruebas de PCR ya no serán gratuitas a partir del otoño, a menos que se obtengan con receta médica.



Los manifestantes también rechazaron las palabras del ministro de salud de Francia, Olivier Véran, quien dijo que los trabajadores de la salud no vacunados no recibirán un salario ni se les permitirá trabajar después del 15 de septiembre.

Requisitos "dictatoriales" 

Los manifestantes en Martinica denunciaron que los nuevos requisitos son "dictatoriales" y suponen una coacción.



Algunas de las protestas más graves se registraron durante la medianoche del jueves, cuando encapuchados arrojaron botellas a los agentes de la Policía que respondieron con el lanzamiento de botes de gas lacrimógeno.



Durante primeras horas de este miércoles la multitud se dispersó y desde entonces se mantiene una calma tensa.



Las autoridades tienen información de nuevas protestas para el sábado que amenazan con un potencial contagio de casos de la Covid-19.