Rusia sigue escalando peldaños en su invasión y guerra contra Ucrania, pero nada ni nadie parecen poder detener a Vladimir Putin. Sus tropas han tomado este viernes la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, después de incenciarla en un bombardeo, dando lugar a escenas de pánico. "Si explota, (la catástrofe) será 10 veces más grande que la de Chernóbil", ha llegado a tuitear el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba.
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No ha ocurrido. Los bomberos han logrado extinguir las llamas pese a que el verdugo seguía atacando. Sofocada la crisis, los rusos han irrumpido y se han quedado con la central tras horas dramáticas y cuando todas las miradas estaban puestas sobre Odesa, donde se espera un desembarco crucial para el devenir del conflicto. La comunidad internacional reacciona como hasta la fecha, con manifestaciones de condena, envío de armas y facilidades para los refugiados.
Pero la inquietud es cada vez mayor. Emmanuel Macron, presidente de Francia, pudo dialogar durante hora y media con Putin este jueves y la principal conclusión del Elíseo fue que "lo peor está por venir". Los hechos inmediatamente posteriores ya lo corroboran.
China, que mantiene una posición que podría considerarse neutral hasta la fecha -dice respetar eso sí la soberanía e integridad territorial de Ucrania- se ha pronunciado tras el grave incidente de Zaporiyia. Su Ministerio de Relaciones Exteriores ha instado a todas las partes a garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares: "Supervisaremos la situación y pediremos a todas las partes que ejerzan moderación y eviten una escalada".
"Europa debe despertarse ya"
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha condenado la última "temeridad" de Putin, que a su juicio pone de relieve "la importancia de poner fin a la guerra y de que Rusia retire todas sus tropas y se implique de buena fe en esfuerzos diplomáticos".
También en la capital belga, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, ha alertado de los efectos "catastróficos" que pueden tener los ataques cerca de las centrales nucleares, por lo que ha exigido que se detengan "inmediatamente".
El presidente de Ucrania y también cabeza visible y voz de la resistencia, Volodimir Zelenski, se ha dirigido a Europa desde su cuenta en Telegram para pedir que "despierte ya" ante el "terrorismo nuclear" de Rusia. Zelenski ha mantenido una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. En un comunicado, la Casa Blanca se limita a decir que ambos líderes han coincidido en "urgir a Putin el cese de las actividades militares".
Más contundente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha comparecido en Bruselas para lanzar un mensaje a Putin: "La nuestra es una alianza defensiva, no buscamos conflicto, pero si el conflicto viene a nosotros, estamos preparados para ello y defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN".
Zelenski también ha conversado con el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, quien le ha transmitido su temor a que las acciones "temerarias" de Rusia "amenacen directamente la seguridad de toda Europa". Para los mandatarios, "lo crucial es un alto el fuego", pero la mesa de negociación Rusia-Ucrania está lejos de ese punto. Este jueves pactó al menos un "corredor humanitario" que facilite el éxodo a los ucranianos.
Al borde de la catástrofe
Así es como arrancaba el viernes. Como conclusión, que Rusia ya posee la mayor central nuclear en territorio europeo, pero hasta llegar a ese punto, en las horas previas se ha temido la mayor catástrofe nuclear en la historia de uso pacífico de la energía atómica, como ha advertido el ministro de Energía de Ucrania, Herman Galuschenko.
El ministro ha contado que las tropas rusas han empleado fuego de tanques, de artillería y cohetes contra la central "a sabiendas de las consecuencias catastróficas de sus acciones". Finalmente, los reactores han quedado intactos y no se han registrado cambios en el estado de radiación.