El terremoto de magnitud 7,2 en la escala de Richter que asoló el sur y otras zonas de Haití causó al menos 1.297 muertos y 5.700 heridos, así como cuantiosos daños materiales, agravando la ya de por sí difícil situación del empobrecido país caribeño.
Protección Civil informó de que 1.054 personas murieron en el departamento del Sur, otras 122 en Nippes y 119 en Grand Anse, todas ellas provincias de la península suroeste, mientras que otras dos en el noroeste del país.
Las autoridades aumentaron a 5.700 los heridos por el terremoto, que destruyó 13.694 casas y causó daños a otras 13.585, así como a numerosos hospitales, escuelas y otras edificaciones, según cifras facilitadas por el ministro de Comunicación, Jean Emmanuel Jacquet, a medios locales.
El balance de víctimas mortales casi duplica las cifras del boletín ofrecido el domingo por la mañana, cuando se habían contabilizado 724 fallecidos.
El terremoto, que ya forma parte de los diez más letales de los últimos 25 años en Latinoamérica, se registró a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, con hipocentro a 10 kilómetros de profundidad, y también se sintió en la República Dominicana y Cuba.
El siniestro se produce en medio de un contexto difícil para Haití, que atraviesa desde 2018 por una delicada crisis política y económica, agravada por el asesinato el 7 de julio del presidente Jovenel Moise, perpetrado, según las pesquisas, por un comando de 26 mercenarios que irrumpieron en su residencia en Puerto Príncipe.