El presidente de China, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladimir Putin.

El presidente de China, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladimir Putin. EUROPA PRESS

Mundo

China, el frágil escudo de Putin para una guerra que no puede financiar

Rusia tiene una puerta en Asia frente a las sanciones de Occidente. Pero el apoyo de Pekín no es incondicional y todo pasa por el futuro de Taiwán.

25 febrero, 2022 03:44

Rusia es la nación más grande en extensión del mundo. La superficie que ocupa su territorio (17,1 millones de kilómetros cuadrados), casi dobla a la de Estados Unidos (9,1 millones de km2). Pero su economía es muy pequeña. Para ponerla en contexto, basta con recurrir a un dato: su PIB es solo algo mayor al de España. Es decir, 15 veces menor al de la primera potencia mundial.

De hecho, la economía rusa tiene un tamaño menor al del Estado de Nueva York. Este dato es clave para entender la confianza que tiene Occidente en que sus sanciones económicas sean un arma poderosa para detener la invasión militar. La gran duda es si Vladímir Putin tiene un escudo para mitigar su golpe. Y esa protección no es otra que la de China.

El Kremlin lleva desde 2014 preparando su economía para esta invasión. En ese año, Occidente ya impuso sanciones a Rusia por la anexión de Crimea. Y desde entonces, Putin ha ido acercándose cada vez más a Pekín con el refuerzo de sus lazos comerciales y financieros.

El gigante asiático todavía no ha alcanzado a Estados Unidos en términos de PIB. Pero tiene una economía con un tamaño que ya supera al de la Eurozona y China ha ido sustituyendo a Europa como socio comercial de los rusos. De hecho, entre 2013 y 2019, la caída de las exportaciones de Rusia a Europa alcanzó el 11%, mientras que las dirigidas a China crecieron un 8%, según datos recopilados por Goldman Sachs. En las importaciones, la evolución ha sido similar.

Por el momento, las autoridades chinas no han querido calificar como "invasión" el ataque contra Ucrania. La cuestión es: ¿Hasta dónde va a llegar ese apoyo? ¿Será suficiente para compensar el daño económico que va a sufrir Rusia por las sanciones occidentales?

"Se desconoce cómo va a financiar esta guerra Putin. Es una operación muy costosa para el régimen que empezó con los ataques cibernéticos, que son más baratos, y ahora ha pasado a la ocupación militar, que es muy caro. Pero habrá que esperar unas semanas para saber si las sanciones masivas de Occidente surten efecto", explica a EL ESPAÑOL Fréderic Mertens, profesor y coordinador del grado de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia.

La lectura de Mertens es que por el momento, China está observando los movimientos de Occidente en dos aspectos. El de las sanciones -que se modularán en función de cómo evolucione la invasión- y la efectividad de las medidas para aislar a Rusia.

Partiendo de ese análisis, Pekín actuará pensando en otras zonas que le interesan más: Taiwán y puntos concretos del Pacífico. "Pero la propia Rusia no está muy tranquila con China porque entre ellos también tienen intereses contrapuestos, por ejemplo, en Siberia", concluye el profesor.

La opinión de que el apoyo de Pekín a Moscú podría ser más limitado de lo que aparenta es compartida por el analista financiero y columnista de Invertia, Juan Ignacio Crespo. "China no va a hacer obras de caridad con Rusia. Pekín se siente más fuerte con este frente abierto en Occidente y ayudará a Moscú. Pero sin regalar nada porque los chinos son buenos comerciantes, nunca regalan nada", explica a este periódico.

China y las sanciones

Entre las sanciones planteadas por la Unión Europea y Estados Unidos, figuran la congelación de cuentas bancarias, la prohibición de viajar a Europa a determinados dirigentes rusos, el cierre del acceso del Gobierno ruso a los servicios financieros y mercados de capitales de la UE o sanciones a bancos que están financiando operaciones militares rusas. 

Una de las medidas más duras será la exclusión de Rusia del sistema de transferencias internacionales SWIFT, una sanción que también afectará a las inversiones de los países de la OTAN en territorio ruso.

Entre los bancos en el punto de mira, The Washington Post ha puesto el foco en tres: Promsvyazbank (que financia la defensa rusa), VEB y Sberbank (que según el citado diario, procesa más de la mitad de las pensiones y salarios de Rusia).

