El misil lanzado hoy por Corea del Norte cayó en el mar de Japón a unos 150 kilómetros de la costa de Hokkaido, al norte el archipiélago nipón, según informó el Ministerio nipón de Defensa sobre el nuevo test de Pionyang, que se cree que se trató de un proyectil balístico intercontinental (ICBM).
El misil impactó en aguas dentro de la Zona Económica Exclusiva (EEZ) de Japón, al oeste de la península de Toshima (prefectura de Hokkaido), a las 15.44 hora local (6.44 GMT), según dijo en declaraciones a los medios el viceministro de Defensa, Makoto Oniki.
El viceministro señaló que el misil habría volado durante unos 71 minutos, y afirmó que debido a las características de vuelo detectadas, "podría tratarse de un nuevo tipo de misil balístico intercontinental".
El misil recorrió una distancia de 1.100 kilómetros y alcanzó una altura máxima de 6.000 km, según los datos citados por Oniki, quien también destacó que se trata de una altura "mucho mayor" que el último lanzamiento de un ICBM realizado por Pionyang en 2017.
El ejército surcoreano también señaló por su parte que cree que se trató de un ICBM, lo que de confirmarse supondría el primer ensayo de este tipo desde noviembre del citado año y subrayaría la voluntad de Pionyang de desarrollar nuevo armamento de este tipo.
La Guardia Costera nipona se encuentra analizando si el misil pudo causar algún daño en embarcaciones japonesas que se encontraran faenando en la zona, mientras que el Ejecutivo nipón ha convocado una reunión del Consejo de Seguridad Nacional para analizar la situación.
"Esto es una amenaza grave a la seguridad de Japón, y al no haberse notificado (el lanzamiento) pese a que cayó dentro de aguas de la EEZ, se trata de un acto extremadamente problemático y peligroso para la integridad de barcos o aviones", añadió el viceministro nipón, quien también expresó la "firme condena" de Tokio.
Este ensayo supone el fin de la moratoria que se autoimpuso el régimen con respecto a los lanzamientos de ICBM de cara a acercar posturas antes de la primera cumbre que celebraron en 2018 el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el entonces presidente estadounidense, Donald Trump.
El régimen norcoreano trazó en el congreso del partido único de 2021 un plan quinquenal de modernización armamentística que está detrás de la actual retahíla de ensayos de armas (12 desde que comenzó el año, una cifra récord).