El 24 de febrero por la tarde, primer día de la invasión en Ucrania, el ejército ruso rodeó la central nuclear de Chernóbil con tanques y vehículos militares. En cuestión de horas, las tropas de Vladimir Putin lograron tomar el control de Chernóbil, reavivando los fantasmas de un desastre nuclear.
Ahora, la central vuelve a estar bajo control de Ucrania, pero durante las semanas de dominio ruso se vivieron momentos de alta tensión. Unos 170 guardias ucranianos que trabajaban en la planta nuclear fueron secuestrados y retenidos en los sótanos cuando llegaron los hombres de Putin. Los ingenieros, supervisores y otros miembros del equipo técnico siguieron trabajando con el permiso de los rusos, cuenta la cadena británica BBC. Además, dos días después Rusia trasladó a Chernóbil a miembros de la agencia rusa de energía atómica.
La central nuclear de Chernóbil no está activa, pero aún tiene residuos radiactivos que pueden suponer un gran peligro y provocar un nuevo desastre nuclear. Si la central no está controlada correctamente, el riesgo aumenta. Eso temían los ucranianos responsables de la central, explica la BBC.
"Teníamos que negociar con ellos constantemente, e intentar no ofenderles para que dejasen al personal de la central trabajar y cuidar de la central", cuenta a la cadena británica el ingeniero Valeriy Semonov.
"Querían saber cómo controlábamos la central. Querían información sobre todos los procedimientos, documentos y operaciones. Tenía miedo porque los interrogatorios eran constantes, y a veces forzados", explica Oleksandr Lobada, un supervisor de radiación de Chernóbil.
La energía de la estación se cortó durante tres días. El riesgo de un nuevo desastre nuclear, por tanto, aumentó considerablemente. Por eso Valeriy Semonov buscó combustible a la desesperada para mantener el generador en funcionamiento. Incluso llegó a robarle combustible a los rusos, confiesa ante la BBC.
"Quedarnos sin energía podría haber sido catastrófico. El material radioactivo podría haber sido liberado", advierte Oleksandr. De producirse un escape de residuos radioactivos, la humanidad podría haberse enfrentado a un nuevo desastre nuclear.
Los soldados rusos cavaron trincheras en el 'Bosque Rojo', situado detrás de la planta nuclear. Es uno de los lugares más radioactivos de la tierra. Llegaron incluso a quedarse allí durante días, una muestra de lo poco que sabían los soldados de Putin sobre seguridad nuclear y los riesgos que suponía. La agencia estatal de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, dijo que las tropas rusas estuvieron expuestas a "dosis significativas" de radiación.