El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, urgió este sábado a los republicanos a apoyar una suspensión del techo de endeudamiento para evitar que el país incurra en una suspensión de pagos de la deuda nacional el 18 de octubre.
"Espero que los republicanos no sean tan irresponsables como para negarse a aumentar el límite de la deuda, eso sería totalmente inconcebible. Nunca se ha hecho antes", dijo Biden en declaraciones a la prensa antes de partir hacia su casa en Wilmington (Delaware), donde permanecerá el fin de semana.
El liderazgo del Partido Republicano, tradicionalmente favorable a la disciplina fiscal, se opone a suspender el techo de deuda y ha instado a los demócratas a usar un mecanismo legislativo, llamado "reconciliación", que permite aprobar de forma excepcional proyectos con una mayoría simple.
Para aprobar cualquier ley en el Senado hacen falta 60 votos, pero actualmente los demócratas solo tienen 50, igual que los republicanos, por lo que necesitarían el apoyo de los conservadores para evitar que EE.UU. incumpla sus obligaciones sobre el pago de la deuda.
Esta situación sobre el techo de deuda, que lleva a Estados Unidos al abismo cada pocos años, se produce porque el Gobierno gasta mucho más dinero del que obtiene a través de impuestos federales.
Solo en 2021, se estima que el Gobierno incurrirá en unos gastos de 5,8 billones y tendrá 3,5 billones de ingresos, lo que dejará un déficit de 2,3 billones, de acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso.
El Gobierno solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de elevar ese techo según crea conveniente.
Estados Unidos nunca ha tenido que recurrir a la suspensión de pagos de su deuda soberana, pero estuvo cerca en 2011 con Barack Obama en la Casa Blanca.
Entonces se desató un enorme caos en los mercados financieros, lo que llevó a que Standard & Poor's rebajara la nota de solvencia del país.