Un grupo de milicias armadas han rodeado este miércoles por la noche la sede del primer ministro de unidad libio, Abdul Hamid Dbebibé, tras la tensión que ha provocado la destitución y nombramiento de varios militares y a poco menos de diez días de las elecciones en el país a las que se presentará el hijo del fallecido dictador Muamar Gadafi.
Una de las milicias, conocida como la Brigada Al Samoud, que opera en la capital, ha advertido este miércoles a través de su líder que "no habrá elecciones presidenciales en Libia. Cerraremos todas las instituciones estatales en Trípoli". El líder de la Brigada, Salah al Badi, ha anunciado que su intención es cerrar todas las instituciones estatales, según recoge el portal de noticias Al Marsad.
Poco después, el presidente del Consejo Presidencial de Libia, Muhamed Menfi, ha solicitado ayuda de las fuerzas militares para proteger su casa después de los acontecimientos en la sede del primer ministro, según informa Al Arabiya, que ha confirmado que se encuentra en un lugar seguro.
Estos acontecimientos se producen a pocas horas de que el Consejo Presidencial libio haya decidido destituir a Abdul Basit Marwan de su puesto como comandante de la zona militar de Trípoli, nombrando en su lugar a Abdel Qader Mansur, que también ha sido designado como general mayor del Ejército libio, según informa The Lybia Observer.
El vicepresidente segundo del Alto Consejo de Estado de Libia, Omar Bushá, propuso la semana pasada aplazar a febrero las presidenciales, programadas para el 24 de diciembre, con el objetivo de que se celebren junto a las parlamentarias.
Libia cuenta desde marzo con un Gobierno de unidad tras un proceso de conversaciones para unificar las administraciones enfrentadas, después de que las autoridades asentadas en Trípoli, reconocidas internacionalmente, repelieran el año pasado la ofensiva lanzada en 2019 por Haftar contra la capital del país.
El nuevo Ejecutivo, encabezado por Abdul Hamid Dbebibé, tiene entre sus principales objetivos la organización de las elecciones legislativas y presidenciales, con las que se espera dar carpetazo a la crisis institucional abierta en 2014 y a la inestabilidad que sufre desde la captura y ejecución en octubre de 2011 del entonces líder libio, Muamar Gadafi.