En efectivo o con oro

Rusia sabía que el cierre de los mercados financieros sería una de las sanciones que Occidente impondría en caso de llevar a cabo el ataque a Ucrania que ha preparado durante años. En este tiempo, ha ido aumentando sus reservas en efectivo y reduciendo su exposición al dólar y el euro en los últimos años.

Sin acceso a los mercados de capitales, Rusia tendrá que pagar a China en sus intercambios comerciales con dinero en efectivo o con oro, explica Crespo, que no descarta que ambos países hayan creado ya un sistema de transferencias bilateral para sus transacciones.

En este territorio, no es descabellado pensar en el papel que pueden jugar las criptomonedas. Sin embargo, los expertos consideran que la caída del bitcóin de estos días y la subida del oro demuestran que el valor refugio por excelencia sigue siendo el de siempre.

Un lingote de oro en el mercado de Corea del Sur.

Un lingote de oro en el mercado de Corea del Sur. EP

Entre los años 2000 y 2017, Rusia ha recibido préstamos de instituciones oficiales de Pekín por valor de 151.000 millones de dólares, según datos de Aid Data recogidos por el Financial Times.

Así que en un contexto de aislamiento internacional, el aguante financiero de Putin depende en buena medida de China. Pero es muy posible que Pekín no preste dinero al Kremlin si no tiene garantías de cobrar algún día. De hecho, el Gobierno chino ya ayudó a otros países en el pasado -como Pakistán- y luego ha querido cobrar, recuerda Crespo.

Los mercados financieros han doblado en los últimos días el coste de asegurar activos frente a un impago (default) de Rusia, prueba de que su confianza en el coloso asiático como garante de Putin es limitada.

Sin embargo, lo que sí está claro es que Moscú va a tener una muralla económica con la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos. Pero tendrá una puerta abierta en Asia. El tener acceso a la demanda china no compensará la pérdida de ventas en el resto del mundo, pero sin duda, es un balón de oxígeno para Vladímir Putin.

Futuro gasoducto de Mongolia

Entre las posibilidades que estaría manejando el Kremlin podría figurar la de vender a China sus materias primas que antes vendía a Occidente (cereales, petróleo y metales industriales como aluminio y níquel). Precisamente Ucrania es un gran productor de trigo.

En el caso del gas, será más difícil comerciar con China la materia prima que no puede entregar a Europa por tener el tubo cerrado, aunque se podría intentar vender gas licuado al país asiático. No obstante, de cara al futuro, Moscú y Pekín trabajan por construir un gasoducto en Mongolia.

En todo caso, los chinos solo comprarán esas materias primas si luego pueden revenderlas -a un precio mayor- a los países occidentales, dada su visión comercial de la relación con Rusia.

Daños a Occidente

Esta guerra económica dañará a Occidente. Las economías del norte de Europa sufrirán con dureza el encarecimiento del gas (un 40% del gas que consumen procede de Rusia) y como advirtió ya el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, España también se verá afectada en términos económicos.

El presidente de EEUU, Joe Biden, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El presidente de EEUU, Joe Biden, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. EP

"Si las sanciones son muy fuertes, nos harán daño, pero las economías occidentales tienen más capacidad de reajuste que la de Rusia, una economía pequeña, dirigista y con corrupción", afirma Crespo.

Además, añade este experto, esta guerra acabará con el llamado dividendo de la paz que tanto ha beneficiado a Europa, pero sobre todo a los países de la antigua URSS en las últimas décadas. Esto es, el dinero no invertido en guerras y destinado a otros fines.

La esperanza es que geopolíticamente a China le interese alejarse de Putin para defender mejor sus intereses en otros frentes que tiene abiertos, como el de Taiwán o el Tíbet, concluye Fréderic Mertens.

"China quiere cobrarse una pieza, que es Taiwán. En los últimos años, la geoeconomía había cambiado, pero ahora lo que busca Pekín es descabalgar también la geopolítica. Y por ello, con quien deben negociar Biden es con Xi Jinping", explica el profesor del IESE, José Ramón Pin.

De momento, Pekín está mirando lo que hace Occidente en Ucrania, un conflicto que ha reforzado los lazos de los aliados en la OTAN, pero que es un peligrosísimo polvorín para la estabilidad mundial.