Las imágenes han dado la vuelta al mundo en pocas horas. Periodistas occidentales, cubiertas con velo y vestidas con ropas oscuras, informando desde Kabul. Tan solo unos días antes, cuando los talibanes aún no estaban en el poder, esas mismas periodistas llevaban el pelo al descubierto y vestían ropa de colores. Tras la ofensiva talibán, todo cambió de manera precipitada.
Una de esas mujeres es la corresponsal de la CNN, Clarissa Ward. En una de sus últimas conexiones con la televisión estadounidense, aparece completamente vestida de negro, con una abaya y un hiyab que le cubre escrupulosamente la cabeza, no dejando ver ni un solo pelo.
La comparación con imágenes anteriores, en la que aparece con el pelo descubierto, es chocante. Sin embargo, la propia periodista ha aclarado que muchas de las imágenes que se están divulgando ahora, sin pañuelo, se refieren a conexiones que hizo desde propiedades privadas, en donde el pañuelo no es obligatorio. En la calle, señala, "siempre he utilizado un pañuelo aunque no me cubriera completamente el pelo".
Sobre la reciente situación de Afganistán, la periodista informaba de que "se ven muchas menos mujeres y muchos más burkas en la calle".
Otra de las periodistas que ha llamado la atención es la corresponsal de Al Jazeera. La periodista Charlotte Bellis, apareció en la televisión vestida de azul oscuro, con un pañuelo en la cabeza, aunque en este caso, dejaba parte de su pelo rubio al descubierto.
Para las periodistas afganas, la situación es más peligrosa y temen que empeore con el pasar de los días. “Durante muchos años, trabajé como periodista para alzar la voz de los afganos, especialmente de las mujeres afganas, pero ahora nuestra identidad está siendo destruida y no hemos hecho nada para merecer esto”, dijo Aaisha, una periodista afgana en entrevista a The Guardian.
“En las últimas 24 horas, nuestras vidas han cambiado, hemos estado confinados en nuestros hogares y la muerte nos amenaza en todo momento”, destacó.
Según la ley de los talibanes, las mujeres no pueden trabajar fuera de casa. Entre otras obligaciones, deben salir de casa siempre acompañadas por su marido o su guardián y deben cubrirse todo el cuerpo, no dejando siquiera los tobillos descubiertos.